El lunes, la administración del Hotel O'Higgins anunció el cierre indefinido del recinto luego que el día anterior, en la previa de la primera jornada del Festival de Viña, el emblemático hotel fuera atacado por un grupo de manifestantes.

Ese mismo día, el humorista Paul Vásquez, "El Flaco" para las masas, recibió una llamada donde se le comunicó que no podría alojar en el recinto, su cábala desde que con Dinamita Show debutó en el Festival en 1996, y donde volverá a actuar esta noche.

"Le dije 'hermano, evacúen todo lo que quieran. Si tengo que quedarme como en el hotel de El Resplandor, solo, yo me quedo'", cuenta a Culto, ya instalado en el O'Higgins, donde a petición especial -y bajo su responsabilidad, como acordó con el hotel-, se le permitió hospedar. Es el único artista allí, en un sitio hoy con una atmósfera algo huérfana y desamparada, con algunos periodistas que también siguen alojando entre sus paredes.

"El hotel es parte de la historia de Viña y es parte de mi historia", explica acerca de su decisión, sentado precisamente en el bar del O'Higgins, a pocos metros del lobby enrejado y los ventanales rotos. "En 1996 nosotros llegamos acá como desconocidos. Después, todos los festivales estuvimos acá. Cada vez que salimos del O'Higgins a la Quinta nos iba bien", agrega recordando las cinco ediciones donde participó al lado de Mauricio "el Indio" Medina, su compañero de toda una vida. Pero hoy, El Flaco debuta como solista.

"Me he preparado con mucha humildad. Yo no voy aquí de ganador, ni me siento triunfador. Para mí es primera vez, y es mi primera vez de hecho. Por lo tanto me he preparado, he probado la rutina. Estoy haciendo todo lo que he hecho cuando hemos venido al festival", cuenta.

Sobre la rutina que presentará, dice que la lleva preparando por cinco años, casi el mismo tiempo que cuenta separado de Medina, con quien volvió a distanciarse tras su último paso por el evento en 2015. "La rutina ha sufrido modificaciones hasta el último show que fue en Punta Arenas el sábado. He sacado, he puesto. La estoy dejando bien apretada y quiero que salga tan rápida como la rutina de Javiera (Contador)".

"La Javiera ahí demostró todo el training de actriz, tiene los reventones marcados, y me gustaría tener esa velocidad. A lo mejor con una marcha menos, porque con la primera reacción del público uno se relaja".

De paso, también destaca lo que ocurrió el miércoles con Ernesto Belloni. "Todos pensaban que 'el monstruo' se iba a comer a Belloni, y se equivocaron. El hombre hizo su redención", reconoce.

El humorista adelanta además cómo será este "Flaco" en solitario. "El Flaco mantiene su esencia, está más viejo y más gordo, pero no obsoleto. Sigue con la misma estupidez, disperso, con déficit atencional. Sigue con el humor blanco: no usa palabras fuertes como se escuchó en la rutina de (Stefan) Kramer por ejemplo, que hasta uno dijo 'las palabritas de Kramer'".

-¿Cómo ha visto a la Quinta estos días que van de Festival?

-En mute (ríe). Yo lo he visto por la tele. Creo que no estamos en tiempos de censura, dejen que la gente se exprese.

Tras el 18 de octubre, Vásquez se volcó al voluntariado, otra de sus pasiones: lleva una década trabajando como bombero en San Bernardo, y en 2008 creó la ONG Voluntad Pura. Luego del estallido social llegó como rescatista a Plaza Italia, prestando ayuda clave a los heridos en las manifestaciones más crudas que se dieron en Santiago.

El artista, sin embargo, hace rápidamente la separación entre Paul Vásquez y el "Flaco". "Como persona natural todos saben de qué vereda soy, es de conocimiento público, todos saben mi compromiso como bombero, y todos saben que voy a estar en la vereda del pueblo, y voy a estar al lado del pueblo siempre".

Su personaje, por otro lado, "nunca se ha caracterizado por ser político, estamos claros. Pero el Flaco no se puede hacer el hueón tampoco, porque la gente está esperando que diga cosas por ellos. Tiene que haber algo de eso. Hay mucha gente que confía en que el Flaco le diga algo a los señores del poder".

Tal como ha ocurrido con otros comediantes, Vásquez cuenta que de parte de la organización "hubo apreciaciones" acerca de su rutina. "Te piden el libreto por escrito. Leerlo no es lo mismo que verlo actuado, y por eso los invité a que fueran al Festival de Peñaflor a verlo. Obviamente tengo un compromiso, lo que está en el libreto es lo que hago. No debieran cortarme nada, la rutina está cien por ciento aprobada".

-Mon Laferte dijo en el Festival que dudó de asistir por la crisis. ¿Usted dudó en algún momento?

-Para el 18 de octubre, que la gente despertó, mi trabajo decayó. Los humoristas somos damnificados fantasmas. Nadie nos cuenta, nadie se preocupa si tienen pega o no tienen pega. Del 18 al 30 de octubre cero pega, se cayeron todas. Noviembre, diciembre y enero. Entonces cuando se confirma mi participación en Viña obviamente no voy a decir 'no voy a ir', si llevaba tres meses sin pega. Necesito trabajar.

"Mi presentación del 27 de febrero va a tener un antes y un después", dice inmediatamente después de cerrar la opción a un nuevo reencuentro de Dinamita Show en la Quinta. "No, porque él mismo (el Indio) cerró la puerta. No sé, a cada día su afán", zanja.