Otra charla plana con la tía March (Meryl Streep) de pronto se convierte en un momento de arrebato y emoción, cuando junto al camino nota su alargada figura y con un grito obliga a detener el lujoso carruaje francés que las lleva. Extasiada por el reencuentro, Amy (Florence Pugh) recibe de vuelta una inmediata sonrisa y abrazo de parte de Laurie.
Para seguidoras que han convertido el ir a ver cada una de sus películas en una suerte de ceremonia anual, la aparición en pantalla de Timothée Chalamet (24) genera suspiros y risas cómplices que se esparcen en la oscuridad de la sala de cine. Porque pese al infinito mar de imágenes que puedan haber visto de Mujercitas versión 2019, de escenas y detrás de cámaras, no hay nada como vivir en grupo el reencuentro con "Timmy".
Así ha contado que lo llamaban cuando era pequeño, criado por una exbailarina de Broadway y un francés que trabaja en Unicef. Un apodo que se empezó a masificar en 2017, con el fenómeno que desató el estreno de Llámame por tu nombre (Call me by your name), el drama en que junto a Armie Hammer dieron vida al sentido romance de verano entre Elio y Oliver, con el consecuente fenómeno viral que tuvo como protagonista a un durazno y una amplia presencia en la temporada de premios.
Sin el impacto de ese filme, que lo convirtió en el nominado al Oscar a Mejor Actor más joven en 78 años y en una de las nuevas estrellas favoritas de la industria, no se explica el frenesí que provoca Chalamet cuando, por ejemplo, sube a sus redes fotos del rodaje de su última película, posa a la cámara con Emma Watson o se muestra en una conocida cadena de comida rápida junto a la directora Greta Gerwig, Florence Pugh y Meryl Streep. O que en 2019 haya sido bautizado por medios estadounidenses como "el nuevo rey de Hollywood" y "el hombre más influyente de la moda", al tiempo que se le vincula desde esta semana a una próxima biopic de Bob Dylan.
Tampoco lo que ocurre a la salida de una función de preestreno para fans chilenas, donde entre risas y abrazos una recuerda: "Cuando fuimos a ver Beautiful boy también lloramos mucho". Esta vez las lágrimas no se escaparon por el drama de un joven asediado por su adicción a las drogas -disponible en Amazon Prime Video-, sino por el irresistible cóctel de dulzura y dolores que ofrece la nueva mirada a la novela de Louisa May Alcott que llega esta semana a salas, donde el actor hace propio el papel que en 1994 interpretó Christian Bale.
A diferencia del intérprete de Batman, quien se ganó el afecto de una generación a partir de esa cinta, lo de Chalamet es continuidad pura. El mismo verano que llegó Llámame por tu nombre se estrenó en cines locales Lady Bird -su anterior colaboración con Gerwig, que también postuló como Mejor Película en los Oscar- y un año después irrumpió con Beautiful boy, con la que sorpresivamente quedó fuera de los premios de la Academia.
Gabriela P. (18), una de sus principales seguidoras chilenas, fija un patrón poco habitual. "Actúa como una persona de 24 años", destaca ella, que lo vio por primera vez en la pantalla grande en Interstellar (2014), donde era el hijo de Matthew McConaughey. "No es el típico galán, que siempre es un hombre musculoso", comenta a su lado Anais M. (18). Ambas participan en una cuenta en Instagram (@tchalametchile) que tiene como mayor orgullo el "me gusta" que el actor les dio en respuesta a un video que subieron para su último cumpleaños, hace dos semanas.
"Antes, un viernes, él compartió en su historia una publicación que ya habíamos subido y ahí la cuenta explotó y empezó a seguirnos mucha gente", detalla Javiera B. (16), quien maneja la cuenta desde mediados de 2018. "Hay varios tipos de fans, algunos lo siguen por sus actuaciones y otros solo por cómo se ve", añade. Las redes las unen con personas de Latinoamérica y países como Georgia y España, admiradoras de su particular figura, en algún sentido homologable en la música a la de Harry Styles, quien lo entrevistó en 2018 para hablar sobre películas, redes sociales y una masculinidad más vulnerable. "Fue una tortura para nosotros, porque no hubo fotos", dice Anais.
Sin haber participado en grandes franquicias ni películas de superhéroes, Chalamet es quizás el nombre más visible de un grupo de actores nacidos a mediados de los 90 que han madurado de la mano de roles medianos o pequeños, donde también se pueden contar Lucas Hedges y Saoirse Ronan, sus compañeros en Lady Bird.
Además de sellar su tercera colaboración en The french dispatch, de Wes Anderson, con la actriz irlandesa compartió en octubre una portada de Entertainment Weekly en que jugaron a intercambiar atuendos, difuminando las nociones conservadoras de femenino y masculino y adelantando lo que traería Mujercitas, con Laurie y Jo desafiando lo que en el papel les correspondería. Algo que difícilmente hubieran hecho otros ídolos juveniles que hegemonizaron la pantalla en épocas pasadas, como Leonardo DiCaprio o Zac Efron.
"Los actores se acoplan a lo que la gente está haciendo y nosotros nos acoplamos a lo que ellos hacen, vamos evolucionando a la par", afirma Gabriela. "Porque sería muy fome que el mundo de Hollywood, los actores y los artistas siempre fueran exactamente lo mismo, teniendo en cuenta que todas las generaciones siempre están cambiando".
Un "tonto" de 24 años
Primero conocido como el hijo del vicepresidente de EE.UU. en la segunda temporada de Homeland, Chalamet hoy ve cómo cada paso que da se vuelve viral. El último fue en Nueva York esta semana, en un discurso donde se llamó a sí mismo "un tonto actor de 24 años", al entregar el galardón a Mejor Guión a los autores de Uncut gems, en la gala del National Board of Review.
Celebró a Adam Sandler, detalló una cena con Martin Scorsese y reclamó por un arte que sea "verdadero espejo de nuestros tiempos", pero más comentado que todo eso fue su look: acompañó un esmoquin blanco de Stella McCartney con un collar hecho de clips y una polera con una mano haciendo el signo de la paz que le regaló una fan. Además, presentó una incipiente barba y un bigote que levantaron tantas preguntas como su apariencia en el filme de Netflix El rey, donde lució un "bowl cut" para encarnar a Enrique V.
Como pocos, Chalamet funde moda, cine y nuevos códigos en una sola figura. Y para su episodio más complicado supo reaccionar a tiempo: cuando Un día lluvioso en Nueva York quedó salpicada por el reflote de la polémica en torno a Woody Allen, el actor anunció que donaría su sueldo como protagonista de la cinta a la organización contra la violencia sexual RAINN.
Si en esa película compartió con Selena Gomez y Elle Fanning, en la superproducción Dune estará junto a Zendaya, estrella de la serie Euphoria y las últimas Spider-Man, concretando uno de los encuentros más relevantes de las nuevas estrellas de la pantalla. Bajo la tutela del canadiense Denis Villeneuve (Blade Runner 2049) adaptan una novela de ciencia ficción que ha tenido escasa suerte en la pantalla.
Pero el mayor riesgo puede que no esté en ese protagónico, sino que en el proyecto que alista el director James Mangold sobre la época en que Bob Dylan pasó del folk a la guitarra eléctrica y se convirtió en leyenda. De avanzar, será el primer rol de Chalamet basado en un personaje tan popular y eso inquieta a quienes lo admiran. "Da miedo que a los fans de Bob Dylan pueda no gustarles cómo lo haga", dice Anais.