"Viña es fiesta. Viña es vida", dice una de las frases de la canción con que el festival más popular de Chile abre sus emisiones. Pero anoche, su histórico carácter lúdico adoptó otro acento, con manifestaciones en las afueras de la Quinta Vergara y en el hotel O'Higgins. De hecho, el caos que explotó en el reducto afectó directamente a la cita. La obertura de esta edición, con una niña creciendo y bajo el concepto de "luchar por sus sueños", fue cancelada a última hora, ya que parte de los músicos y bailarines que iban a participar no pudieron salir del O'Higgins debido a los desórdenes. A las 21.30 horas, sólo un 60% de quienes animarían la obertura estaba en la Quinta. Algunos participantes de las competencias corrieron la misma suerte, por lo que se postergaron para hoy.
Por lo mismo, los animadores se encargaron del pitazo inicial con varios minutos de retraso, en un ambiente rudo y tenso, marcado por el estallido social. Pese al evidente nerviosismo, finalmente sacaron adelante un trance complejo gracias a un discurso que apeló a la fraternidad. "Un país más próspero y justo se construye con todos y todas, y nunca más sin nosotras las mujeres", partió Godoy. Su compañero la secundó: "Queremos un festival que conecte a los chilenos. Somos 17 millones de personas que soñamos con un futuro mejor, un Chile justo, un Chile diverso e inclusivo, un Chile igual en dignidad y derechos, un Chile fraterno y un Chile unido".
Y para intentar aflojar los ánimos, a las 21.56 horas saltó Ricky Martin a escena, con una fiesta sólida en lo visual, aunque también se palpaba su inquietud -su auto fue apedreado cuando salió del hotel- y la emisión lució un audio desbalanceado. Dos momentos marcaron su show: un beso en los labios a Cárcamo y su propio mensaje al país, cuando dijo: "Exijan lo que ustedes merecen. Con paz y sin violencia, nunca callados".
Quien difícilmente se iba a callar era Kramer. El comediante desplegó una rutina magistral, con el estallido como eje y donde repasó a casi todos sus protagonistas, proclamas, canciones y símbolos, detonando las mayores rechiflas en las alusiones a Alberto Plaza, Sebastián Piñera y Jaime Mañalich. Una síntesis del Chile de los últimos cuatro meses que se sintió como un suspiro más aliviado en el difícil debut de Viña 2020.