Del metal al trap: empresas de música chilena reciben $192 millones de Corfo

Los cambios en el consumo y distribución de la música; los desafíos de la industria independiente chilena -responsable de más del 95% de los álbumes editados en el país- y el reciente éxito en el streaming de Paloma Mami y otros nombres del género urbano local. Parte de una amplia serie de fenómenos que, además de sintetizar los vaivenes de la industria musical de los últimos años, fueron parte del diagnóstico con el que Corfo desarrolló sus nuevos fondos concursables, los primeros orientados exclusivamente al sector de la música y que subsidiarán directamente a cuatro pymes del rubro.

En total son $192 millones los repartidos en esta primera convocatoria de Factoría Musical, línea de apoyo diseñada específicamente para apoyar a las diversas empresas que la integran -como sellos, agencias y agregadoras digitales-, con el objetivo de mejorar su competitividad y estrategias de internacionalización.

"Entre la oferta de subsidios y programas, observamos que nadie se estaba preocupando de que las empresas que distribuyen y promueven fueran también más sustentables y por lo tanto pudiesen internacionalizar a sus artistas. Y ahí es donde Corfo tiene algo que decir", comenta Isidora Cabezón, coordinadora de Economía Creativa de la entidad, que en los últimos años ha apoyado al sector con iniciativas como el Nodo IMI Chile o el Observatorio Digital de Música Chilena.

En esta primera versión e Factoría Musical, para la que postularon 18 proyectos, los cuatro de mejor puntaje y que resultaron beneficiados son la agencia Armónica, que representa a artistas como Gepe, Pedropiedra y Gianluca; Iged Record, sello dedicado a la producción y comercialización de artistas de rock pesado y heavy metal; la agencia de promoción digital Tierradefuego, que presta servicios a Fernando Milagros y Rubio, y Potoco Discos, sello capitalino especializado en hip hop con un catálogo que incluye a Como Asesinar a Felipes y La Brígida Orquesta.

Según explica Cabezón, esta "intervención estratégica" tiene dos componentes: por un lado, el de generar actividades orientadas al fortalecimiento empresarial del sector, "donde estaba mas débil la cadena de valor de la industria de la música", explica. Y junto con ello, un "Portafolio de artistas, que también se financia, para poder potenciar su desarrollo e internacionalización".

Si bien el instrumento comenzó a desarrollarse hace más de un año, su aparición se da en momentos en que las pymes y la cultura -así como los presupuestos e iniciativas estatales destinadas a apoyar a las anteriores- han pasado al centro de la contingencia. "Cuando hablamos de la pyme en el contexto del estallido social y la crisis económica actual, el sector creativo es 100 por ciento eso. En ese sentido,

Factoría Musical es una oportunidad mayor dado el contexto actual para que una empresa potencie sus capacidades de internacionalización, en un mercado mucho más complejo y cambiante", explica Cabezón.