El ajetreo es constante en la oficina de Lotus, la productora a cargo del Lollapalooza chileno.
Afuera, en el patio, un grupo de profesionales jóvenes discute ideas que van anotando en una libreta, mientras al interior de la casa uno de los directores recibe el llamado que estaba esperando: la confirmación de una importante artista nacional para participar en una de las actividades anexas que sumará el evento este año. A menos de tres semanas del inicio del espectáculo, la compañía que hace una década revolucionó la industria local con la llegada de una de las mayores franquicias musicales del mundo, trabaja a toda máquina en los últimos detalles de una edición que, reconocen, será especial en diversos aspectos.
"Estamos conscientes de que va a ser un festival con un tinte diferente", dice Sebastián de la Barra, uno de los directores y fundadores de Lotus, ante el desafío creativo y de logística que supone el evento, que se realizará entre el viernes 27 y el domingo 29 de este mes, como siempre en el Parque O'Higgins y nuevamente con más de un centenar de artistas desplegados en varios escenarios, donde destacan estrellas como Lana Del Rey, Travis Scott y Guns N' Roses. Una propuesta en la que trabajan desde abril pasado y que no solo estará cruzada por el festejo de su décimo aniversario, de por sí un hito que invita a reinventarse, sino, además, por un complejo contexto social que también ha impactado la cartelera y la industria de la música en vivo, llevando a los productores a repensar, poner acento e incluso modificar ciertos aspectos de la cita de este mes.
Entre las novedades más llamativas destaca una iniciativa inédita en la historia local del evento: en dos semanas más, la organización del festival iniciará una serie de conciertos gratuitos en Santiago, Quilpué, Concepción y Frutillar, protagonizados por artistas nacionales y extranjeros que son parte del show principal del Parque O'Higgins. Bajo el concepto de "Lolla es cultura" -la idea fuerza con la que la producción recoge la sensibilidad actual y el rol del festival en esta-, los shows se desarrollarán en teatros emblemáticos y recintos de alta capacidad de cada ciudad, como el Municipal de Santiago, el Regional del Biobío e incluso el Movistar Arena.
[caption id="attachment_121090" align="aligncenter" width="700"]
Pánico en el Biobío. En su regreso a las pistas, el célebre grupo chileno de rock alternativo tocará gratis en Concepción, el 3 de abril.[/caption]
"Hace varios años veníamos pensando en poder generar 'sideshows' en regiones. Y a principios de 2019 empezamos a pensar cómo levantar conciertos gratuitos en Santiago y otras ciudades", cuenta De la Barra. "Si bien a través del streaming Lollapalooza lo ven casi tres millones de personas, quisimos hacer un esfuerzo con la Fundación Lotus y algunos socios estratégicos para poder llevar esta posibilidad de expandir y democratizar la cultura a más personas que no tienen el acceso y que lo quieren ver en vivo", explica.
Así, luego de meses de conversaciones con diversos artistas, el flamante circuito de eventos gratuitos -que se desarrollará en los días previos y posteriores al festival, en paralelo a los ya anunciados "sideshows"- comenzará con la presentación de Camila Moreno y Javiera y Los Imposibles en el Teatro del Lago de Frutillar, junto a músicos de la orquesta local, el 21 de marzo; un recital de Camila Gallardo y Alain Johannes al día siguiente en el Teatro Municipal de la capital, seguido por el show de Marky Ramone en el Caupolicán el miércoles 25. Ese mismo día, Hoppo! y Yorka actuarán en el Anfiteatro Pablo Neruda del cerro San Cristóbal, recinto que el 3 de abril recibirá un set acústico de Lucybell. El menú lo completan, entre otros, un concierto de DJ Bitman y la española Mala Rodríguez en el Teatro La Cúpula de Santiago (31 de marzo), el regreso de Pánico con un show en el Teatro Regional del Biobío (3 de abril) y, para el cierre, el estreno en Chile del nuevo espectáculo en vivo de 31 Minutos, Yo nunca vi televisión, el 8 de abril, en el Movistar Arena. El mismo show que presentarán días antes en el festival mexicano Vive Latino.
"La idea que es que esto sea un impulso para las bandas, para su visibilidad, para seguir apoyando la música nacional, sumado a los artistas internacionales que están felices de tocar", comenta el productor, quien asegura que todos los grupos y solistas convocados para esta iniciativa, que espera reunir en total a cerca de 25 mil asistentes, se sumaron con gusto a la idea. "Dado el contexto social en el que estamos, con mayor razón están muy contentos de dar un concierto gratuito a muchos fans".
Por estos días la productora informará los detalles para participar del sorteo de entradas liberadas para cada concierto, proceso que comenzará la próxima semana en el sitio web de Lollapalooza Chile.
