V de Vendetta y Anonymous desde la perspectiva de Alan Moore
En 2012 se debatía a nivel internacional la instauración de Acta, el Acuerdo Comercial Contra la Falsificación que sancionaría la violación a los derechos de autor. Con la creciente preocupación por la privacidad en Internet, una imagen apareció entre las protestas: el protagonista de los cómics creados por Alan Moore era partícipe en ese mar humano. En un escrito para BBC News, el autor y guionista británico se refirió a la discusión -de ese entonces- respecto a los datos personales y el lugar de su obra en aquel paradigma.
El objetivo del Acuerdo Comercial Contra la Falsificación (ACTA) era proteger los derechos de autor, principalmente de la industria musical y cinematográfica al controlar la descarga de archivos por internet y sancionar la piratería. Sin embargo, fue interpretado también como un mecanismo para violar la privacidad digital, permitir la censura y beneficiar a la grandes empresas, entre ellas, las farmacéuticas.
Era marzo de 2012 y la votación para su aprobación o rechazo en el Parlamento Europeo era inminente. En la previa a la definición, las calles del viejo continente vieron varias protestas que se oponían a esta regulación que -sentían- atentaba contra su libertad. Entre rostros cubiertos con bufandas, capuchas y gorros -por el frío invierno europeo- aparecían también máscaras blancas, sonrientes de bigote y barba, hechas en recuerdo de Guy Fawkes -el británico tras el complot de la pólvora en 1605- que desde 2008 se asocia a Anonymous.
El movimiento que se ha manifestado en favor de la libertad de expresión y acceso a la información, tomó la máscara utilizada por el protagonista de V de Vendetta como símbolo, y la trajo a la contingencia 25 años después de la publicación del cómic original y a 3 años del estreno de la cinta protagonizada por Hugo Weaving -V- y Natalie Portman -Evey-.
“A principios de la década de 1980 las ideas que se plantearían en V de Vendetta surgían de un verano de disturbios contra Thatcher en todo el Reino Unido junto con un aumento preocupante del Frente Nacional de extrema derecha. Guy Fawkes como potencial héroe revolucionario parecía estar extrañamente confirmado por las circunstancias que rodearon la creación de la tira cómica”, dijo Alan Moore en 2012, creador de la historia.
En contacto con BBC News, la mente tras Watchmen, redactó una columna en la que desarrolla por qué Guy Fawkes fue elegido como ícono de su historia gráfica y cómo su obra ambientada en una distopía ha inspirado alzamientos sociales y movimientos antisistémicos como Anonymous.
Pólvora, traición y complot
Guy Fawkes es conocido en la historia británica por su participación en el complot de la pólvora en la Inglaterra de 1605. El objetivo era asesinar al Rey Jacobo I, quien imponía el protestantismo como única religión por la guerra que sostenía contra España. El catolicismo era sancionado con multas, torturas y pena de muerte. Fawkes junto a Robert Catesby idearon un plan para explotar la Cámara de los Lores en el Palacio de Westminster, sin embargo, las autoridades fueron alertadas, el complot fue apagado antes de detonar, y Fawkes fue condenado a la horca. Cada 5 de noviembre, se celebraba La Noche de Guy Fawkes con hogueras y fuegos artificiales
Según relata el escritor y guionista, fue idea del ilustrador del cómic, David Lloyd, usar la máscara de Guy Fawkes “como emblema de nuestro líder de un-solo-hombre-contra-un-estado-fascista”.
“Cuando esta noción fue recibida con entusiasmo, decidió comprar una de las máscaras de cartón de Guy Fawkes que siempre estaban disponibles desde mediados de otoño, solo para usar como referencia”, recordó Moore.
Sin embargo, para mala fortuna de Moore y Lloyd, ese otoño escaseó su anhelado modelo. Dado que aquel verano tuvo una gran cantidad de incendios forestales, no se incentivó tanto La noche de Guy Fawkes y en su reemplazo se dio más relevancia a los disfraces de Halloween. “También fue el año en que el término ‘Noche de Guy Fawkes’ aparentemente desapareció del uso común para ser reemplazado por ‘Noche de la hoguera’, menos provocativa”, detalló el escritor.
