Personal estéreo: Mark Lanegan

Fue Fire of love, el primer disco de The Gun Club, el que me hizo decidir estar en una banda, así que fue algo que me cambió la vida. Pero cuando salió el segundo disco —Miami— eso fue aún más poderoso y lo escucho hasta el día de hoy. Jeffrey Lee Pierce es uno de los compositores y cantantes más grandes de nuestro tiempo y murió muy joven. Él me ha influenciado mucho. Lo que amo de ese disco es la profundidad de la emoción, la forma de cantar, la oscuridad que tiene. Son algunas de las canciones más grandes de todos los tiempos, en mi opinión. Todos los discos de The Gun Club son grandiosos, pero ese en particular realmente se me metió adentro. Lo escuché como a los 18, 19 años. El primero me voló la cabeza y fue la primera vez que me dije "guau, quiero hacer esto también". Había sido fan de la música por mucho tiempo, pero no fue hasta que escuché ese que pensé en serio que me gustaría estar en una banda y ser cantante, porque sentía que la música que este tipo estaba haciendo estaba hecha en especial para alguien como yo: alguien aislado, con pensamientos oscuros…esa música me habló y me hizo querer ser vocalista. Cuando salió el segundo disco esto fue más profundo, tenía una profundidad emocional que no había notado en el primero. Miami es una versión mucho más madura. Era como que (Jeffrey) se había puesto más serio rápidamente. El primero es grandioso, sorprendente —muchos piensan que es el mejor— pero para mí es Miami. Jeffrey Lee Pierce amaba el tercero —The Las Vegas Story— que es muy bueno, al igual que el cuarto —Mother Juno— pero Miami es el que me pegó con todo.

Este está definitivamente en mi lista de los cinco mejores. Son una banda sueca que existe desde los 80s, siguen haciendo música todavía. Esta es una recopilación de canciones de distintos discos y que se editó en Estados Unidos. Es el único álbum que vi de ellos hasta que estuve más viejo y pude investigar más con la Internet (risas), solo me había pillado un par de 12" en alguna parte. Es como una suerte de "grandes éxitos" de lo que tenían hasta entonces y este disco continuamente me inspira. He tomado prestado de él un millón de veces. Hay elementos de música industrial, un rock independiente oscuro con elementos de música bailable, y está cantado desde una perspectiva bien oscura pero con harto humor también —humor negro, el único que puedo aguantar en la música, no soy un tipo que guste de la música divertida— pero el humor de Leather Nun es humor negro que sigue siendo contingente hoy, tanto o tal vez más que como cuando salió. Está siempre en lo correcto.

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John Renbourn tocaba con Bert Jansch, el guitarrista folk británico. Era como su compañero, ambos estaban en Pentangle juntos, era una banda folk de Inglaterra que era popular a fines de los 60. Pero John hizo hartos discos en solitario y eran bien folkie, medio bluseros. El hizo uno que se llama Faro Annie, en 1971, y ese disco llegó a mis manos en algún momento. Amo como canta, tiene a los otros tipos de Pentangle ahí —Bert no está eso sí— pero sale Danny Thompson y Terry Cox —el bajista y el baterista— y es como un folk rock, donde toca guitarra eléctrica y citar, y es bien de su tiempo. Este disco tiene canciones tradicionales, algo de blues, una de Woody Guthrie, una de Mississippi Fred McDowell, y un par de canciones británicas de folclore. Él compuso el tema homónimo con Thompson y Cox, pero el resto son tradicionales: Robert Johnson, Dock Boggs. Yo estaba metido en el blues viejo —Robert Johnson, Son House, cosas así— pero también estaba pegado con el folk británico —Nick Drake, Pentangle, Bert Jansch— y había algo en la forma de cantar de John Renbourn y en su forma de tocar que me pegó mucho, y este disco es el que amo y con el que me conecté. Para mí, casi siempre se trata de las canciones. Una canción que captura mi imaginación y me pone en un lugar diferente mentalmente y me hace ver una película en mi cabeza. Esos son los discos que se quedan conmigo. Usualmente las canciones que me cuentan mi propia historia de la forma en que me gustaría escucharla, o me ponen —como te contaba— en una película que puedo ver, visualmente.

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Este disco no tiene ese tipo de efecto en mí, pero es fácilmente uno de mis discos favoritos. Salió en 2012. Regis es un artista electrónico y supongo que le llamarías tecno pero es bien duro, bien seco, pulsante. Es uno de esos discos que me cambiaron la perspectiva de la música y me hicieron querer explorar otros tipos de música más allá del rock. He tenido harto de música rock de guitarras a mi edad, hay muchos discos grandiosos que aún pongo pero es la música electrónica lo que más escucho. Y este es uno de esos discos. Es bien intenso, bien rudo, y simplemente me hizo ver las cosas desde el otro lado de la reja, me dio una nueva inspiración en lo que respecta a la música que yo hago. Yo había hecho música electrónica en 2004, pero cuando escuché éste en el 2012 realmente me hizo querer cambiar mi modus operandi, mi lugar en el mundo, el tipo de música que hago. Y me hizo querer terminar mi carrera más como Scott Walker que Engelbert Humperdinck, si es que eso tiene sentido. Scott Walker hizo los discos más fuera de este mundo que hay, hasta el final.

