"Cuando llegues a la última página cierra el libro". Ha llegado el momento para Daisy Ridley, Oscar Isaac y John Boyega de abrazarse a la sabiduría del proverbio chino, de darle un carpetazo a este asunto. Nada, ni siquiera Star Wars dura para siempre, aunque las insaciables maquinarias de la industria anden siempre gestando fórmulas para justificar una prórroga más. Este jueves 19 se estrena El ascenso de Skywalker, la novena cinta de la saga original, y para ellos será la última aventura juntos en la lejana galaxia, el último viaje de la generación que, junto a J.J. Abrams, ha ayudado a revivir la magia del universo de George Lucas.
Los tres han dejado claro que han tenido bastante, que no están dispuestos a seguir. Sus palabras no dejan margen para prolongar el sueño de forma artificial, por mucho que les pese a los que ya se habían acostumbrado a sus gestas y su indudable carisma. "Esto es el final de la saga y cuando se estrene nos iremos cada uno por caminos diferentes", dice Ridley, sentada en una mesa redonda de un lujoso hotel de Beverly Hills, encuentro al que accedió Culto.
No lo expresa ni con pesar ni con nostalgia. Es lo que es. Y punto. "Cierto que se siente un poco extraño que ya no haya más películas, pero no hay forma de seguir adelante después de esta película, porque es un final épico a la saga. No veo cómo se puede superar este filme. Emocionalmente es redondo".
Unos minutos más tarde, Isaac, el guatemalteco que ha logrado emocionar con su papel de Poe Dameron, lo ratifica. "Me siento feliz, agradecido y satisfecho por haber completado la tarea", indica, sabedor de que no habrá más. Lo mismo que su compañero, el joven Boyega que hace unos días confirmó a Variety que no le atrae la opción de hacer una serie para Disney+, la nueva plataforma de Disney. "La veré, eso sí, pero me quedaré en las películas".
Eso sí, les queda un último viaje trascendental. Los tres coinciden en la misma palabra a la hora de describirlo: "épico", aunque parcos cuando se trata de entrar en detalles por cuestiones de contrato. El secretismo con Star Wars ya es legendario. El único que se anima un poco más a profundizar en los entresijos de su personaje es Isaac. El latino de la saga comparte que Cameron se topa con una crisis existencial al sentir la presión del lado oscuro y que por primera vez coincide con Ridley en una escena tras tres filmes, un rodaje "divertido" pero "increíblemente desafiante".
"Dameron se ha convertido en un líder natural", analiza. "La Princesa Leia le ha animado a estar más en un rol de liderazgo, y ahora que la Resistencia está luchando por sobrevivir, es más importante que nunca tomar la decisión correcta. Lo divertido de esta parte de la historia es que puedes ver a los amigos unirse y luchar como uno solo. Y creo que a la gente le encantará ese viaje".
Isaac, que este año ha trabajado en Triple frontera y Los locos Addams, recibió una llamada del propio Abrams en 2014 para reunirse en París y discutir el personaje. "Fue surrealista", recuerda. "Ha sido una aventura increíble, los últimos cinco años de mi vida dedicados a Star Wars".
Ese lustro de experiencia acumulada se dejó sentir durante el rodaje. "Creo que la primera vez había una presión por lo desconocido, por conseguir el tono adecuado y entender la historia", afirma. "Esta vez fue una gran celebración, sin perder la tensión por hacerlo bien, pero con mucha más confianza. Hicimos escenas de una sola toma, improvisando, con una cierta ligereza en el ambiente que lo hizo realmente divertido".
Ridley, convertida en estrella mundial al calor de Star Wars, coincide en la descripción del ambiente. "Al principio todo esto me sobrepasaba de una forma brutal. Después, te acostumbras", asegura la de Westminster. Tanto que tardó un tiempo en entender quién era Rey, la carroñera del planeta Jakku que va descubriendo sus poderes. "Fue entre el octavo y el noveno capítulo cuando me empecé a preguntar que hacia dónde iría esta historia. Ahora miro hacia atrás y me doy cuenta de que no podía haberse resuelto de ninguna otra manera, que no hubiera funcionado de otra forma. Y he aprendido a conocer a mi personaje por el camino".
Como Isaac, la londinense de 27 años se siente muy realizada. "Estoy muy feliz con el trabajo que he hecho. Hay un sentimiento de plenitud, tanto física como mental", valora. "He puesto todo sobre la mesa y espero que la gente responda de forma positiva". Además, se percibe la constante sensación de gratitud. Sabe que si no fuera por Star Wars, su vida y su carrera serían muy distintas. Antes de que J.J. Abrams apostara por ella para el papel protagonista, nadie la conocía. "No creo que mi confianza estuviera donde está si no hubiera trabajado en un sitio así", señala.
Ahora, tiene ofertas sobre la mesa y dos películas por delante para estrenar. Chaos walking, un filme para 2020 de Doug Liman, con ella y Tom Holland de protagonistas, y Peter Rabbit 2, poniendo la voz de uno de los conejos. De momento, sin intención de dar el salto tras las cámaras. "Soy actriz y sé que tengo un buen ojo para elegir papeles, pero no soy de ideas propias para escribir guiones o dirigir mi propio proyecto. Me gusta que me digan dónde ir y qué hacer. Ahora mismo no me veo a mí misma dirigiendo nada".
Es una historia similar a la de su compatriota, Boyega. También londinense y de 27 años, el hombre que ha dado vida a un apasionado desertor del Imperio en Star Wars está en pleno momentum. Se reconoce preparado para lo que venga, que de momento es su primera cinta como protagonista a las órdenes de Chase Palmer en su ópera prima, Naked singularity. "He aprendido mucho gracias a Star Wars", cabila sentado en la misma mesa por donde antes pasaron sus compañeros de reparto. "He aprendido todo tipo de cosas, incluso habilidades físicas que desconocía, y eso te convierte en otra persona. Es algo que agradezco mucho".
Boyega anticipa que el final de la saga será algo épico y grandioso, además de más difícil de descifrar que las anteriores. "Sabía por dónde iba a discurrir la séptima y la octava más o menos te la puedes imaginar. Con esta, nada de nada".
Coincide con Ridley y Isaac en que fue divertido y más relajado por la experiencia acumulada, en manos de un hombre como Abrams que ha confiado en ellos desde el principio de la última trilogía. "Todo ha sido mucho más fácil de alguna forma, más divertido. Me lo pasé en grande rodando", concluye el actor que está en plena grabación de Small axe, una miniserie dirigida por el británico Steve McQueen.
Por delante para este trío de excepción, el último chute de adrenalina frente a las masas enfervorecidas antes de disiparse por caminos menos discurridos. Siempre les quedará, eso sí, ese mundo galáctico perpetuo en el que se han ganado una estrella por derecho propio.