En sus comienzos, Daft Punk era la caja negra de una banda de rock que llegó a editar apenas un single.

Una crítica dura y aleccionadora, publicada en el semanario Melody Maker, calificaba su música como “punk bobo” (daft punk). De allí robaron el nombre, en los años en que patentaron un sonido de insistente y robótico vocoder y una maciza mezcla de electrónica, techno, funk rock y acid house.

Eran los años de Homework (1997), el disco que fijaría la atención en París y que resultaría todo un bombazo para la industria.

La escalada francesa también conquistaría MTV con recordados videoclips a cargo de Spike Jonze, Roman Coppola y Michel Gondry:

El fenómeno pronto rebasaría el llamado “French touch”, un movimiento que legó nombres como Cassius, Dimitri From Paris o Laurent Garnier, y donde los robots personificados por Thomas Bangalter y Guy-Manuel De Homem-Christo fueron los abanderados.

Cuatro años más tarde vendría Discovery (2001), el disco que profundizó en la fórmula y que contenía “One more time”, el single donde se oye cantar a Romanthony, acaso el más célebre del dúo y uno de los videos más imitados en la música contemporánea:

Un ambicioso sueño infantil

Si en Random access memories (2013), su último disco, Daft Punk puso al mítico productor Giorgio Moroder a recitar la historia de su vida separando cada década con micrófonos de su respectiva época; para los años de Discovery el dúo francés ya había encumbrado la vara para una producción musical de música electrónica.

Por entonces Daft Punk se unió al dibujante de manga Leiji Matsumoto (Space Pirate Captain Harlock, Galaxy Express 999) para nada menos que elaborar una película animada.

Daft Punk en Interstella 5555.

La aventura llevó por nombre Interstella 5555: the 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem (Parlophone/Warner Music France, 2003) y fue presentada en Cannes bajo el subtítulo “The animated House Musical”.

“Fue durante las primeras sesiones de nuestro disco Discovery que ideamos crear una película animada, mezclando ciencia ficción y la decadencia del mundo del show business: limusinas y naves espaciales”, cuenta la banda desde la edición en blu-ray de Interstella 5555.

Leiji Matsumoto.

La película muestra a un codicioso empresario que secuestra y lava el cerebro a un grupo de electropop extraterrestre ideado por Daft Punk y el guionista Cédric Hervet, y diseñado por el genio japonés Leiji Matsumoto.

“Como los tres crecimos con el enigmático y poético universo de Albator (personaje de Space Pirate Captain Harlock), soñamos con una posible colaboración con Leiji Matsumoto, y en el verano del año 2000 volamos para reunirnos con él, junto a nuestro disco y la sinopsis completa”, cuenta el dúo de Thomas Bangalter y Guy-Manuel De Homem-Christo.

Según Daft Punk, Matsumoto se entusiasmó con la idea luego de oír una copia de Discovery y acordó sumarse al proyecto de Interstella 5555 junto a su productor Shinji Shimizu, de la legendaria Toei Animation (Candy), quien fichó al director Kazuhisa Takenouchi (Dragon Ball Z, Slam Dunk, Sailor Moon).

Daft Punk.

“En octubre de 2000 por fin comenzó la producción”, cuenta el grupo.

“El proyecto demoró 28 meses, numerosos viajes entre París y Tokio y el intercambio de incontables mails con nuestro amigo Spike Sugiyama, el único miembro del equipo que hablaba inglés y japonés, y que garantizó la comunicación fluida y las traducciones vitales para el éxito de una colaboración artística entre nuestras dos culturas tan diferentes”, relatan los integrantes de Daft Punk.

Luego siguen: “Estamos encantados de poder compartir con ustedes uno de nuestros sueños de la infancia, ahora convertido en realidad”.

Odisea espacial

Al alero de Toei Animation, la película de poco más de una hora comienza con un viaje intergaláctico que aterriza en lo alto de un concierto extraterrestre, con "One more time" a tope, donde cuatro músicos se presentan ante un enfervorizado planeta.

Durante la canción, la bajista Stella, el guitarrista Arpegius, el tecladista Octave y el baterista Baryl son observados por un grupo de soldados que viajan en una nave con oscuras intenciones.

Los Crescendolls.

Sin diálogos y tomando cada tema del disco Discovery como un continuo, llega el momento de las campanas de “Aerodynamic” para mostrar cómo los soldados interrumpen el show y adormecen al grupo con algún gas somnífero.

Pese a la resistencia, los secuestran y los llevan hasta el planeta Tierra como rehenes.

Los Crescendolls

Entretanto Shep, responsable de una nave interespacial con forma de guitarra, recibe una alerta del incidente mientras sueña despierto con la bajista y canta “Digital love” —donde colabora la DJ Sneak y se oye el fantasma de George Duke:

Decide seguir a los secuestradores por un hoyo negro que lo conduce rápidamente al planeta Tierra donde, luego de un accidentado aterrizaje, queda inconsciente.

