El encierro se convierte en el gran enemigo del streaming musical

Hasta hace unos días, cuando la pandemia del Covid-19 empezaba a demostrar su impacto y escalaba la cancelación masiva de conciertos y festivales, las esperanzas de una industria musical en shock se depositaron de inmediato en el streaming. Mal que mal, si millones de personas iban a encerrarse en sus casas, parecía lógico suponer que el mundo se volcaría en masa al gigantesco catálogo musical disponible en el universo digital.

Pero contrario a los pronósticos, el consumo de servicios de música en streaming como Spotify y Apple Music -los dos más populares- bajó considerablemente en los días de cuarentena mundial.

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The Weeknd: lo más escuchado en Spotify en los últimos días.[/caption]

¿Qué pasó? Según los últimos reportes de agencias dedicadas al análisis de sector, durante la semana del 13 al 19 de marzo las reproducciones en este tipo de plataformas descendieron un 11% a nivel internacional y un 8% sólo en EE.UU.

"Todas estas aplicaciones de música estaban ligadas a una primera actividad, como el traslado", dice Daniel Halpern, académico de Comunicaciones de la Universidad Católica y director de Tren Digital. "Mucha gente no ocupaba Spotify en su casa sino que como segunda actividad, mientras viajaba, en el auto. Son apps de trayectos y como hoy no los hay, es más bajo el uso. Lo mismo con la gente que salía a correr o a hacer deporte", agrega.

El cierre de bares y restaurantes en diversas ciudades del mundo también puede haber incidido en la desaceleración de los volúmenes de "streams". Además, según el crítico musical español Diego Manrique en su columna en El País, en estas circunstancias de pandemia e incertidumbre, "el pop no puede competir con la variedad de ganchos que ofrecen las series televisivas, el cine espectacular, los videojuegos, el porno. Encerrados, queremos compensar nuestra frustración con emociones fuertes".

El panorama, que contrasta con el de otros servicios como Netflix, agrega un nuevo problema para artistas y sellos, que hoy sufren ante la falta de actividad en vivo, el desplome de las ventas de álbumes y, en resumen, la caída de sus fuentes de ingreso.

La situación ha obligado a tomar medidas inmediatas, si no desesperadas. En EE.UU., el músico independiente Evan Greer lidera una campaña en la que insta a compañías como la misma Spotify a triplicar los porcentajes de ganancias que entrega a los artistas. "Este es un momento en que las compañías de tecnología tienen que poner de su parte", señaló.

En Chile, hace una semana empezaron a masificarse los shows vía streaming, a distancia y sin público, como una medida para que los creadores e intérpretes puedan seguir visibilizando su trabajo, en contacto con sus fans e incentivando a la gente a quedarse en su casa. Pero si bien han surgido nuevas plataformas de shows locales y sistemas de pago o aportes voluntarios para ayudar al rubro, lo anterior no alcanza para paliar la crisis financiera de un gremio que venía golpeado desde octubre. "Los números del streaming en Chile, salvo casos puntuales, son menores y de impacto económico muy acotado", señala una fuente del sector discográfico local. "Como promoción, un concierto en streaming puede serlo, pero no se ve como una fuente de ingreso en el corto y mediano plazo. La cantidad de gente que en estos momentos esté dispuesta a sacar la tarjeta y pagar por un artista me parece que es discutible".

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Vicente Cifuentes ganó Viña y hoy lanza disco vía web.[/caption]

Pese a todo, la maquinaria discográfica no para y ante la imposibilidad de hacer conciertos, artistas como J Balvin y The Weeknd -el más escuchado hoy en el mundo en Spotify- han seguido con sus lanzamientos programados en los últimos días. Para este viernes se espera algo similar con Javiera Mena, Dua Lipa o Ricky Martin.

Por ahora, lo más escuchado en Chile en Spotify sigue siendo por lejos el último disco del puertorriqueño Bad Bunny, mientras que entre los "más virales" -las canciones más compartidas por los usuarios locales de la plataforma- aparecen cinco que llevan en su título el nombre del virus, como La cumbia del coronavirus, de Mr. Cumbia, y Coronavirus, de Yofrangel. Sentido de oportunidad.

Además, no todo el catálogo va a la baja: de acuerdo a la agencia Alpha Data, si bien cayeron los números del pop, el R&B y la música latina -los más escuchados a nivel global-, en la última semana subieron las reproducciones de géneros como la música clásica (1.5%), el folk (2.9%) y especialmente el catálogo infantil (3.8%).

Por otro lado, las estrellas están impulsando iniciativas vía streaming cada vez más depuradas. Metallica anunció que liberará viejos conciertos a través de Facebook, y han surgido "fiestas" y escuchas de discos a distancia entre figuras como Tim Burguess de The Charlatans y Alex Kapranos de Franz Ferdinand.

A nivel local, el cantautor Vicente Cifuentes lanzará hoy un nuevo disco completo a través de Youtube, ofreciendo además su catálogo anterior y otros ítems a quienes se suscriban. El sello Quemasucabeza inició una aventura similar, partiendo hoy con Pedropiedra.

Bad Bunny

El conejo de la pandemia

Pese a que se publicó hace un mes, YHLQMDLG, el último LP del puertorriqueño Bad Bunny, sigue monopolizando el ránking de lo más escuchado en Spotify Chile con ocho canciones en el top 10.

Éxitos virales

Cumbias para sanar

La crisis sanitaria ha inspirado himnos humanitarios de Bono y humoradas de gran éxito como La cumbia del coronavirus, de Mister Cumbia, uno de los temas más compartidos en Spotify Chile, junto a Coronavirus de Lil Nix.

Clásica

1,5%

Los exponentes de la música docta han visto aumentar sus reproducciones en las plataformas digitales, quizás al tratarse de un género que se disfruta mucho mejor en silencio o en la tranquilidad hogareña.

Folk

2.9%

El género que define a los sonidos de raíz de EE.UU. y Europa, aquellos surgidos a principios del siglo XX, que rescatan la tradición y revividos por leyendas como Bob Dylan, también ha repuntado.

Infantil

3.8%

Quizás un reflejo obvio de cómo por estos días han cambiado los hábitos de consumo: con las escuelas cerradas y los niños en casa, la música enfocada en los más pequeños vive un momento de esplendor.