Tras el incendio que afectó al Museo Violeta Parra el viernes pasado, la hija de la cantautora, Isabel Parra, sostuvo a Culto que no coincidía con el manejo que había tenido la institución desde el estallido social del 18 de octubre. Si bien se tomaron las medidas para trasladar y resguardar las obras de Violeta Parra, el espacio cambió su su ritmo de funcionamiento y cerró sus puertas.

Fue esa decisión la que cuestionó la hija mayor de la cantautora, quien además es vicepresidenta de la Fundación Violeta Parra, organismo del que depende el museo.Según Parra, el espacio cultural debería haber estado más abierto al clima social y político. "Hay una directora (Cecilia García Huidobro) con la que no coincidimos en la forma en que había que poner a Violeta Parra dentro de esta crisis", señaló la cantante a Culto.

Junto a su hija Tita Parra realizaron una "sanación" del museo e1 14 de noviembre, sin embargo no lograron llevar adelante más actividades en el lugar. Aún así han existido en estos meses actividades de extensión en el Museo Artequín, Museo de la Solidaridad Salvador Allende y el GAM.

"Sobre la sanación que ella menciona, quiero decir que el presupuesto que nos llegó de un millón de pesos para aquello excede absolutamente las posibilidades del museo. Además, este es un museo que está clausurado por la Asociación Chilena de Seguridad: nos habían dejado solamente una oficina. Con todos los vidrios rotos, sin electricidad, cómo puede hacerse una actividad que está en un espacio clausurado al público. No es que no quisiéramos hacer actividades en el museo", se defiende Cecilia García-Huidobro, directora del museo.

A cargo de la dirección del espacio desde 2016, Cecilia García-Huidobro ha trabajado junto a Isabel Parra en la preservación del legado de Violeta desde hace casi 20 años.

-Isabel Parra ha dicho no coinciden con la dirección del Museo Violeta Parra ¿Qué opina?

-Ella es miembro del directorio. Fue Isabel junto con su hermano Ángel Parra quienes hicieron esta generosa donación a los chilenos, quienes estuvieron a cargo de la construcción del museo y también la institución que la administraría. La institución tiene un directorio que fija todas las directrices, por lo tanto todo se resuelve en sesiones de directorio. Es una pena que ella no haya participado el último tiempo: es ahí donde se plantean ideas, propuestas y jamás nos llegó su planteamiento.

-Han trabajado durante años juntas, más allá de este hecho puntual, ¿cómo ha sido la relación con Isabel Parra?

-Yo voy para mi cuarto año en el museo, creo que eso lo dice todo. Ha sido una relación cordial, por lo menos frente a frente, y yo he respetado absolutamente su posición de hija de Violeta Parra y benefactora junto con su hermano Ángel de este museo, a través de la donación de las obras. Ahora estaba viendo que dice que da todo por perdido. Sin embargo, nosotros por suerte estamos optimistas.

-¿Hubo diálogo con Isabel Parra durante este último tiempo? Ella dice que no.

-Yo he estado todos los días en el museo, incluso los fines de semana. Así que cuando Isabel Parra ha venido, por supuesto me he justificado con ella. Pero yo insisto, que esto no es una personalización. Puede haber diferencias y me parece natural, especialmente en los momentos que estamos viviendo. Aquí lo que importa es el legado y la obra de Violeta Parra y yo no quisiera que se personalizara como algo institucional porque no es así.

-¿Qué futuro le ve al museo ante este eventual quiebre? ¿Cómo ve una posible restauración?

-No hay un quiebre, pues la institución permanece. El trabajo es arduo, estamos en contacto con el arquitecto y nos reuniremos en marzo, pero en este minuto pensar en una reconstrucción aquí en este lugar se ve muy difícil. Es el directorio el que tendrá que resolver: ellos podrían decidir llevarlo a otro lugar, podrían decidir disolver la fundación, etcétera. Pero por el momento lo que estamos haciendo y también con el apoyo del ministerio, es sacar exposiciones itinerantes, sacar talleres, llevar conferencias. O sea desplegarnos por el territorio, porque si bien las paredes del edificio están quemadas, el museo está vivo. El legado de Violeta Parra va mucho más allá de las paredes de este edificio.

-¿Cómo cree que se puede proteger el patrimonio cultural del país en estos tiempos de crisis?

-En el Museo Violeta Parra se tomó la decisión de resguardar las obras en un lugar seguro. Tenemos un largo desafío: el legado va mucho más allá y se desplegará, como hasta ahora, por los territorios mediante talleres, exposiciones, conciertos, etcétera, con especial énfasis social. En general, las instituciones están todas coordinadas y trabajando juntas, porque en este minuto los problemas tienen matices, pero son iguales para todos. Sabemos que tenemos una responsabilidad tremenda de mantener los patrimonios, obras y espacios de la ciudadanía.