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Son muchos los discos, así que acá tengo un empate por el quinto. Uno de esos dos discos es Spark de Alain Johannes, que es uno de los más poderosos y hermosos de todos los tiempos. Cuando primero lo escuché —y no recuerdo qué canción fue— pero me puse a llorar. Y eso es raro, no soy un tipo que llora. Tiene algo que es muy honesto, muy de corazón, muy inteligente, tan honesto y tan lleno del dolor producto de la pérdida —con el que puedo identificarme, pero no con el tipo de pérdida que él ha sufrido— y su don es tan poderoso y tan grande que lo considero uno de los artistas más grandes de todos los tiempos, y eso es ponerlo al nivel de Jimi Hendrix, John Lennon, David Bowie. Considero a Alain como en esa liga, como Bob Dylan. Así de poderoso y único es su don. No es necesario decir que he hecho discos durante mucho tiempo y luego conocí a Alain, y ahí es cuando realmente comenzó mi vida musical. Porque él fue el primero en hacer que mi visión se hiciera realidad. Yo no pude, nadie más pudo. Él pudo hacerlo sin esfuerzo y de inmediato. La música que él hace por su cuenta no tiene nada que ver con la música que él hace conmigo, y eso es mayor prueba de que es un genio, porque puede hacer lo que quiera y tocar cualquier instrumento. Y también, diariamente, escribe una canción que es mejor que cualquiera que yo haya hecho en toda mi vida. Y es por la emoción y la inteligencia que tiene y su sentido melódico único, esas progresiones de acordes con melodías que uno normalmente no escucha: pegajosas, pero tristes y esperanzadoras a la vez. Me sorprende, y ese disco es uno de los mejores de todos los tiempos. Es chocante que no mucha gente fuera de Chile lo conozca porque su don es tan grande y poderoso que es sobrecogedor.

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Este es mi empate para el quinto lugar. El día que salió, Alain Johannes me llamó y me dijo: "salió el disco nuevo de Bowie. No puedo explicarlo, pero me agarró de inmediato. Tienes que escucharlo ahora mismo", así que lo conseguí ese mismo día, apenas salió. Y me provocó lo mismo. David Bowie por supuesto que hizo muchísimos discos distintos, y por eso era un gran artista: porque siempre se estaba desafiando a sí mismo a hacer algo distinto. Pero nunca había escuchado algo así, tenía algo oscuro y misterioso ese álbum y me atrapó de inmediato. Yo uso twitter de repente, para romperle las pelotas a la gente, y escuché el disco y tuve que decir algo como '¡Guau! estoy escuchando el disco de David Bowie ¡Una locura! Es demasiado bueno'.

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Tiene esos elementos de jazz, las letras… hay un misterio en él, había algo diferente… y esa semana que salió no escuché nada más. Luego, cuando terminó la semana, él murió. Y ahí entendí por qué me había llegado de forma tan intensa: porque él quiso que fuera así. Supongo que pasó muchos años luchando contra esa enfermedad y pasó el último año de su vida haciendo ese disco y lo editó una semana antes de irse. Para mí es uno de las declaraciones artísticas más poderosas que haya escuchado y me hizo sentir privilegiado de haber vivido al mismo tiempo que este hombre, porque no solo ese disco es especialmente una genialidad ya que está hablando de lo que le está pasando y lo que le va a pasar, sino que lo hizo a propósito. Terminó su vida con esta declaración artística tan poderosa. Y supongo que puedes compararlo con el disco American IV de Johnny Cash que salió justo después de su muerte, ahí hay una canción al final que canta con toda su familia: "We'll meet again". Pero cuando los músicos hacen discos y saben que van a morir, eso es una cosa. Otra es hacer un disco completo que se ponga al nivel de ese suceso. O sea, David Bowie no es de este mundo y ese disco…simplemente no puedes joder con ese disco. Nadie nunca más va a hacer un disco así y nadie lo había hecho antes. Y decir eso aplica a muchos de sus discos, pero ese en particular es una genialidad. Mi esposa está bien metida en el misticismo y el ocultismo, y ella se dio cuenta de algunas referencias que hay ahí, de cosas que ella identifica. Yo solo sé que se me metió adentro de inmediato y que me dejó cagado. Y luego me di cuenta de por qué me ocurrió eso: pasó porque él lo hizo así a propósito (risas) y eso es bien putamente asombroso.

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