¿El rock and roll se está muriendo? Esta interrogante puede suscitar dos respuestas simples, pero existe una certeza triste: por más inmortal que sea el espíritu, el cuerpo humano eventualmente caducará.
Algunas estrellas clásicas que tuvieron la oportunidad de mantenerse décadas brillando, nos abandonaron los últimos años; David Bowie, Prince, Chuck Berry, entre varios más.
Otros no tuvieron la misma suerte, y perecieron cuando estaban en la cúspide de su carrera y en la flor de la vida: Jim Morrison, Kurt Cobain, Jeff Buckley y Amy Winehouse, que son igualmente recordados y homenajeados, de manera atemporal.
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La juventud eterna es un deseo que parece primar en los que tienen la música corriendo por sus venas. Rehúsan a sentirse viejos. En 2018 le preguntaron a Paul McCartney cuál era su secreto, y respondió escuetamente: drogas, sexo y rock and roll. A los 77 sigue deleitando a sus fans ofreciendo shows de tres horas en tours mundiales.
Una mezcla de determinación y suerte, quizás. Hay viejas estrellas que luchan y así, se mantienen en la cima. El frontman de los Rolling Stones, Mick Jagger (76), debió posponer una gira por operarse el corazón. Tan pronto se mejoró, subió de vuelta a los escenarios: ya se anunció una gira de 15 conciertos por Norteamérica para el 2020. Y tiene una energía envidiable, porque nadie se mueve como Jagger a los 76.
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Intensas décadas de gira y excesos pueden pasar la cuenta y algunos rehúsan a aceptarlo. Tom Petty falleció a los 66, debido a una sobredosis de fármacos que usaba para dolencias corporales: "Tenía pensado que esa fuera su última gira, y quería hacerla porque sentía que se la debía a su equipo y a sus fans", dijo su viuda Dana a Billboard en 2017.
Rutinas de cuidado y ejercicio se practican para contrarrestar las décadas de excesos, pero tristemente el cuerpo se puede deteriorar. Si bien Ozzy Osbourne (71) fue sometido a un estudio científico que determinó que su ADN tiene una mutación que lo hace más resistente al abuso del alcohol y las drogas, no ha podido liberarse de otra afección; el Parkinson, que lo llevó a cancelar su gira del 2020.
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Ni su gira de despedida pudo ser finalizada como él hubiese querido. En el Farewell Tour en Nueva Zelanda, Elton John lo dio todo, pero no pudo continuar debido una neumonía que lo aqueja: "Toqué y canté con todo mi corazón, hasta que mi voz no pudo cantar más. Estoy decepcionado, profundamente molesto y lo siento. Di todo lo que tenía", contó el hombre de "Rocket Man", quien agradeció a sus fans por el apoyo brindado y dio por concluida la gira.
Asimismo, el baterista de Aerosmith, Joey Kramer, demandó a su propia banda por no dejarlo participar en los conciertos; tiene lesiones en el brazo que le han dificultado seguir el ritmo.
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Otro más joven, James Hetfield (56) puso su salud mental primero y se disculpó con sus fans, porque debió anular fechas del Worldmagnetic tour de Metallica: "Como parte de mis continuos esfuerzos para mantenerme sano, tengo actividades de recuperación muy importantes esos fines de semana que no puedo reagendar", declaró en un comunicado oficial.
Hasta la reina del pop, Madonna (61) ha tenido que cancelar conciertos en Europa por lesiones permanentes en su rodilla, en el marco de su gira Madame X, que la dejó llorando de frustración en pleno concierto.
Otro artista que ha anunciado su retiro de los escenarios es el legendario Eric Clapton (74), quien se está quedando sordo: "Ser un guitarrista y cantante ya no es divertido", dijo. A él se suman Paul Simon, Neil Diamond y Bob Seger.
