Había estado hasta las 3 de la mañana del sábado haciendo las denuncias relativas al incendio que consumió el viernes buena parte de la entidad que dirige, el Museo Violeta Parra. Horas más tarde, Cecilia García-Huidobro estuvo coordinado el envío de carpetas, archivos, libros, dispositivos museológicos y otros a unas bodegas facilitadas por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Avanzada la tarde, volvió a su casa, encontrando energías para seguir hablando con los medios. Porque al dolor por lo ocurrido a metros de la "zona cero" de las protestas santiaguinas, ha debido seguir la voluntad de ponerse de pie.

Dijo usted a radio Cooperativa que la reconstrucción del museo parte hoy. ¿A qué apuntaba?

Un museo es mucho más que un edificio. Desde el 19 de octubre, por la contingencia y por nuestra ubicación, habíamos estado cerrados como edificio, pero no como museo. Como museo, estamos haciendo actividades en toda la Región Metropolitana: en hogares de ancianos, en escuelas. Estamos con exposiciones itinerantes. El museo sigue vivo. Ahora, ¿cómo construir esta nueva etapa? El directorio tendrá que juntarse a ver con las autoridades culturales cuál es el camino. Yo todavía no lo puedo decir, porque esto acaba de pasar y cada día tiene su afán. Hay muchas cosas que ver, porque no es solo una cuestión de buena voluntad.

¿Qué es lo más urgente?

Ver cómo nos vamos a organizar como equipo, porque ya no tenemos espacio de trabajo. Tuvimos áreas cerradas por el tema de la seguridad. Hicimos una serie de construcciones para poder trabajar dentro del museo, que fueron aprobadas el viernes por la Asociación Chilena de Seguridad, y ahora pasa esto. Lo primero es ver dónde nos vamos a encontrar y cómo va a ser la reorganización en el escenario actual. Creo, incluso, que este escenario es una oportunidad para empujar aún más el museo, empujar aún más el legado de Violeta. Creo que ha calado muy hondo el que un patrimonio tan importante de todos los chilenos, que ha estado gratuitamente a disposición de todos, se haya quemado. Es algo que nos ha golpeado fuerte, y que ha dado cuenta de un reconocimiento absoluto a la figura de Violeta Parra como un ícono femenino universal, una de nuestras artistas más integrales, que ha llegado al epicentro de nuestra identidad. Estamos viendo todos cómo recomponer esto y volver con un espíritu optimista.

¿Qué saben de los daños?

El auditorio tuvo una pérdida total. Todos los vidrios están rotos en un edificio que no tiene muros, sino vidrios. Está muy, muy destrozado, pero no es nada que no se pueda recomponer. Este es un camino sin retorno: Chile ya decidió tener un Museo Violeta Parra. Ahora, no sé qué van a decidir el directorio del museo y las autoridades culturales, que han manifestado su apoyo total y han estado presentes. La ministra me manifestó su total disposición a colaborar. Hay ganas de seguir. Por suerte, tenemos seguros comprometidos, pero nunca van a cubrir la totalidad.

¿Cómo se habían planteado, ya antes del incendio, operar con cierta regularidad en una zona tan tocada por las manifestaciones?

Hicimos muchos esfuerzos para funcionar –como museo, como equipo, como administración-, y funcionamos. Estábamos participando en un grupo de instituciones culturales en la zona, con la idea de resignificar el barrio desde los espacios culturales.

El cierre del museo desde el 19 de octubre, ¿potenció la idea del "museo en los territorios"?

Claro que sí. Esta no fue una causal para no seguir haciendo actividades. Por el contrario, fuimos incrementando los talleres, las charlas, los conciertos. Habíamos estado recién en actividades con museos de Yerbas Buenas y de Linares, y el martes tenemos un taller en la Fundación Las Rosas. No hemos parado

¿Dónde estarán funcionando el lunes?

Lo estamos definiendo.