Oficina de arquitectos Elemental retira intervención a favor del Apruebo en Torre Santa María

En esta fotografía proporcionada por la oficina Elemental se distingue el mensaje en favor del Apruebo.

La oficina del premio Pritzker chileno Alejandro Aravena decidió sacar el mensaje luminoso desplegado desde el pasado jueves en el último piso del emblemático edificio de Providencia.


La mañana del jueves 27 de febrero se desplegaron nueve letras en los ventanales del borde superior de la Torre Santa María. Las grafías correspondían al mismo nivel de las oficinas de Elemental, la firma de arquitectos liderada por el premio Pritzker Alejandro Aravena, y su mensaje era claro: "Aprobemos".

Las palabras eran lo que muchos creían: una intervención urbana para expresar el apoyo a la opción Apruebo en el plebiscito del 26 de abril por un nueva constitución y proceso constituyente. Aunque llevaba ya cuatro días en el último piso de la emblemática torre de Providencia, fue sólo el lunes 2 de marzo cuando se registraron las primeras reacciones en las redes sociales, tanto de apoyo como de rechazo a su postura.

El arquitecto de 52 años es una de las figuras más conocidas de esta disciplina en el país y ha logrado una gran reputación mundial por sus incursiones en la vivienda social a través de su oficina Elemental. Alejandro Aravena también ha sido una de las voces más activas en el debate nacional desde el comienzo del estallido social el pasado 18 de octubre.

[caption id="attachment_120963" align="alignnone" width="700"]

APROBEMOS_1-700x450.jpg

En esta otra foto panorámica de Elemental, se observa la intervención desde lejos[/caption]

Desde el pasado jueves, la intervención en favor del Apruebo cumplía ya más de una semana en el edificio de calle Los Conquistadores y en la propia oficina manifestaron que la retirarán.

Desde Elemental también enviaron una declaración donde se explican las razones tras la manifestación a favor del Apruebo y también los motivos detrás de su retiro.

Es la siguiente:

"En la madrugada del 27 de febrero instalamos en nuestra oficina unas letras luminosas que decían APROBEMOS. Lo pensamos como una invitación a conversar, a debatir, a imaginar las condiciones bajo las que sería deseable vivir colectivamente como sociedad. Y una de las primeras cosas que concluímos fue pasar del APRUEBO (como una acción individual) al APROBEMOS (como una acción colectiva, conjugando el verbo en plural).

Lejos de validar la vulneración de derechos, la venganza o el resentimiento, APROBEMOS es simplemente decir que vamos a tener que conversar. Esa conversación deberá ser sin la extorsión de la violencia callejera sin sentido, ni la amenaza irresponsable del miedo. Vamos a tener que salir a la calle, sí, pero a mirarnos a la cara, no con la cara tapada; a mirarnos a los ojos, no a perderlos.

En nuestra experiencia en procesos de participación, una y otra vez hemos visto que frente a la fricción y conflicto social, una parte de la gente reacciona queriendo volver a la calma lo antes posible. Eso no sólo es natural, sino ciertamente deseable. Pero una y otra vez hemos visto también, que cuando se quiere cerrar la discusión antes de tiempo o evitar hablar del "elefante en la sala", el conflicto escala en vez de resolverse.

En la opción "Rechazo" vemos un doble riesgo: ante el rechazo a un debate abierto, el ciudadano de a pie, ese que aporta el sentido común y sensatez, tiende a quedarse callado y se escucha sólo al más radical, al más polarizado. En segundo lugar, la calma eventualmente alcanzada tiende a ser superficial, frágil, con lo cual el conflicto termina por reaparecer, esta vez aún más violento, con más desconfianza y por lo mismo aún más difícil de resolver.

¿Cómo transmitir que hay que confiar en la gente? ¿que cuando se garantiza un espacio y lugar para debatir aparece una especie de autorregulación cívica donde prevalece el bien común? Cuando se quita ese espacio, entonces prima y sólo toma la palabra, el destemplado. Las voces que no se quedan cortas ni se pasan de revoluciones, sólo aparecen cuando se abre el espacio para el debate.

Si bien hubo mucha gente que entendió el mensaje, para nuestra sorpresa y preocupación hubo también quienes se sintieron ofendidos o pasados a llevar por la forma en que se transmitía el mensaje. En estos tiempos, la forma importa tanto como el fondo; el procedimiento tanto como el contenido. Para que la forma y el fondo sean coherentes, hemos decidido quitar el cartel. Esperamos que este gesto sea un aporte a este bien superior que es discutir las bases para una sociedad más justa, más sólida y más amable. Seguiremos buscando otras maneras animar el ambiente de diálogo. Por eso APROBEMOS.

-ELEMENTAL

06 de marzo 2020"

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.