Carmen Romero: "Fue un festival de emergencia"
La directora hace un balance de Santiago a Mil, que finalizó el domingo con un tercio menos de público.
En los 112 espectáculos que desplegó Santiago a Mil a lo largo de 24 días, se contaron 200 mil asistentes. Es decir, un 33 % menos de público que el año pasado, cuando reunió a 300 mil personas.
La baja, sin embargo, no le preocupa a Carmen Romero, directora de Fundación Teatro a Mil. "Para nada. Para nosotros esto era un Santiago a Mil de emergencia, sabíamos que iba a ser así. Nos importaba estar más en el territorio y provocar el diálogo, y eso lo logramos con creces. No se mide el aporte de un gran proyecto cultural solo por la cantidad de público. Hay indicadores cualitativos que nos interesan más, sobre todo en este año", dice.
"Con el estallido social, algunos nos dijeron para qué hacerlo. Pero nunca tuvimos dudas de que había que seguir. Cambiamos el eje de nuestra programación para provocar más diálogo, y después de las funciones la gente se quedaba conversando. Además, este año entramos en territorios que no habíamos estado; Villa Portales, Cerro Navia, La Legua".
Romero aclara que Teatro a Mil "no es solo una gran cartelera, es abrir un espacio mental para entender otros mundos, dejar que nos provoquen los artistas con otras ideas". Da el caso de Guy Régis que trajo un montaje de música y poesía desde Haití.
Respecto de los cambios de horarios por la contingencia, cuenta que las funciones de mediodía fueron muy convocantes, no así las 18.00 h en día de semana.
"Estamos satisfechos de haber tenido Santiago a Mil en un contexto tan complejo. Terminamos, pero seguimos", asegura Romero. Lo dice por dos motivos; continuarán todo el año con sus coproducciones, y aún quedan funciones. Dragón y Trewa estarán hasta el viernes en Teatro UC. Hoy, Chillán recibirá La Pichintún, e Iquique, Kaput, y mañana se monta en Concepción La ciudad de la fruta.
Mañana, además, finalmente llegará a Pudahuel Sur, La desobediencia de Marte, pospuesta desde inicios de enero, por desórdenes. "No queríamos dejar las calles, porque debíamos estar donde nacimos, desde donde venimos. Por eso era clave para nosotros hacer Santiago a Mil este año", concluye.
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