Yellow Submarine: la parte de los críticos

Consultados por Culto, críticos y comentaristas evalúan la película animada de George Dunning y el ilustrador Heinz Edelmann, evocando recuerdos sobre un filme estrenado en 1968 y editado por primera vez en VHS a mediados de los 80.


Isabel Plant, crítica de cine Radio Pauta

“Recuerdo ver esta película siendo una niña y estar asombrada por los colores y los ritmos. Es una película tan alegre como melancólica y creo que una hermosa representante de lo mejor y lo más loco del cine en los sesenta, llevado a la animación y al mundo Beatle. Creo que sirve como puerta de entrada a la banda para los más chicos, y que mientras la música de los Beatles no envejece, esta película sí lo hace pero como un tesoro vintage”.

Christian Ramírez, crítico de cine El Mercurio

“A ratos, uno tiende a considerar Yellow Submarine fuera de la filmografía de los Beatles. En parte por el poder que tienen A hard day’s night y Let it be. ¡Son muy grandes! Como que en el fondo se chupan el aire de la habitación y, por lo mismo, las películas que quedan en el medio, no tanto Help! como sí Magical Mystery tour y Yellow Submarine, tienden a ser un poco más ignoradas. Ahora, todo eso se reparó en la medida en que los Beatles pusieron atención en el soundtrack. ¿Te acuerdas que lo editaron hace unos veinte años atrás —es decir, solo las canciones de la película, sin las orquestaciones de George Martin— (NdE: el disco Yellow Submarine Songtrack)? Y sin embargo, ese, que era el momento de poder verla en el cine, se pasó y no la mostraron. Entonces los recuerdos que uno tiene están más asociados a la idea del video clip y, si tú te acuerdas, en algún momento en MTV empezaron a extraer algunos clips de la película. ‘Eleanor Rigby’, por ejemplo, y algunas otras que quedaron como emparedadas y convertidas en clips. Y resulta que la película misma es un animal súper distinto y se parece harto más a Help! de lo que uno recuerda. Cuando uno entra a esta casa Beatles de Help!, es prácticamente la misma casa que volvemos a revisitar en Yellow Submarine. Y cuando uno piensa en los-Beatles-disfrazados-una-y-otra-vez de Magical Mystery Tour, estos Beatles que van mutando lisérgicamente en Yellow Submarine son prácticamente lo mismo. Entonces la continuidad está ahí. El problema es que hay que volver a ver las películas para encontrarla. Ahora, mucho se ha hablado de que ‘Yellow Submarine’ es una gran canción para niños y estoy de acuerdo, pero la película no sé si estoy tan seguro de que sea para cabros chicos. Yo tengo la sensación de que la película está hecha, en parte, para los súper híper mega fans de los Beatles, pero los monstruos que aparecen y los seres fantásticos de la historia no son tan infantiles. Mi idea de un peluche infantil no es un Blue Meanie, o este guante que anda dando vueltas para todos lados. Lo bonito de la película, aparte de los Beatles, es que la iconografía es súper poderosa y es bastante deudora del arte pop; de este breve arte pop que surge entre el 65 y el año 70 en Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Alemania. Y de algún modo representa el punto de llegada: esto llega hasta ahí. Si te acuerdas de este libro de canciones de los Beatles que editaron los gringos, que viene con las posturas de la guitarra y todo eso, ese libro venía con ilustraciones igual de lisérgicas, pero hechas por otra gente. En esa lógica, este aspecto psicodélico de los Beatles acá brilla como en ninguna otra película”.

Rodrigo González, crítico de cine La Tercera

“Durante mucho tiempo, el Submarino Amarillo fue para mí solo el disco de vinilo que tenía mi padre al lado del Sgt. Pepper o el Abbey Road. De niño me llamaba más la atención que los otros álbumes de The Beatles por razones pictóricas: la portada y la contracubierta traían dibujos y no fotografías. Fue recién en la adolescencia que vi la película y entendí de dónde venían los personajes del viejo LP: ahí estaban otra vez el alcalde de Pepperland, el turco con estómago de tarasca o los Malos Azules. La película operó como una explosión de colores y sensaciones en mi cabeza. No es ni mejor ni peor que filmes como La noche de un día agitado o Help!, sino que todo lo contrario. Una experiencia única”.

