Son artistas que llenan varios teatros cada semana; la gente ahorra para verlos actuar en vivo. Una experiencia que, en tiempo de pandemia, está al alcance de quien tenga internet, pues grandes estrellas de la música clásica están transmitiendo en vivo los conciertos que hacen en sus casas.

Cuando el MET canceló las funciones de Werther, Joyce DiDonato invitó a su departamento a su coprotagonista, el tenor Piotr Beczala, y anunció por Twitter e Instagram que esa misma tarde del 15 de marzo darían un concierto en live streaming. Con tres comentarios online por segundo, el carisma de la mezzosoprano se impuso a las sirenas de Nueva York. El registro, de 90 minutos, está en TheYankeediva, su canal de YouTube.

"En estos días de ansiedad, quiero compartir música que encuentro reconfortante", publicó dos días antes el chelista Yo-Yo Ma en Twitter, Instagram y Facebook, y se posteó tocando la melodía del Lento de la Novena Sinfonía de Dvorák. Todos los días sube una pieza. También el violinista Itzhak Perlman publica una vez al día, desde su departamento de Nueva York, un video donde relata anécdotas musicales.

La tendencia, sin embargo, es el live streaming, y el pianista alemán Igor Levit fue el pionero. Desde el 12 de marzo, transmite desde su living todos los días, haciendo gala de una versatilidad que la crítica mundial aplaude, en Twitter (15.00 h de Santiago).

"Encontré bárbara la idea de Igor Levit y decidí hacer lo mismo", dice el pianista israelí Boris Giltburg a Culto desde Haarlem, Holanda. El público chileno ha comprobado su talento en los tres recitales que ha dado en el Teatro Municipal. Sus emisiones, eso sí, son a las 9.00 h, para no coincidir con Levit. "Esto no es un concurso", aclara. "Cuando toqué la última Sonata de Beethoven en live streaming hubo 52 mil personas viéndolo en Facebook, y no es una obra popular. La música tiene el poder de llegar a la gente; entrega esperanza en un momento como este". El miércoles 1 de abril tocará la Appassionata de Beethoven. Además, está subiendo sesiones de su proyecto documental Beethoven32.com.

El público chileno puede reencontrarse con varias estrellas en esta cuarentena. El chelista Gautier Capuçon lleva 15 días tocando una obra desde París, cada mañana. La Courante de Bach, que dedicó a los trabajadores de la salud, ha sido reproducida 145 mil veces en Twitter y fue compartida 30 mil veces en Facebook, plataforma en la cual los viernes actúa en vivo (16.00 h). Una hora más tarde, pero diariamente, el violinista australiano Ray Chen da un concierto en YouTube.

En su programa diario Hope@Home, el violinista británico Daniel Hope invita a uno o dos músicos a su casa en Berlín, y tocan por 30 minutos. Es tanta la calidez del anfitrión, que incluso responde comentarios posteados el día anterior. Se emite, en el YouTube de Deutsche Gramophone (14.00 h) y queda alojado en www.arte.tv.

Entre las plataformas con música en vivo se destacan Thegreenespace.org, donde este miércoles el violinista Timothy Chooi abordará en vivo a Beethoven y Prokofiev (14.00 h), y Staatsoper.de, donde cada lunes actúa un solista de la Ópera Bávara (15.15 h).

En Laphil.com se transmiten conciertos de miembros de la Filarmónica de Los Ángeles, cuyo director asistente es el chileno Paolo Bortolameolli. "Me encanta trabajar con él. Ha hecho grandes contribuciones a la vida musical de Los Ángeles", dice Martin Chalifour, concertino de la orquesta que acaba de dar un recital en su living. "Las redes sociales son un buen puente en este momento. La música clásica puede aliviar la ansiedad, paliar la soledad y levantarte. Si no tienes creencias religiosas, escuchar la Tercera Sinfonía de Mahler puede ser lo más cercano", comenta.