Para "Harder, better, faster, stronger", los invasores aterrizan y llevan a los músicos hasta una instalación subterránea donde, en un enrevesado proceso, vacían sus memorias y las sustituyen por memorias humanas al ritmo original de Edwin Birdsong:

Además, cambian la apariencia de los músicos para hacerlos pasar por terrícolas y luego controlan sus cerebros con un implante. Aparece la mente maligna detrás, un hombre de negocios llamado Earl de Darkwood.

Por entonces, Earl negocia con la discográfica Records, donde rápidamente fichan a la banda y echan a andar la maquinaria que acaba por convertirlos en un fenómeno planetario: discos, entrevistas, fotos, videos, conferencias, limusinas, hoteles, conciertos, firmas.

Ahora son conocidos como los Crescendolls, mientras suena el tema del mismo nombre con el conocido sample de The Imperials:

Superhéroe

En "Nightvision", los Crescendolls muestran señales de hastío y agotamiento por su vida de superestrellas terrícolas. Es cuando Shep logra reponerse del accidente y hacer contacto con ellos.

Con "Superheroes", el tema que saluda a Barry Manilow, comienza la operación de rescate:

El hombre de la nave con forma de guitarra aterriza en el escenario de un gran concierto de los Crescendolls, saltando desde un dirigible al escenario ubicado en medio de un estadio. Shep libera rápidamente a Arpegius, Baryl y Octave del control mental. Pero falla con Stella.

Darkwood envía a su guardia para volver a capturarlos, mientras escapan en una furgoneta a toda velocidad y se produce una persecución en una carretera donde Shep resulta herido de muerte.

Mientras escuchamos "High life", Stella, todavía controlada mentalmente por el mánager, representa a los Crescendolls en una glamorosa entrega de premios de la industria musical. Para sorpresa de todos aparecen los robots de Daft Punk y otros guiños musicales.

Al último minuto de la ceremonia aparece Baryl, quien libera a Stella del control mental y la ayuda a escapar hasta el escondite del grupo.

Shep, con "Something about us" como fondo, le explica al grupo su origen extraterrestre. Agonizando, ve llegar a Stella y le confiesa su amor antes de morir.

5555, o el número de la conquista del universo

Confundidos, los Crescendolls recorren el planeta para sepultar a su héroe y deciden averiguar más información sobre su secuestro en "Voyager".

Así llegan hasta al castillo de Darkwood, donde encuentran un libro llamado "Veridis quo" (sí, ya suena esa canción), que contiene la oscura historia del empresario: ha secuestrado sistemáticamente a cada talento extraterrestre para explotarlos en la Tierra a lo largo de su historia musical. El fin: ganar discos de oro.

El libro explica que, si Darkwood y su culto de monjes encapuchados obtienen 5555 discos, tendrá el poder de controlar el universo.

Cuando los Crescendolls son descubiertos por la seguridad del castillo, se arma una camotera que termina con la banda arrojando el disco de oro número 5555 a un pozo de lava, y al ambicioso mánager tirándose de cabeza a recuperarlo.

Cortocircuito

Luego de escapar de la mansión, los Crescendolls se dirigen al edificio corporativo de su sello, donde el grupo planea recuperar su sencillo "One more time".

El disco contiene nada menos que los respaldos de su memoria extraterrestre.

Sorprendidos por un grupo de guardias —que miraba un partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Japón—, son aturdirlos con un electroshock al ritmo de “Short circuit”. Gracias al golpe eléctrico, parte de los músicos consigue liberar su verdadera identidad extraterrestre.

La noticia crece e impacta al mundo: el libro Veridis quo revela la verdadera historia de los populares Crescendolls, y entre los científicos más destacados del planeta deciden ayudar a los desafortunados extraterrestres a recuperar su naturaleza azul.

Los Crescendolls.

En “Face to face” —cantada originalmente por Todd Edwards—, una agencia espacial terrícola encuentra y repara la nave de Shep y la entrega a la banda, que agradecida de la hospitalidad terrícola ya está lista para volver a su planeta natal.

El despegue es seguido por todo el planeta, que celebra la hazaña. Pero justo cuando atraviesan el hoyo negro, en medio del viaje interespacial, los Crescendolls son atacados por el antagonista de la historia, quien se mide con el espíritu de otro reconocido personaje.

Al retornar a su planeta los cuatro músicos son recibidos con una ovación. Mientras aterrizan en un escenario, para seguir tocando sus canciones, su música también es escuchada vía satélite, al unísono, en el planeta Tierra.

En los descuentos, Stella revela una estatua conmemorativa de Shep, mientras mira al cielo y oímos “Too long” —con la voz de Romanthony— desde el surco del lado D de una copia en vinilo del álbum Discovery.

Al final, un joven fanático de Daft Punk recrea la historia con sus juguetes en su habitación infantil, mientras sus padres lo ponen a dormir y ruedan los créditos.