El escritor estadounidense Ernest Hemingway tenía claridad sobre este tema: "escribir, en el mejor caso, es una vida solitaria", opinó en una oportunidad.
A través de la historia, los tiempos en soledad han sido fuente de inspiración para grandes creativos. Este aspecto, apreciado por autores, lo ha llevado a crear sus más grandes obras: más ideas pueden rondar libremente por la cabeza, y con mayor facilidad pueden transportarse a escenarios imaginarios y mantener el contacto con ellos.
En tiempos de confinamiento mundial, miles de personas han debido pasar más tiempo en casa de lo común, especialmente los adultos mayores, que deben tomar medidas especiales.
Durante estos días, George R. R. Martin (71) está escribiendo Vientos de Invierno, la sexta entrega de la colección "Canción de hielo y fuego": "Días raros están sobre nosotros. Incluso a mi edad no recuerdo haber vivido nada como lo que ha pasado las últimas semanas", introdujo en un mensaje en su blog personal.
"Para aquellos que pueden estar enterados, por mí personalmente, sí, estoy consciente de que estoy en la posición más vulnerable, dada mi edad y mi condición física", continuó el escritor.
Martin dice sentirse bien hasta el momento: "Estamos tomando las mayores precauciones. Estoy totalmente solo en una locación aislada, siendo atendido por mi staff, y no estoy yendo a la ciudad ni viendo a nadie", actualizó sobre su situación.
"Hablando con la verdad, estoy pasando más tiempo en Westeros –mundo ficticio de la novela– que en un mundo real, escribiendo todo el día. Las cosas son muy severas en los Siete Reinados, pero quizás no tan severas como se están convirtiendo aquí", afirmó el "Tolkien americano", quien para el agrado de sus fans, se ha dedicado únicamente a escribir.
En su propio estilo, el autor también reflexionó sobre la contingencia. "Algunos días, viendo las noticias, no puedo evitar sentirme como si todos ahora estuviéramos viviendo en una novela de ciencia ficción, pero no el tipo que soñaba cuando era niño, con ciudades en la luna, colonias en Marte, o robots domésticos programados con las Tres Leyes y autos voladores. Tampoco nunca me gustaron las historias de pandemias".
Al terminar el posteo, George R. R. Martin se despidió afectuosamente. "Esperemos todos que vamos a salir de esta sanos y salvos. Cuídense, amigos. Mejor estar a salvo que lamentarse", meditó.