La próxima semana la música chilena entera un semestre para el olvido. A nueve días de que se cumpla medio año exacto del estallido social, y en medio de una pandemia mundial que ha paralizado gran parte de su actividad, el gremio de la música, como muchos otros sectores del país, intenta sortear una crisis laboral y económica en medio de la incertidumbre y un panorama poco alentador.
Lo anterior ha sido parte de los reclamos que el rubro ha planteado a las autoridades, mientras que los detalles y particularidades de su situación quedan expuestos en el primer informe realizado por el Observatorio Digital de la Música Chilena (ODMC), proyecto creado en 2019 con apoyo de Corfo. Un diagnóstico establecido a partir de una encuesta realizada entre el 18 y el 30 de marzo a 2.024 profesionales de la música -artistas en su mayoría, pero también técnicos y empresas-, que da cuenta de un estado de precarización en la escena que se arrastra desde antes de ambos acontecimientos.
Entre los datos que arroja el estudio, se establece que un 66% de los músicos nacionales perciben por esta actividad un ingreso mensual por debajo del sueldo mínimo ($166 mil en promedio). Además, el 58% declara que tiene una segunda fuente de ingresos, la que no supera los $500.000 en promedio al mes. De ese total, un 75% admite que esa fuente complementaria se ha visto afectada en el último mes por el coronavirus.
El informe establece también que un 90% de los profesionales de la industria de la música son independientes, lo que ciertamente ha influido en su compleja situación laboral. Luego de un cierre de 2019 marcado por los recitales aplazados, un verano flojo en el que escasearon los festivales y la actual paralización total de la actividad en vivo -su principal fuente de ingresos-, los artistas han tenido que reinventarse y apelar a los shows virtuales, el adelanto del pago de sus derechos de autor por parte de la SCD o derechamente actividades paralelas para paliar la crisis.
Lo único que mantiene viva a la industria hoy en día son los lanzamientos discográficos y las plataformas de streaming, que en general dejan ingresos marginales a la mayoría de los grupos y solistas chilenos. Así, ante los efectos del 18 de octubre y la pandemia del Covid-19, más de la mitad de ellos reporta haber efectuado gastos significativos para su bolsillo en este semestre y el 57% considera probable tener que buscar otra fuente de ingresos.
“Debido a lo prematuro del catastro, frente a una crisis que se mantendrá en el tiempo, ya es posible apreciar condiciones débiles de la industria para enfrentar la crisis”, comenta Cristóbal Dañobeitía, presidente del ODMC, iniciativa donde además participan la SCD, la Asociación Gremial de la Industria Musical Independiente de Chile (IMICHILE) y Embodied Reports, empresa especializada en estudios de mercado para industrias creativas, entre otros.
“Frente a lo anterior, sumado a una evidente precariedad en las condiciones de trabajo e ingresos base de los actores de la industria en un contexto de recesión, considero que la industria se encuentra en un estado crítico para su sustentabilidad en el corto y mediano plazo”, diagnostica.
Escenario crítico
El primer catastro del ODMC, al que le seguirá un segundo informe parcial, abarca temas como las remuneraciones de cada encuestado y los eventos suspendidos en el marco de la coyuntura. Este último, un tema de especial complejidad para el gremio, ya que según el documento se han cancelado en promedio entre seis y siete eventos por cada músico encuestado.
En el caso de las empresas y pymes dedicadas a los espectáculos en vivo, un 80% de ellas vislumbra una merma económica anual de más de un 30% y que deberá desvincular a algunos trabajadores en los próximos meses.
Mientras la industria comienza a trabajar en la cartelera del último trimestre, cuando se espera se reactive la actividad en vivo con eventos ya reagendados como Lollapalooza, un 60% de los músicos chilenos proyecta una pérdida de un 40% o más de lo que gana normalmente en un año.