Tras el polémico y cuestionado show realizado por Maroon 5 en la quinta noche del Festival de Viña, en el que salieron a escena con 30 minutos de retraso y presentando sólo 15 canciones -con casi nula interacción con el público y los animadores-, los californianos tenían esta noche la oportunidad de reivindicarse en Santiago, con un bis en el Estadio Bicentenario de La Florida.
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Esto, además, luego de la repercusión internacional que alcanzó el desabrido espectáculo de los norteamericanos en la Quinta Vergara, que de paso motivó durante la tarde las disculpas del vocalista Adam Levine: en su cuenta de Instagram, el frontman hizo un mea culpa y se excusó por su actitud "poco profesional".
Así, lo de esta noche en la capital tenía un morbo especial. Aunque todo partió demasiado similar a Viña: pasados 30 minutos de la hora de inicio programada, Maroon 5 todavía no aparecía, lo que provocó en esos instantes previos las pifias del público.
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Sin embargo, al presentarse en el escenario, la actitud de Levine de entrada fue otra: el cantante hizo su presentación con un "¡Hola Chile!, para después iniciar con "This love", demostrando que el repertorio de canciones sería diferente al mostrado en el Festival, y además, con una energía y entusiasmo diametralmente distintos a las de 24 horas antes.
En total, 20 canciones -95 minutos de show- que hicieron disfrutar de principio a fin a las cerca de 23 mil personas que asistieron al recital de La Florida, que tuvo su momento culmine cuando terminó Lucky strike: allí, el renovado Levine se dio el tiempo para comentar algunas palabras en español: "Esta noche estamos aquí para cantar, para bailar, para celebrar. Los queremos".
Tras ese momento, siguieron interpretando varios de sus éxitos infalibles hasta que llegó el turno de una de las más cantadas: "Sugar". Luego, un receso de dos minutos para posteriormente volver con "Memories", instante en que recibieron la ovación de los espectadores que cantaron e iluminaron todo el recinto con sus celulares, otro de los puntos destacados de la noche.
El concierto continuó con hits como "She will be loved", con los músicos estadounidenses entregados por completo en el escenario, incluido el criticado Levine, que como gesto final de su mea culpa cerró la velada colocándose la bandera chilena en su espalda.
