¿Dónde ver películas clásicas en el streaming?

Con un catálogo de más de tres mil títulos, el servicio de streaming argentino Qubit TV es el más amplio al que puede acceder cualquier usuario chileno desde un teléfono celular o un computador. La suscripición cuesta $ 4.990 al mes, y los primeros siete días son gratis. La plataforma funciona en Argentina, Chile y Uruguay y agrupa su selección de obras en 20 categorías, desde el musical al western, pasando por la ciencia ficción, el cine erótico, de autor, el policial y los clásicos propiamente tales. ¿Quiere ver una película de Alfred Hitchock? Acá hay 24 cintas, desde las archiconocidas como Vértigo o Psicosis a las más difíciles de hallar en el estilo de la primera versión de El hombre que sabía demasiado, hasta Ocho a la deriva, que transcurre con ocho personajes en un bote en la Segunda Guerra Mundial y tuvo guión de John Steinbeck. ¿Se interesa en John Wayne? Hay ocho filmes, incluyendo La diligencia, Río Rojo o la patriota Arenas de Iwo Jima. ¿Cine épico caro? La respuesta es Cleopatra, con Elizabeth Taylor. ¿Cine de horror barato y bueno? Drácula, con Christopher Lee. ¿Clásicos de la Metro Goldwyn Mayer? El mago de Oz y Cantando bajo la lluvia son sólo una muestra. Producciones europeas infalibles al paso del tiempo: Persona de Bergman, La Strada de Fellini o Jules et Jim de Truffaut son la punta del iceberg. Cine japonés: de sus dos grandes maestros, Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu, hay 10 y 11 filmes respectivamente, incluyendo Rashomon e Historias de Tokio.

Este servicio es un gusto adquirido. Contiene películas inhallables en otras plataformas, amplía la mente, esculpe la sensibilidad y nos hace comprender que el cine es bastante más de lo que normalmente entendemos como tal. Creado por el empresario turco Efe Cacarel, está disponible en todos los servicios de celulares, en computadores y en Smart TVs. Contiene una inmensa biblioteca que se renueva diariamente con un título que se mantiene durante 30 días: de esta manera siempre hay tres decenas de filmes para ver, generalmente procedentes de los mejores encuentros europeos o restaurados por las cinetecas de primer nivel en el mundo. Además, se incluyen biografías, críticas e historias de cada película y realizador: es una pequeña enciclopedia del cine. Ha ofrecido ciclos extensos dedicados a Jean-Luc Godard, Francois Truffaut o Krzysztof Kieslowski, pero también difunde cineastas talentosos fuera del circuito tradicional, entre ellos el tailandés Apichatpong Weerasethakul o el portugués Miguel Gomes. Todos han sido reconocidos en festivales como Cannes, Venecia o Berlín. Actualmente presenta una muestra de Louis Malle, el cineasta francés de Viva María (en la foto). Tiene un valor de $ 4.500 y los tres primeros meses cuestan $ 1.000.

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Jean-Luc Godard.[/caption]

La plataforma del gigante de las televentas tiene lo que muchos echan de menos en Netflix: películas "caladas", a la segura, de aquel arsenal que nutrió la infancia y juventud de los nacidos en los 70 y 80. Son las que hoy escasean en el mundo online de los millenials, donde cualquier filme del 2000 califica de clásico. La trilogía de El Padrino (1972, 1974 y 90) es aún la saga mafiosa más cautivante de la historia y es un punto al que siempre se puede volver acá. Lo mismo que El exorcista o El bebé de Rosemary, paradas obligadas y manuales de instrucciones para el cine de horror que vendría hasta hoy. Si es por actuaciones descollantes, Jack Nicholson como el presidiario "loco" de Atrapado sin salida (en la foto) nunca deja de cautivar. Una mirada diferente al universo gángster ofrece Érase una vez en América, el filme de Sergio Leone que puede ser melancólico y violento al mismo tiempo.

Para los amantes de los 80, nunca está de más revisitar la tríada de Volver al futuro o las cintas de culto Un hombre lobo americano en Londres y Hellraiser. La membresía de Amazon Prime Video es $ 3.500 y el primer mes es gratis.

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El Padrino.[/caption]

De vez en cuando, el gigante del streaming Netflix suele poner algunas películas clásicas en su catálogo. Cada vez lo hace menos (hubo un tiempo que Hitchcock era habitual en su biblioteca), pero si el usuario ingresa el nombre de un viejo actor de Hollywood o de un cineasta de la era dorada en el buscador, siempre se encontrará con una sorpresa. Por ejemplo, el magnífico western A la hora señalada (1952, en la foto) con Gary Cooper. De un año después es Shane (1953), otra cinta de pistoleros, pero en technicolor y protagonizada por Alan Ladd. De Orson Welles está El extraño (1946), donde se dirige a sí mismo como un criminal nazi fugitivo en EEUU. El plan básico cuesta $ 4.990.