De su comentada protesta en la alfombra roja de los Grammy Latinos y su combativa proclama anti-capitalista en “Plata ta tá” a un flamante himno a la soledad y la autoaceptación. De los viajes interminables, un tour acústico y su participación en la (abortada) gira continental de Soda Stereo al exceso de tiempo libre y el encierro total.
Los hitos recientes en la carrera de Mon Laferte, la cantautora chilena más exitosa de esta década, sintetizan el brusco cambio en la agenda noticiosa y el tránsito de la humanidad completa en los últimos meses. Un giro que, en el caso de la artista viñamarina, significó suspender temporalmente su exposición de pinturas en el Museo de la Ciudad de México y pausar de un día para otro su dinámica de aeropuertos, conciertos y hoteles para entregarse -con cierta incomodidad inicial, según reconoce- al ocio doméstico en su casa en las afueras de la capital mexicana.
“La semana antes de encerrarme estuve como en cinco países, viajando de aquí para allá, corriendo. Y de repente me veo en casa, sin tener que hacer nada. Al principio me sentía como gata enjaulada pero ahora estoy más tranquila y se me hace más leve esta cuarentena”, cuenta la cantante por teléfono a La Tercera, en una conversación que aprovecha para promocionar su más reciente single, Biutiful. Una apología al amor propio y al aislamiento, creada en plena pandemia y con espíritu de rock noventero tipo Hole y Los Tres, ciertas reminiscencias a sus primeros éxitos solistas (basta revisar el clip de Soy en Youtube) y un video grabado en una pieza, pocos días antes que el gobierno de López Obrador declarara la cuarentena en el país donde reside hace una década.
“Yo normalmente hago canciones, las grabo pero no todas se publican, hay muchas que están guardadas sin publicar. Pero esta particularmente, en medio de la cuarentena, la sentí como muy positiva para que la gente la escuchara. Es de las pocas canciones que tengo así, no tengo canciones tan ‘para arriba’, mis canciones son más de tragedia y esta es muy buena onda. Y pensé que este era el mejor momento para lanzar una canción buena onda”, explica.
-Después del reggaetón combativo de “Plata ta tá” y el disco acústico Sola con mis monstruos viene ahora “Biutiful”. Tres lanzamientos muy distintos entre sí pero al mismo tiempo muy decidores de este año cambiante.
-Bueno, esa también es la ventaja que te da publicar canciones sueltas y no en un álbum como tal. Yo siempre he sido más de discos, tengo cinco discos y es la primera vez que me permito trabajar lanzando canciones sueltas. Eso te permite vincularte más a la inmediatez. Canciones como Plata ta tá, que la terminé muy rápido en el baño del hotel donde estábamos para el Latin Grammy. Y eso se puede hacer gracias a la tecnología y las plataformas digitales. No sé si voy a seguir con esta senda de trabajo, a mí me dan ganas de armar un álbum más completo, de escuchar un álbum completo. Pero hoy la vida avanza muy rápido, es todo muy veloz... bueno, menos ahora que estamos en cuarentena (ríe).
-¿Y cómo sobrelleva el encierro?
-En estos días, a modo personal, estoy conociendo una nueva cara de mi personalidad, estando en casa sin hacer absolutamente nada. Desde la infancia me acostumbré a generar cosas, a tener que buscar algún trabajo para generar, nunca tuve sueldos ni horarios y si no invento algo, no creo una canción o un disco, igual siempre he estado haciendo cosas y me cuesta mucho parar. Hoy en esta sociedad en la que vivimos, que es todo consumo, que necesitamos plata para comprar más cosas y después necesitamos más plata para mantener esas mismas y otras cosas, he aprendido en estos días a no hacer absolutamente nada. Y creo que nunca había hecho eso. Me ha costado. Desde chica aprendí a siempre trabajar. No importa lo que pase, siempre trabajar porque cuando uno no trabaja no hay qué comer. Me acostumbré a siempre trabajar y ahora que tengo el privilegio de no hacer nada, me siento culpable y me cuesta.
-¿Qué piensa de la crisis económica que afecta a la mayoría de sus colegas de la música, impedidos de tocar en vivo y de generar ingresos? ¿Ve alguna solución en el corto plazo?
-A mí me preocupa mucho, viendo mi realidad, con todo mi equipo de trabajo que vive básicamente de conciertos. Y no sé cuándo se van a retomar los conciertos o las giras en el mundo. Eso me preocupa bastante. Creo que van a tener que reinventar las maneras de poder generar trabajo para estos equipos porque no sé si los conciertos van a volver pronto. Lo veo muy complicado, no sé, la verdad, no tengo idea, pero con mi equipo conversamos, nos preguntamos cómo lo vamos a hacer, cómo vamos a generar trabajo para todos mis compañeros y compañeras. Es algo que me preocupa bastante, no sé cuánto tiempo la industria de la música de acá va a poder aguantar sin conciertos.
-Desde octubre ha sido una de las voces más activas y comprometidas con las demandas sociales de Chile. En estos días de encierro y sin manifestaciones, ¿cómo dialogan esas demandas con la pandemia que afecta al mundo? ¿Cree que se vinculan de alguna forma o lo ve más como un periodo de pausa?
-No sé, la verdad, porque no estoy en Chile. Generalmente hablo con amistades y la gente hoy está con muchas necesidades. Hay personas que tienen que seguir trabajando, que no tienen otra opción, pero no creo que el sentimiento de la gente cambie con el encierro. Creo que ese sentimiento está allí, que Chile está en una conversación importante y eso va a seguir, definitivamente sí. La pandemia no puede apagar las necesidades de vidas enteras. Hoy la gente no puede salir a la calle pero supongo que en algún momento se va retomar la conversación.