“En ese momento, ambos comentamos lo interesante que era haber tomado la imagen justo en el punto donde aparentemente estaba siendo purgada de los anales de la iconografía inglesa. Parecía que no podías mantener un buen símbolo”, explicó Alan Moore sobre el rescate de aquella imagen.
“Si realmente hubo inquietud gubernamental sobre la máscara y sus asociaciones en la década de 1980, estas preocupaciones evidentemente se habían evaporado en la primera década del siglo XXI, cuando la industria del cine aparentemente decidió reimaginar la narrativa original como una especie de parábola sobre el surgimiento posterior al 11 de septiembre de los neoconservadores estadounidenses, en el que las palabras ‘fascismo’ o ‘anarquía’ no se mencionaron en ninguna parte”, dijo.
De las páginas de una novela gráfica a la pantalla grande
V de Vendetta, creada por Alan Moore junto a David Lloyd en la década de los 80, fue llevada a la pantalla grande en 2003. Aquellos años, el terrorismo se tomaba la agenda legislativa, pero curiosamente, a Hollywood le permitieron que cientos de extras -vestidos como un famoso terrorista- recorrieran la Plaza del Parlamento en Londres.
“No creo que sea necesario suscribirse a ninguna teoría cuasi mística sobre cómo el mundo conceptual de las ideas puede afectar el mundo sustancial de la existencia cotidiana para estar de acuerdo en que, en retrospectiva, esto podría verse como una mendicidad práctica”, dijo Moore a BBC.
“Poco después, comenzó a aparecer en manifestaciones antiglobalización, protestas anticapitalistas, ataques de piratas informáticos [como Anonymous] concertados contra aquellos que se percibían como opresores estatales habilitantes, y finalmente en los escalones de la Catedral de San Paul”, agregó.
“Parecería que los diversos colapsos tectónicos profundos en la estructura de nuestros sistemas económicos y políticos han provocado olas de energía cinética que están rodando a través de las poblaciones humanas en lugar de a través de su medio habitual de agua de mar. También parece que la sonrisa carismática de nuestro personaje ha proporcionado una identidad prefabricada para estos manifestantes altamente motivados, que incorpora resonancias de anarquía, romance y teatro que se adaptan claramente al activismo contemporáneo, desde los indignados de Madrid hasta el movimiento Occupy Wall Street”, analizó Alan Moore.
“La gente no debería temer a sus gobiernos. Los gobiernos deberían temer a su gente”
Lo anterior es una frase dicha por “V” en la historia creada por Alan Moore. Palabras que llaman al alzamiento social, a la búsqueda de justicia cuando las autoridades pasan por encima de los ciudadanos.
“Nuestro espíritu financiero actual ya ni siquiera se parece al capitalismo convencional, lo que al menos implica un brutal darwiniano libre para todos, aunque sea unilateral e injusto. En cambio, tenemos una situación en la que los bancos parecen ser una monarquía intocable más allá del alcance de la restricción gubernamental, al igual que la Corte derrochadora de Carlos I”, compara Moore entre su obra de los 80 y los debates de la última década.
“La respuesta de hoy a opresiones similares parece ser inteligente, en constante evolución y considerablemente más humana, y, sin embargo, el rostro revolucionario católico prestado de nuestro personaje y su vestimenta incongruentemente puritana son quizás un recordatorio de que las instituciones injustas siempre pueden ser perseguidas por espectros volátiles del siglo XVII, incluso si los levantamientos de hoy son alimentados más por las redes sociales que por la pólvora”, concluyó el artista en su columna para BBC News.
El Acuerdo Comercial Contra la Falsificación -la polémica medida en defensa de los derechos de autor- finalmente fue rechazado por el pleno de la Eurocámara el 4 de julio de 2012 por 39 votos a favor, 468 contra y 165 abstenciones.
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