Homeland: el discreto adiós de un éxito televisivo
Partió como un imperdible, pero se va sin la gloria de antaño: el legado de la serie de intriga política que este lunes estrena su última temporada.
Es un experimento que se podría hacer hoy, en un momento en que las series están más populares que nunca y en que tantos parecen estar al día con las temporadas que regresan. Se podría salir a la calle, o a Twitter, y preguntar: "¿Sabías que Homeland todavía está al aire, estrenando capítulos nuevos?". Probablemente la respuesta de muchos sería un no.
Pero claro, lo correcto es que sí, y de hecho en la madrugada de este lunes 10, a la 1.30 de la mañana de Chile, se verá el primer episodio de su entrega final; el octavo y último ciclo de esta serie, por Fox Premium y Fox App. Y para quienes sigan llevándole la pista, la cosa es así: la séptima temporada terminó con Carrie Mathison capturada por los rusos, liberada tras meses de cautiverio y con su salud mental destrozada. La nueva temporada se iniciará con la agente en recuperación, lo que no impide que su amigo y a veces jefe Saul Berenson la saque de su descanso para enviarla a una nueva misión.
Han pasado poco más de ocho años desde el debut de esta serie que se convirtió en un fenómeno al narrar la historia de una brillante y perturbada analista de la CIA que ha logrado que en su trabajo no se sepa de sus desórdenes mentales. Ella arriesga su sanidad, su puesto y la seguridad de su país cuando se obsesiona con la idea de que un prisionero de guerra, liberado tras años como rehén de Al Qaeda, se cambió de bando y fue entregado a EE.UU. para ser parte fundamental de un nuevo atentado.
Con un elenco comandado por Claire Danes, en su primer protagónico en televisión desde El diario de Angela; Damian Lewis y Mandy Patinkin, la serie fue un cañonazo, acumulando varios premios y con la crítica entregada a las grandes actuaciones, los personajes complejos y un guion inteligente que al mismo tiempo que mantenía la tensión y los giros.
Con todo esto, y una segunda temporada que si bien no logró mantenerse tan alto, el drama adaptado de una ficción israelita pintaba para clásico, al menos para estar entre lo mejor de la década. Pero en el inicio de su tercera temporada, aprendió una lección dura: en tiempos en que los tevitos tienen una oferta que parece infinita, una mala temporada -o dos- no se perdonan.
La tercera y cuarta temporada de Homeland fueron eso. Un guion irregular, la partida de un personaje fundamental y la sensación de que esta máquina sólida había desviado su camino. Al parecer quienes se mantuvieron fieles vieron una serie que volvía a enrielarse, sobre todo en su séptimo (¡séptimo!) ciclo. Pero es difícil pensar que la gran masa va a esperar todo ese tiempo por un producto de TV. Así, tras dos años fuera de pantalla, Homeland vuelve para su despedida. Ya no como la gigante que se suponía que iba a ser, pero sí con la vista puesta en ojalá entregar un buen cierre a quienes se quedaron fieles hasta el final.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.