A las 10.30 h. de ayer estaba programada la inauguración del Congreso Futuro. Pero solo una hora más tarde comenzó el encuentro en el Teatro Oriente, en Providencia. Ya, a las 10.00 había filas en las afueras del recinto, esperando ver a la figura central del congreso, la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (42).
Hasta que llegó el momento. La creadora y referente del feminismo entró al escenario con su tablet, de donde leyó su charla Vivir. En 20 minutos repasó los temas que ha abordado en sus libros Todos deberíamos ser feministas y El peligro de la historia única.
"Estoy muy feliz de estar aquí", dijo la autora nacida de un matrimonio de la etnia igbo, en Abba, Enugu (Nigeria), que a los 19 años emigró a EEUU becada para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas. "Crecí en el campo, entre colinas verdes. Mis padres dicen que a los 2 años comencé a leer, aunque lo más probable es que haya sido a los 4 años. A los 6 años ya escribía mis historias" y leía sobre todo "libros británicos". En esos ejemplares, los protagonistas eran hombres blancos. Era muy raro que pudiera haber una chica como ella, "color chocolate", dijo.
"Ahí comencé a ver la importancia de la representación. ¿Por qué no habían en esas historias personas como nosotros?", reflexionó. "Me di cuenta de que escribiendo podía narrar la diversidad. Recuerdo que en EEUU mis compañeros me preguntaron si les podía mostrar la 'música africana' y se sorprendieron cuando les mostré mi casete de Mariah Carey".
Ngozi Adichie estudió en la U. Drexel, Filadelfia. Después realizó estudios de Escritura creativa, en Baltimore. "Siempre querían que hablara de la pobreza de África, pero esa no era mi historia. Yo también tenía otra historia que contar", señaló. "Fui feminista antes de saber lo que significaba la palabra feminista", agregó.
Ngozi Adichie contó que hace poco viajó a México. Lo hizo con la información que circula en los medios sobre los problemas que existen en la frontera con EEUU. Así llegó a Guadalajara: "Disfruté su arquitectura y sentí que esa información que había digerido tenía una parte negativa. Los mexicanos eran muy amable y alegres". Luego contó que un amigo regaló a todas sus amigas las memorias Mi historia, de Michelle Obama. "Yo le dije: ¿Y por qué solo a ellas y no también a hombres?". Así la autora recalcó la importancia de que hombres también deberían leer historias de mujeres. "Habría mayor comprensión entre hombres y mujeres y ayudaría a reducir el rango de violencia. No estamos familiarizados en las historias de otras personas. Vivimos en un mundo misógino, donde no solo lo son los hombres, también lo son las mujeres", aseguró para finalizar con palabras de Pablo Neruda: "Pertenecemos a esta gran humanidad, no a los pocos sino a los muchos".
Cuando se retiraba por un costado del Teatro Oriente, a Ngozi Adichie la esperaban algunas seguidoras, a quienes firmó libros, se tomó selfies y aceptó preguntas de la prensa. Fue sincera al señalar que no conocía la performance de Lastesis, pero sí apuntó sobre el feminismo: "Es interesante para mí visitar diferentes partes del mundo. Ver cómo la sociabilización femenina es muy similar: trasciende la cultura, la religión y la clase". Por la tarde fue al centro de la ciudad, donde se reunió con un grupo de académicas y asociaciones feministas en la Facultad de Ciencias Sociales, de la U. Alberto Hurtado.