En su octava versión, el Curso Magistral de Música de Cámara del Teatro del Lago, que se realiza entre el 24 y el 28 de febrero, tendrá un tono femenino. Por primera vez el equipo académico sólo lo integran mujeres. Todas son solistas con una carrera en la primera línea europea: desde Alemania llegan la chelista Tanja Tetzlaff y la violinista Barbara Buntrock, y desde Letonia, la pianista Lauma Skirde. Se suman la violinista búlgara Gergana Gergova y la oboísta inglesa Sasha Calin.
"Es pura coincidencia que seamos cinco mujeres. Al hacer música, a mí nunca me ha importado si es con mujeres, hombres, personas mayores, jóvenes, de qué país o religión son. No entiendo cómo esas categorías siguen jugando un rol tan destructivo en el mundo", aclara Tanja Tetzlaff. La chelista es hermana menor del célebre violinista Christian Tetzlaff, y ambos integran un cuarteto de cuerdas.
"Adoro tocar con él, nos comprendemos ciegamente. Cuando era niña, él era un enorme ídolo para mí. Cuando se volvió muy famoso y yo recién empezaba mi carrera, a veces era difícil no sentirme inferior, pero afortunadamente encontré mi propio camino", comenta. Además de tener una intensa actividad de concertista, ella trabaja con artistas como John Malkovich, con quien tiene en marzo una larga gira del espectáculo The Music Critic.
Tetzlaff, al igual que las otras cinco solistas convocadas, ejercitan por igual la música de cámara y el rol de solista con orquesta. "Me encantan ambos mundos. Tocar música de cámara potencia la comunicación del solista", dice Tetzlaff.
"La música de cámara es el núcleo de la educación musical, yo no podría tocar ningún Concierto para piano de Brahms si no hubiera estudiado toda su producción camerística", declara Lauma Skride, pianista de intensa y premiada trayectoria que también enseñará en el curso que tomarán 50 jóvenes intérpretes de Chile, Colombia y Argentina, la próxima semana.
Las cinco virtuosas, además, darán un concierto este sábado 22, a las 20.00 h, en el Teatro del Lago. Primero, contrastarán el Cuarteto con oboe en Fa Mayor, K. 370, de Mozart, y el Cuarteto Fantasía para oboe y cuerdas de Britten. Y luego abordarán el Cuarteto con piano N°3, Op. 60, de Brahms. Tetzlaff destaca cuán conmovedor es este último, y que "su movimiento lento parte con uno de los temas para chelo más hermosos de la literatura de cámara". Skride agrega: "Es una de mis obras favoritas, por su belleza y profundidad".
Aunque ambas intérpretes son muy reconocidas en el repertorio romántico, éste no les basta. Por el contrario, las dos exploran otras épocas y estilos. Tetzlaff es muy activa en la música contemporánea. "Me aburriría si sólo tocara música del pasado; para mí es ineludible explorar el 'repertorio vivo' porque necesitamos expresar también cómo es el mundo que nos rodea, las experiencias de miedo y de esperanza de vivir en el siglo XXI", explica. Skride, por su parte, siempre está rescatando algún autor olvidado; el último fue George Enescu.
Además, ambas han hecho cosas concretas para visibilizar la composición femenina. Mientras Tetzlaff ha tocado varias veces el Concierto para chelo de la surcoreana Unsuk Chin, Skride dedicó su disco debut, en 2007, a Fanny Mendelssohn -hermana mayor de Félix Mendelssohn- y ganó el premio Echo Klassik. Asimismo, el año pasado Skride tocó muchas piezas de Clara Schumann -Wieck de soltera, y esposa de Robert Schumann-, por su bicentenario. "¡El público amó su música! Ella tuvo un solo problema; no tenía mucho tiempo para escribir porque debía hacerse cargo de siete niños y de su marido. Hizo lo que pudo, y sus obras son estupendas. Sin embargo, no está en las salas de concierto, y lo mismo pasa con Lili y Nadia Boulanger. Tengo la idea de que los tiempos están cambiando; espero que las compositoras comiencen a ser programadas como corresponde", dice Skride.
"En Europa, en especial en Escandinavia, las compositoras están siendo cada vez más interpretadas. Parece que finalmente recuperarán lo que se perdió en los siglos pasados", cierra Tetzlaff.