"Nos invitó a vivir una vida loca", dice Martín Cárcamo en un guiño a los típicos juegos de palabras que por décadas Antonio Vodanovic urdió para presentar artistas en la Quinta Vergara. Ricky Martin ya debiera figurar en escena esta noche inaugural pero el inicio del festival de Viña ha sido accidentado en el anfiteatro. Partidas en falso, fanfarrias a la mitad, la obertura suspendida. Unas bases electrónicas se dejan sentir junto a videos con el astro puertorriqueño. El mensaje sugiere que Ricky Martin es un artista del presente y el futuro, no un tipo que lleva en este negocio desde los años 80.
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"Que cante mi gente" y "La bomba" imponen la energía urbana en boga. En un par de años Ricky Martin tendrá 50 y nada parece indicarlo. Con "Bombón de azúcar" el escenario se transforma en un musical y un videoclip en tiempo real. Las coreografías son insinuantes con hombres y mujeres mientras la canción muta sorpresivamente desde el soul hasta el rock. El puertorriqueño baja las revoluciones y adelanta una nueva canción que aborda "la vulnerabilidad de un hombre", según explica. La pausa rítmica dura poco porque se viene "Livin' la vida loca" con cambio de vestuario -un traje dorado- seguida de "Shake your bon-bon".
Si Ricky Martin ya tenía al público meridianamente en el bolsillo el siguiente bloque sentado en un taburete repasando sus mayores clásicos románticos dejó rendida a la asistencia. Canta la power ballad "A medio vivir" y el karaoke desatado es tremendo. "Fuego contra fuego" mantiene el coro generalizado y las gargantas siguen unidas en "Tu recuerdo".
A las 22:37 llega un clásico del público femenino chileno: gritan mijito rico.
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Siguen las baladas donde Ricky Martin es imbatible, esa batalla cuerpo a cuerpo con la audiencia donde siempre arrasa. "Te extraño, te olvido, te amo" es uno de sus mayores éxitos y la gente sigue prendada. En redes sociales acusan que la voz no se escucha por la transmisión televisiva pero en la quinta Vergara, a excepción de algunos agudos, el caudal del astro es portentoso y la banda se muestra sólida con la categoría propia de una figura mundial.
Ricky Martin aparentemente cierra sus éxitos románticos con "Disparo al corazón" y "Fuego de noche, nieve de día". Los animadores irrumpen y bailan la colita con el cantante, algo que solo puede suceder en un festival como este. Pero las baladas aún no se van. El broche arriba con "Vuelve".
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El ritmo y el baile continúan con "Pégate", "La Mordidita" y "María", esta última en spanglish. A las 23:30 llega la gaviota de oro. Ricky Martin se despide a seis años de su último show en Viña del Mar. El tiempo sigue siendo un dato anecdótico en su historial. Lleva 20 años en la primera línea mundial y cada vez que regresa confirma su condición inamovible.
