Hollywood se pone otra vez a prueba en un nuevo caso de sexismo que involucra a uno de los más prestigiosos directores de la industria aunque quizás no el más liberal de ellos: Clint Eastwood.
Titulada como su protagonista, Richard Jewell está basada en la historia verdadera del guardia de seguridad (interpretado por Paul Walter Hauser) que encontró una bomba durante los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Aunque la explosión dejó a una persona muerta y a otros 111 heridos, el resultado podría haber sido peor sin la advertencia de este guardia, que sin embargo pasó rápidamente de héroe a villano. Un reportaje en el Atlanta Journal Constitution (AJC) reveló que Jewell era nada menos que el principal sospechoso del FBI en el atentado. Su figura fue vilipendiada públicamente, acusado por un crimen que no cometió y tras 88 días de investigación, fue absuelto. Una historia desgarradora que sin embargo ha pasado a segundo plano por una escena crucial en el filme, pero que no tiene sustento.
Se trata de la escena protagonizada por Kathy Scruggs, interpretada por Olivia Wilde, la periodista del AJC que destapa la investigación policial sobre Jewell, y que es presentada como una femme fatale, que cambia información privilegiada por sexo con un agente. Este aspecto simplemente no está verificado ni por amigos, familiares ni tampoco por Kent Alexander y Kevin Salwen, autor de The Suspect, el libro que sirvió de base para la película y que incluyó más de 180 entrevistas para la investigación. Ambos firmaron una declaración donde aseguran que nunca encontraron evidencia de que alguna vez Scruggs haya ofrecido sexo por información. La periodista tampoco puede desmentir el hecho ya que falleció en 2001.
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La actriz Olivia Wilde encarna a la periodista Kathy Scruggs.[/caption]
Por otro lado, el propio Jewell trató de demandar al AJC y a otros medios de comunicación que lo difamaron; sin embargo, mientras con algunos llegó a un acuerdo extrajudicial, AJC se mantuvo firme y en última instancia un tribunal falló a su favor. Alexander y Salwen, autores del libro, estuvieron de acuerdo en calilficar el trabajo de Scruggs como "bien verificado".
Quienes conocieron y trabajaron con la reportera han expresado su molestia y el periódico AJC ha amenazado con emprender acciones legales contra Warner Bros, mientras que otras mujeres periodistas también han compartido su frustración por el trillado estereotipo que la película levanta sobre que las reporteran duermen con sus fuentes de información.
Warner Bros y Clint Eastwood culpan al periodismo ejercido por AJC como el responsable de lo que le sucedió a Jewell, pero sin argumentos realmente sólidos que expliquen el origen de la escena. En tanto, durante los Premios Gotham, la semana pasada, la actriz Olivia Wilde afirmó que era un malentendido del feminismo que los críticos tildaran de sexista la película.
El guionista del filme, Billy Ray ha atacado por su parte al AJC, acusando una "campaña de distracción" al centrarse en un minuto de una película de más de dos horas de duración y donde el centro es Richard Jewell. "La película no trata sobre Kathy Scruggs; se trata del heroísmo y la persecusión contra Richard Jewell y lo que los informes apresurados pueden hacerle a un hombre inocente", dijo al sitio de noticias Hollywood Deadline. "Y por supuesto, mantendré cada palabra y afirmación del guión", agregó Ray, quien incluso se atribuye la redención de Kathy Scruggs, quien en la película se da cuenta de su error a pesar de que nunca pudo "expiar públicamente" sus culpas en la vida real.
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El real Richard Jewell, pasó de héroe a ser acusado injustamente de terrorista.[/caption]
Sin embargo, según el diario The Guardian, el personaje de Scruggs en la cinta es referido como una reportera dedicada, pero conocida por su humor obsceno y una personalidad altamente sexualizada, capaz de acercarse a un agente del FBI, empujando la mano de éste hacia su muslo para debatir si tendrían relaciones sexuales en un hotel o en un auto.
Para el mismo diario, la política de Eastwood como director también ha sido "turbia" en el último tiempo y "con la edad se ha vuelto más prominente, desde la islamofobia de Francotirador hasta el flojo racismo en La mula". "La respuesta de Eastwood y Ray se basan en la furia por el trato injusto de Jewell, cuya historia se lleva a la pantalla para obtener la máxima simpatía, pero al mismo tiempo lo usan como una tapadera para denigrar a una mujer muerta, así como para impulsar un mito dañino sobre las mujeres periodistas. Esperemos que algún día alguien haga una película llamada Kathy Scruggs y tenga la misma determinación de aclarar su historia", dispara Benjamin Lee, periodista de The Guardian.