No fue un camino fácil para que Una Guerra Luminosa -The Current War, en su idioma original- llegara a la pantalla grande. Con su rodaje y post-producción finalizados en 2017, y su exitosa proyección en el Festival de Cine de Toronto en septiembre de ese año, la cinta fue archivada por dos año

Weinstein Company era el Studio realizador y el reportaje publicado en The New York Times que denunciaba acoso y abuso sexual por parte de Harvey Weinstein puso en pausa todos los proyectos de la compañía.

Finalmente los derechos de la película fueron vendidos a Lantern Entertainment, quienes a su vez la vendieron a 101 Studios. Con una nueva edición por parte del director -Alfonso Gomez-Rejon- que redujo 10 minutos al filme, pudo ser proyectada en los cines estadounidenses en octubre de 2019 y en Latinoamérica desde esta semana, con Harvey Weinstein mencionado como uno de los tantos productores.

Benedict Cumberbatch parece tener cierta maestría -o los realizadores tiene algún tipo de predilección por él- para interpretar a genios incomprendidos.

El primero de ellos, Stephen Hawking -para la cinta de BBC Hawking (2004)-, en 2010 como Vincent en Van Gogh: painted with words, y desde ese mismo año como Sherlock Holmes en Sherlock. Desde aquella producción, considerado su rol pop más conocido, fue elegido para interpretar a Julian Assange en Quinto Poder, Alan Turing en Código Enigma y -por qué no- Stephen Strange para la saga Marvel.

En Una guerra brillante suma a su currículum la personificación de un hombre muy inteligente que carece de suficientes habilidades sociales para explotar su intelecto en todo su esplendor, esta vez, como el inventor Thomas Alva Edison.

Conocido como creador de la bombilla incandescente, en 1880 -Estados Unidos- Edison se embarcó en una feroz competencia con George Westinghouse, quien en ese entonces lideraba el mercado de la iluminación en base a gas. Edison, en tanto, proponía como innovación usar la corriente continua, mucho más limpia, pero costosa y limitada para su instalación.

Luego que Edison rechaza una cena de Westinghouse, la competencia se torna prácticamente personal. George Westinghouse -Michael Shannon-, viendo cómo Edison amenaza con dejar obsoleto el modelo que lo hizo rico, decide trabajar con la corriente alterna, más económica y de mayor alcance que la continua.

Cuando la corriente alterna comienza a tomar la delantera, sale a flote lo peor de ambos hombres, cuyo orgullo les nubla el juicio al extremo de difamarse mutuamente en la prensa e infringir sus principios.

Mientras Edison se encarga de promocionar la electricidad de Westinghouse como peligrosa por potencialmente provocar la muerte al contacto, el hombre de la corriente alterna contrata a Nikola Tesla (Nicholas Hault) -quien anteriormente trabajó para Edison- para que le construya un motor que demuestre los límites de la corriente continua.

¿Cuánto está dispuesto a ceder una persona con tal de mantener su prestigio? Una Guerra Brillante pone sobre la mesa el debate en la voz de Tom Holland como Samuel Insull, asistente de Thomas Edison.

"Eres como yo, pero humano", le dice Edison a su joven aprendiz en algún momento. Y es que Insull es tan brillante como su mentor, pero recuerda continuamente la importancia de la ética. ¿Vale la pena provocar miedo en la población y desprestigiar a un hombre con tal de adjudicarse una concesión? ¿Y qué pasó con no trabajar para un invento que provoque la muerte? (En relación a los primeros intentos de silla eléctrica).

El personaje de Holland funciona como una suerte de Pepe Grillo en la vida de Edison. Es la presencia permanente de un insecto llamado culpa o conciencia, su cable a tierra en la turbulenta guerra por el reconocimiento de instaurar la energía eléctrica.

Este es el primer trabajo de Tom Holland junto a Benedict Cumberbatch. Si bien pareciera que la primera vez que coincidieron en una producción fue Avengers: Infinity War, el error se debe a que se pospuso el estreno de esta producción.

Una Guerra Brillante, cuyo estreno está programado para este jueves 20 de febrero, da cuenta -además de la rivalidad entre Edison y Westinghouse- de hitos de la historia moderna como la creación de la silla eléctrica como sentencia de muerte, cómo los inventos de Tesla -un serbocroata llegado a Estados Unidos como inmigrante- sufren el desdén de los locales, y el origen de la mega empresa General Electric, la cual trabaja hasta el día de hoy.