Cuando las lentes de las cámaras lo apuntaron, las enfrentó cubriendo su ojo izquierdo en honor a las víctimas del estallido social. Aunque, a juzgar por las palabras que pronunció algunos minutos más tarde, podía desprenderse que esa sería su única mención sobre la contingencia. Porque en la previa de su sexta vez sobre el escenario de la Quinta Vergara, la primera en solitario, Paul Vásquez, "El Flaco", emblema de Dinamita Show, sorprendió de entrada. "Después de ver tanta sangre, muchos niños mutilados, mucho abuso, yo no puedo subir el escenario y hacer risa de eso", dijo en conferencia, acaso tomando distancia de lo que venían haciendo sus colegas las noches anteriores. "Tampoco me voy a cargar la mata con los políticos porque no se merecen mi tiempo, ellos no han solucionado nada en cuatro meses, yo no voy a perder el tiempo con políticos".
De alguna manera, el clásico de la comedia nacional noventera, cumplió con lo anunciado: durante buena parte de la rutina trajo de vuelta ese humor blanco, ocurrente, que naciera justamente en las calles de Viña del Mar, prescindiendo del mensaje político. Recién lo trajo a colación sobre la mitad de su presentación, cuando apoyó a la comunidad LGBT: "Si algún día tengo que levantar tu bandera de la diversidad, por exigir tus derechos y tu dignidad, históricamente negados, yo voy a levantar tu bandera y lucharé por tus derechos y tu dignidad".
"Prefiero que un niño lo adopte una pareja homoparental, a que me lo estén matando en el Sename", confesó después. Y, más tarde, exhibiría otro mensaje: ya caracterizado como Paul Vásquez, en su camiseta llevaba inscrita la leyenda "Nada borrará la sangre derramada".
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En el primer tiempo del partido, el humorista diferenció a su personaje, el "Flaco", de Paul Vásquez: recordó algunas de sus polémicas, cuando enterró los pies en el barro, exhibiendo noticias sobre adicciones e infidelidades. Fue un arranque lento, pero le bastó para ganarse los aplausos. Le seguirían algunas historias y chistes rápidos. Nada muy destacable.
Como anunció de entrada, Vásquez estuvo lejos del humor que ofreciera en versiones anteriores, en Cementerio pal' pito o en su actuación de Viña '96, pero la Quinta Vergara aún actúa de cierto modo como su patio: en todo momento el público le brindó su apoyo. Tampoco es que enfrentara demasiada presión. Quizás en algo incidió la cuestionable presentación de Maroon 5, que no convenció a nadie. Pero si quedaban dudas por su debut en solitario, con poquito las despejó.
A las 00.35, tras un segmento donde Vásquez hizo un contundente llamado a dejar la cocaína, los animadores irrumpieron para entregarle ambas gaviotas. "La hice sí", celebró ya como el "Flaco", justo antes de romper otra de sus promesas: emocionarse arriba el escenario.
Tras recibir los premios, en el bis, el humorista se acordó del estallido social: mencionó temas como la salud, pensiones y bomberos, además de dejarle un recado al Presidente.
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