En la imagen, de severo blanco y negro, Víctor Jara aparece sentado y reflexivo. “Te anunciamos como un digno representante de la Nueva Canción Chilena”, le recuerda el periodista peruano Ernesto García que lo entrevista en el plató de televisión. “¿Podrías aclararnos un poquito más qué significa exactamente la Nueva Canción Chilena?”, inquiere al músico.
Ese 17 de julio de 1973, Víctor Jara graba su última entrevista en televisión antes de ser asesinado en septiembre. En una grabación que se volverá legendaria por su contenido, el artista chileno explica su propia tesis de la aparición del movimiento músico-social del cual fue parte central.
"En Chile, más o menos por ahí por el año 67, existió un disco de Violeta Parra (Últimas composiciones, lanzado el año anterior) con canciones donde ella hablaba de la verdad, de lo auténtico, de lo verídico, de lo real de Chile", comienza diciendo.
Luego sigue: "Este disco y sus canciones causaron un impacto profundo en nuestro país, porque Violeta Parra ya había dedicado prácticamente cuarenta años de su existencia a recopilar canciones que ella cantaba, las canciones que todo el pueblo canta a través de toda la geografía de Chile, que canta por tradición, canciones que se ensañan de abuelos a padres, de padres a hijos. Y de pronto apareció esto, que causó una conmoción, y nosotros —un grupo de compositores— sentimos que ese era el camino que la canción debía tomar en nuestro país".
Según Víctor Jara, “ese grupo de gente pensaba: ya basta de música extranjerizante, o de música que no nos ayuda a vivir, que no nos dice nada. Que uno se entretiene un momento y que nos deja tan huecos como siempre. Y comenzamos a hacer este tipo de canción. Y justo en el momento cuando los trabajadores en mi país comienzan a unirse en lo que pronto se llamará la Unidad Popular, y que bueno, obtuvo el éxito que sabemos en el año 70. Así que fue una canción que surgió de la necesidad total del movimiento social en Chile. No fue una canción aparte. Violeta marcó el camino y por ahí seguimos”.