Como uno de sus títulos estrella, hoy llega a Netflix -tan demandado en tiempos de cuarentena- la cuarta parte de la serie española La casa de papel. Ocho nuevos episodios frente a los que los aficionados, angustiados como un equipo que va perdiendo un partido importante, van a sufrir, según el elenco. De alguna manera, en días sin cine debido a la crisis global por el coronavirus, series del streaming como La casa... vienen a ocupar la vacante de las superproducciones, con un nivel similar de atención, nervio y popularidad.
Y el sufrimiento no tiene que ver sólo con la situación de Nairobi -Alba Flores-, golpeada por un disparo mortífero al final de la tercera temporada, mientras la banda de El Profesor asalta el Banco de España. "La situación se pone muy fea para todos", dice Esther Acebo, Estocolmo en la ficción creada por Álex Pina. "Estamos jodidos", se ríe Darko Peric, el hombre tras Helsinki.
Junto a Flores, los tres asistieron a la Comic Con de Sao Paulo a fines del año pasado, donde casi 4 mil personas -y otras tantas en las afueras del auditorio- llegaron a un concurrido panel organizado por Netflix para el público latinoamericano, y Culto accedió a conversar con ellos.
De hecho, Flores no tiene contemplación en decir que se vienen giros rudos en la historia: "Vais a sufrir. Ya lo he dicho y lo repito. Va a ser una temporada muy sufrida. Y el ejemplo que me viene es que eres de un equipo de baloncesto y ese equipo está jugando un partido muy importante y va perdiendo. Está cerca, podría ganar, pero va perdiendo".
"Exactamente", completa Acebo. "Y el entrenador está lejos, no puede comandar el equipo (El Profesor). Los aficionados van a sufrir. No solamente con respecto a la situación de Nairobi. La situación se ha puesto muy fea para todos. Con Nairobi la situación es un poquito más complicada, pero está fea para todos".
Con relación a la temática social, ya aparecieron en la serie críticas al sistema financiero en la primera parte, y a la tortura y violaciones de DD.HH. en la tercera. ¿Qué podemos esperar con este tinte en la cuarta?
Alba Flores: Bueno, ¡nosotras no la hemos visto! Yo necesitaría ver para saber de qué va este tema en la cuarta parte, porque se tocan muchas temáticas también y yo creo que no sabría decir.
Esther Acebo: Igual que no la vimos y no podemos sacar conclusiones al respeto, pero sabes, cuando está en juego tu vida, todo el resto pasa a un segundo plan. Creo que nos pasa un poco esto. La situación está tan al límite que no hay un discurso tan político en la cuarta parte.
Después, Flores retoma: "Mi sensación es que hay una crítica a los discursos radicalizados y lo peligrosos que son. Y que la intolerancia, cuando no le tiene miedo a la violencia, acaba por hacer estragos".
Su compañero, Peric, también se involucra en el diálogo: "Estoy completamente de acuerdo con Alba, pero creo que Esther tiene razón. Cuando tu vida está por un hilo… y te digo que en la cuarta temporada estamos -no sé si puedo decir- jodidos (se ríe)".
Además, todos coinciden en que el gran ideólogo del grupo sigue siendo uno solo. "¡Hombre, sí! ¡Claro! El Profesor. Una cosa es el plan, pero otra cosa es la banda. Yo pienso que no es nada fácil reunir una banda como la que reúne El Profesor. Él es que tiene la capacidad de mantener toda esta gente tan diferente unida", subraya Acebo.
Pese al fenómeno de La casa de papel -en Chile al menos, califica como una de las producciones más vistas desde que Netflix llegó al país- sus actores han seguido desarrollando sus carreras en otras apuestas. Por ejemplo, la misma Acebo estuvo en Antes de perder, de RTVE, donde su personaje, Diana, lleva una vida común, corriente y aburrida, hasta que todo cambia.
"Al final, creo que todos los personajes pueden tener un nexo común, porque todos están pasando por mí. Igual que yo pongo algo de mí en Mónica (Estocolmo), voy a poner algo de mí en Diana y en todas las otras. Pero en realidad son lenguajes que no tienen nada que ver. Diana es una chica que tiene una vida muy corriente y que la quiere cambiar, y eso tiene en común con Mónica".
Tampoco pierden la moderación cuando les toca hablar del arrastre de La casa de papel en las latitudes más recónditas del orbe, o al menos donde las producciones hispanohablantes no gozaban de una llegada rotunda, como Serbia.
Peric comenta: "Me parece fantástico. Justo hablaba con mis compañeros que el personaje Helsinki es homosexual y Serbia no es justamente un país… Bueno, digamos que en España no es tan mal visto, ¿sabes? Lo puedes comparar con América Latina en este tema. Yo no sabía cómo iba a ser el feedback de mis compatriotas. Y fue todo lo contrario. Aparte de la orientación sexual de Helsinki, él es un soldado serbio, que viene de una guerra de allí. Yo he recibido mensajes de todas las ex repúblicas de Yugoslavia y el apoyo es abrumador. Hasta los albaneses, que es la guerra reciente, que fue en Kosovo, me escriben y me dicen 'te admiramos'".