El cambio de escenario fue un poco brutal para Sharon Choi, coreana estadounidense de 25 años licenciada en cine. Primero fue un mail de Bong Joon-ho, el director de la película ganadora del Oscar, Parasite, para pedirle ser traductora de una entrevista en inglés que le harían por teléfono. Luego, cerca de mayo de 2019, tendría que partir directo a Cannes para ser la traductora oficial de un par de entrevistas en vivo. Pero allí, observando la película ser exhibida frente a cientos de críticos, se dio cuenta que esto era diferente.
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Diferente no solo en el sentido estricto de la profesión —Choi solo había trabajado de intérprete con el director Lee Chang Dong, por su película Burning, unas semanas antes de la llamada de Bong Joon-ho— sino que la película en sí, Parasite, tendría una inmediata repercusión que era muy importante para el cine coreano.
Este era un trabajo de mayor ambición, con la misión de acercar su propia cultura a las masas mundiales, gracias en parte al trabajo de Choi, el arte de la interpretación.
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Democratizando el cine
Otros en la misma profesión han descrito su trabajo como el arte de lo efímero. Está claro. Ser traductora e intérprete requiere de cierta habilidad lingüística bidireccional y memoria, al mismo tiempo que capacidad de síntesis y por sobre todo un sexto sentido que solo se logra con el tiempo que pasa el intérprete con el interpretado, una conexión y un entendimiento que podríamos llamar química.
Sharon Choi explicó a Variety que entendió que "las traducciones son sagradas" a través de otra película del director, Okja, y que desde ese momento supo que el trabajo que tendría que hacer sería de mucho cuidado e importancia. Sobre todo porque Parasite era una película que estaba ganando atención fuera de Corea. Mucha atención.
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Cuando el filme ganó en Cannes, fue el primer paso a la democratización del cine de su país. Parasite, la película que critica las clases de la moderna Corea del Sur, se había transformado en la primera cinta de esa nacionalidad en ganar el galardón, y desde ese momento, la lucha de clases fue entendida por miles como un problema compartido, perteneciente a cualquier sociedad y cualquier país. Algo que la intérprete iba a llevar consigo cuando tuviese que poner las palabras del director en los curiosos oídos extranjeros.
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No fue una misión tan difícil, dice Choi. Era, más bien, como un sueño de algo que hubiese querido que pasara años antes. "Fue conmovedor ver una película sobre mi país de origen en contacto con personas de diferentes culturas. Los dos años que pasé en los Estados Unidos cuando era niña me habían convertido en un híbrido extraño: demasiado coreana para ser estadounidense, demasiado estadounidense para ser coreana. Seguí mi inglés leyendo libros y viendo películas, pero aún no sabía cómo responder al tan casual '¿Qué pasa?' cuando volví a Los Ángeles para la universidad", explicó a Variety.
Finalmente, y luego de meses interpretando largos discursos de Bong Joon-ho en alfombras rojas, en televisión y en decenas y cientos de entrevistas, se dio cuenta que traducir e interpretar sí era un acto político, porque estaba acercando a la gente a una nueva realidad fuera del mundo del inglés, a una nueva expresión que ahora estaba disponible para todos.
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Un acto que ponía al mismo nivel a un director local y a uno extranjero. Como haciendo honores a lo que el mismo Bong Joon-ho dijo cuando ganó el Globo de Oro a mejor película: "Una vez que ustedes superen la barrera de subtítulos de una pulgada de alto, se les presentarán muchas más películas increíbles".
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Una nueva inspiración
Entre entrevistas y viajes en 2019, la estudiante seguía con su propia carrera de cineasta en el proyecto de tesis. Su verdad era completamente diferente a las glamorosas premieres a las que asistía. "Entre Cannes y Telluride, estaba en el abismo del proyecto de tesis de un amigo que, aparte del increíble equipo, tenía todas las dificultades habituales. Finalmente rompí a llorar cuando el baño en el que discretamente habíamos planeado grabar justo comenzó a ser reconstruido esa mañana [...] siento que mi lugar todavía está en ese grupo de estudiantes, en medio de las luchas para hacer proyectos pequeños y honestos. Todavía estoy aprendiendo a cultivar mi voz como cineasta" contó.
