Desde hace cerca de una década, el nombre de Pablo Alborán es una coordenada ineludible en el cancionero pop de esta parte del planeta. Y sobre todo en Chile, donde su popularidad es maciza. El primer escenario que lo recibió en el país fue el Estadio Nacional para el cierre de la Teletón en 2011, pero su primer show extendido fue en el Festival de Viña de 2013. En esa oportunidad se llevó todos los premios. Lo mismo en 2016, pero ya con tres discos y una carrera mucho más consolidada.

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Este 2020, el artista vuelve al certamen -abrirá el miércoles 26 de febrero-, luego de su primera presentación en los Premios Goya y el lanzamiento de su último single, titulado "Tabú". Se trata de una canción a dúo con la estadounidense Ava Max, la que se desmarca de su sonido más tradicional -cercano a la guitarra y lo acústico-, para moverse hacia sonidos sintéticos y pegajosos. Un track que también se ha amplificado gracias a un EP reciente que ofrece distintas versiones de la composición. Un giro que de seguro estará presente en su vuelta a la Quinta Vergara, junto a otros himnos de su catálogo, como "Solamente tú" y "Recuérdame".

"Estoy feliz de volver a Viña, porque Chile siempre ha sido un lugar que me ha dado muchísimo cariño y ha sido una oportunidad para llegar al resto de Latinoamérica, e incluso para el resto del mundo. Es uno de los festivales más maravillosos que hay y poder volver es un regalo, sobre todo por encontrarme con mi público".

Chile está viviendo una gran agitación social. Eso podría afectar a Viña, ya que se avizora que, tomando en cuenta la masividad del certamen, puedan existir manifestaciones del público.

Pues como español no lo vivo, realmente lo que me llega aquí son muchísimas informaciones. Lo que sí puedo decir es que obviamente estoy en contra de la violencia, en contra de cualquier acto dictatorial y cualquier manera de hacer política de esa manera, en Chile y en el mundo entero. Por supuesto yo he estado en millones de manifestaciones, creo que si el pueblo quiere manifestarse, se tiene que manifestar. Lo que te puedo decir es que yo voy a hacer mi música, voy a intentar hacer que mi público, que ha pagado su entrada para poder ver ese espectáculo, disfrute un ratito de entretenimiento y felicidad, de cierto modo. Si al final la música está solamente para eso.

¿Viña tiene prestigio fuera del país? ¿Para usted es importante estar?

La primera vez que fui, se convirtió en la puerta para toda Latinoamérica. Es un festival que ve muchísima gente. Recuerdo que fui jurado y fue una inyección de motivación en mi carrera.

¿Cómo se está preparando para este retorno al evento?

Hemos estado preparando un repertorio para el Festival, con las canciones más importantes y con un ritmo dinámico. Habrá partes de baladas, algo más acústico y de conexión con el público.

En su último single y EP, juega con sonidos distintos. ¿Por qué decidió tomar ese rumbo?

La idea era divertirme y experimentar, era el momento de hacerlo, como este año no saco disco hasta finales de año. Ya tenía esta canción preparada, la grabé, se la enseñé a la compañía y les gustó mucho, la colaboración con Ava Max fue clave, porque de pronto le dio otra posibilidad a la canción. Cuando ya sacamos una versión, se abrieron las puertas internacionales. Surgió la posibilidad de hacer un EP con varias versiones, con un remix, versión piano y voz, es curioso porque jamás pensé que una canción me iba a dar tantas posibilidades.

¿Esperaba que la reacción de su público fuera positiva?

Al principio tenía un poco de respeto porque sí, es verdad que no tiene nada que ver con los singles que he sacado antes, pero la gente que ha ido a mis conciertos sabe que muevo las caderitas, que hay canciones rápidas, que hay sonidos latinos y africanos en la percusión. Entonces, tampoco es tan diferente, lo único que pasa es que es una canción... bueno, si es diferente (ríe). Me hacía ilusión que la gente conociera una parte nueva de mí.