Libre expresión
"Entregar cultura gratis sin duda es otra manera de empatizar con lo que está pasando en el país", dice De la Barra, consultado por la forma en que esta versión del multitudinario festival -que reúne a 80 mil personas diarias- se hará cargo de un Chile que cambió. Un nuevo estado de las cosas que, para el rubro de conciertos y festivales, en específico, se ha traducido en una oleada de cancelaciones y reprogramaciones en los últimos cinco meses, renovados protocolos de seguridad para asistentes y artistas, en paralelo a los cuestionamientos y llamados a "funas" que han sufrido ciertos eventos emblemáticos, como el Festival de Viña.
Junto a este último certamen y la Teletón, Lollapalooza está, sin duda, entre los encuentros masivos que concitan mayor atención del público y las autoridades. Y aunque en las últimas semanas la producción ha evaluado ajustes para garantizar el normal desarrollo del espectáculo, como por ejemplo un posible cambio en sus horarios, por ahora los organizadores prefieren no detallar las medidas de seguridad que se implementarán en el Parque O'Higgins a fin de mes.
"No cambia lo que hemos hecho todos los años, que es hacernos cargo íntegramente de que el festival funcione de la mejor manera y que sea un festival en paz, donde haya libertad de expresión, como siempre ha habido, donde los artistas puedan expresar sus puntos de vista en el escenario, que haya un clima de tolerancia y respeto, un clima familiar", señala De la Barra.
[caption id="attachment_121092" align="aligncenter" width="527"]
Alain Johannes de gala. El músico chileno-estadounidense presentará parte de su tributo a Chris Cornell en el Teatro Municipal, el 22 de marzo.[/caption]
Donde sí hay más ánimo de profundizar es en los ejes temáticos y sociales que tendrá esta décima edición, donde se reforzarán ideas que la cita ha abrazado desde 2011, como el espíritu verde y el respeto por la diversidad. "Para nosotros como festival lo medioambiental y lo social han sido un pilar desde el año uno", subraya el fundador de Lotus. "Hemos invitado a organizaciones sin fines de lucro de todo tipo, hemos hecho concursos de reciclaje en colegios de Santiago, todos los años ha habido un rol social y la Fundación Lotus nació hace algunos años para poder fomentar y acercar la cultura y la música a quienes no tienen acceso", agrega.
En ese sentido, desde la producción del evento destacan que para esta versión, además de las fundaciones y ONG que habitualmente participan de la fiesta, se invitó a otras organizaciones de la sociedad civil y colectivos artísticos, "para poner a su disposición la plataforma para amplificar mensajes en pro de las artes y retratar la riqueza artística que emerge de esta catarsis social".
Entre las agrupaciones invitadas para el festival, por ejemplo, están los colectivos de danza Proyecto Nüclio y Las Danzas del Futuro. El primero monta una suerte de fiesta callejera que, a través de distintas artes performáticas, indaga en la identidad de los cuerpos latinoamericanos, "profundamente intervenida por grandes procesos históricos", explican ellos en su web. Los segundos, en tanto, despliegan un trabajo colaborativo de danza contemporánea en espacios públicos.
A ellos se sumarán House of Keller, pioneros en Chile del arte del voguing. "Bailarines y drags que pueden mostrar tanto en sus looks y baile un acto de lucha frente a la situación país", detallan desde la organización del festival. Una cita que, en contraste con el rock clásico y "patriarcal" de Guns N' Roses, lucirá este año su cartel más diverso a la fecha, con marcado protagonismo de íconos LGBT y artistas que se identifican como de género no binario: desde las solistas estadounidenses King Princess, LP y Hayley Kiyoko, hasta el músico y drag queen brasileño Pablo Vittar.
¿Amenaza de coronavirus?
A comienzos de esta semana, Lollapalooza volvió a ser tema de conversación y trending topic en las redes sociales, aunque no por las razones habituales. Ocurrió tras la confirmación del primer caso de coronavirus en Chile y la réplica casi inmediata del diputado (RN) Andrés Celis, integrante de la Comisión de Salud de la Cámara, quien afirmó que ante la llegada del Covid-19 "se van a tener que suspender eventos", y que "lo más probable es que Lollapalooza no se haga en el mes de abril". A lo anterior se sumó la reciente cancelación del concierto que haría este sábado en la capital el exvocalista de Van Halen, Sammy Hagar, junto a su banda, preocupados por un posible contagio.
Desde la productora de Lollapalooza descartan tajantemente que el evento corra algún tipo de peligro: "Queremos decir que el festival va y que va con todo. Jamás hemos pensado en una cancelación. El festival va y, como dijo el ministro (Jaime Mañalich), a menos que haya una fase 3, y eso en un caso hipotético, que se especula podría ser tal vez para fines de abril, mayo o más adelante, la verdad es que la probabilidad es tan nula que el festival va con todo y no hay ninguna posibilidad de que no se haga el Lolla en Chile", enfatiza De la Barra.
Sobre el panorama regional, el director de Lotus asegura que "en Argentina y Brasil también hay algunos casos, pero los Lollapalooza van en los tres países, las bandas no están asustadas, sino felices de venir a una parte del mundo donde no hay tantos casos".