Y es que Sharon Choi recién está buscando su voz en el cine, pero la construcción de su ambición comenzó en el momento que fue presentada a Bong Joon-ho, que a estas alturas, es su mentor principal.
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Así lo relata en su memoria: "Solo escuchar al director Bong leer intuitivamente el espacio fue como tomar una clase magistral sobre la santa trinidad de la cámara, el espacio y los personajes. Su manera fácil de compartir su visión fue aún más evidente cuando dirigió la sesión de fotos con Cho Yeo Jeong para la revista W. Su rápida precisión, siempre teñida de humor e ingenio, fue instructiva e inspiradora".
Es casi imposible no llevarse un trozo de su legado al estar tanto tiempo en contacto con sus pensamientos y palabras, los que ella interpreta de manera excepcional, como lo han planteado varios medios de comunicación de la talla de The Guardian. Su realidad fue inevitablemente mutada cuando entró en el círculo más cotizado del cine y televisión en el último tiempo, lo que le dio acceso a otra fuentes de inspiración: estar cerca de sus ídolos.
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"Conocí a algunos de mis héroes personales. Le dije a Phoebe Waller-Bridge que deseaba un sacerdote para Navidad, terminé en Taco Bell con Celine Sciamma a las 4 a.m. reflexionando sobre el amor y la vulnerabilidad. Después de horas de discutir sobre diversidad e historias, salí de un restaurante con Lulu Wang mientras tocaban el 'Closing time' de fondo", expresó al mismo medio.
Entre cuatro paredes, Sharon Choi planea nuevos proyectos y hasta una película. "Ella estudió cine en la universidad, así que tengo curiosidad sobre su guión, de hecho, está escribiendo uno de larga duración", contó el propio Bong Joon-ho en el backstage de los Oscar.
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Bong Joon-ho y Sharon Choi.[/caption]
El poder de Parasite: traducir mi propia vida
El fenómeno de Parasite ha derribado varios cánones, casi todos relacionados con el problema del reconocimiento del cine extranjero y el racismo que aún se sufre no solo en la industria del entretenimiento. Y así como logró ser la primera cinta extranjera en la historia en llevarse un Oscar como mejor película, también logró visibilizar y sobreponerse a varios problemas, a veces hasta de índole personal para el equipo que hay detrás de este éxito masivo.
Para la intérprete del director esto tocó en lo más profundo de su historia.
"Cambiar de un idioma a otro nunca ha sido mi trabajo. Es la única forma de vida que conozco. He sido mi propia intérprete durante 20 años. Un psicólogo especializado en niños bilingües me dijo una vez que la mayoría de las personas tienen una capacidad cerebral similar: si un monolingüe sabe 10,000 palabras, un bilingüe solo sabría 5,000 en cada idioma. Toda mi vida he estado frustrada por tener que elegir uno de los dos. Por eso me enamoré del lenguaje visual del cine. La realización de películas es un proceso similar de traducir mi interior a un lenguaje que pueda comunicarse con el mundo exterior, pero no tuve que buscar equivalentes que solo fueran aproximaciones del original", confesó en Variety.
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En los siguientes párrafos, Sharon Choi explica algo que la une de por vida al legado de Bong Joon-ho. Cambiar de idioma no es un proceso que se haga con la parte del cerebro que controla el lenguaje, sino que se hace con la parte de la flexibilidad del pensamiento. Y es esa flexibilidad la que llevó a la traductora e intérprete a donde está, es la misma flexibilidad que tiene a la película Parasite en cines de todo el mundo, es la flexibilidad con la que su director logró contar la historia de una manera muy personal, la misma que le entregó su lado cinematográfico y su estilo.
Y es ese lado personal el que quiere potenciar. Una fórmula que ciertamente funcionó para Bong Joon-ho. Algo que, nuevamente, en su memoria deja más que claro. "Lo que escribo es una pequeña historia ambientada en Corea del Sur que está cerca de mi corazón porque, así como el director Bong citó las sinceras palabras de Martin Scorsese, 'lo personal es lo más creativo'".
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