Matías de la Maza, crítico de cine Radio Infinita

“Creo que, en estricto rigor, es el único gran aporte de los Beatles al canon del cine. Sus películas anteriores son un ejercicio pop entretenido, pero principalmente excusas para poner sus canciones y rostros en las pantallas. Yellow Submarine es distinta. Tiene un valor artístico per se; ser probablemente la primera película animada fuera de la factoría Disney en empujar los límites del medio. Visualmente ya es toda una proeza, influenciando desde la animación indie hasta la de los grandes estudios tipo Pixar. Quizás, la cinta que realmente mostró que la animación podía ser un género adulto —y a mi gusto, la más importante desde Fantasía en ese sentido—. Igual siempre he tenido la duda sobre si realmente es una película para niños, ya que la vi más de grande y no me imaginaba disfrutándola más que El Rey León de chico. Lo abstracto de sus visuales —hay como un proto The Wall metido allí— y su duración —hora y media es bastante para una película animada— no le juegan a su favor en ese sentido. Pero la idea de que un niño pueda entrar a la discografía de los Beatles a través de la visión la encuentro maravillosa. Y tiene una gran joya oculta, que es el aporte de la música incidental de George Martin, volviendo a su fuerte como compositor. Sus arreglos de cuerdas siempre fueron la base de tantos grandes temas de los Beatles, y aquí brillan en solitario”.

Ana Josefa Silva, crítica de cine El Mercurio y Radio Bio Bio

“Es curioso el caso de Yellow Submarine. Es la película en que los Beatles menos se involucraron y lo hicieron más bien por el contrato que tenían con el estudio —ni siquiera cedieron sus voces a sus versiones animadas—. Y sin embargo, resultó ser una película arriesgada y original aún para los parámetros de hoy, que plasma espléndidamente el giro psicodélico que había adoptado el grupo con Sgt. Pepper’s… Buena parte del mérito hay que concedérselo al diseñador gráfico checo Heinz Edelmann, convocado por el director George Dunning. Edelmann recogió en imágenes alucinantes el espíritu Sgt. Pepper. El resultado: un espectáculo memorable, que no ha envejecido en lo más mínimo. Y que, tal como la música de los Beatles, marca un hito en la animación. Obviamente, la banda sonora no tiene desperdicio. Más allá de esto último, y por todo lo dicho más arriba, el valor de la película se sustenta en sí mismo y sobrepasa al público fan de la banda —que en todo caso, poco no es”.

Marcelo Contreras, crítico de espectáculos La Tercera

"La vi de niño, pero nunca pesqué mucho porque sabía que los Beatles no estaban muy inmiscuidos en el proyecto y que las voces no eran de ellos. En cambio, las películas de ellos actuando (A hard day’s night, Help!, Magical Mystery tour) me las hacía rechupete. Las dieron harto un tiempo, pero la verdad me acuerdo poco. Yellow Submarine me parecía muy antigua. Help!, en cambio, tenía acción, locaciones exóticas y La noche de un día agitado súper buenas tallas. Help! tenía un aire medio Mad Men ahora que lo pienso”.

René Naranjo, crítico de cine Radio Bio Bio

“Como película y obra artística, me parece que es un manifiesto de la psicodelia y del ideario que tenían los Beatles hacia 1968. Involucra concepciones estéticas, y por supuesto, musicales y filosóficas, con la idea de ‘All you need is love’ -canción que está en la película- con esta idea de un amor amplio, diverso -poliamoroso podríamos llamarlo hoy en día- donde se expresaba lo más profundo de lo humano. También la creatividad, el sueño y la imaginación, justamente como contraposición a tiempos muy de la guerra de Vietnam, que ellos sentían muy oscuros. En la cinta hay una luz que se expresa en los colores de los dibujos, los vestuarios y los colores musicales también. Además, los Beatles hacen de esto un manifiesto al incluir canciones de álbumes antiguos, donde ya trazan esta línea de pensamiento, este ideario. Hay canciones de Rubber soul muy emblemáticas, como ‘Think for yourself’ (piensa por ti mismo) que es un llamado a abrir la conciencia, y ‘Nowhere man’, sobre este hombre desarraigado y perdido que no encuentra el rumbo, que no pertenece a ninguna parte, y que aquí puede encontrar un lugar de colores, música, amor y fraternidad, donde puede hallar un espacio. También están los temas que incluyen de Revolver, que son como los dos extremos de los Beatles. Está ‘Eleanor Rigby’ con la armonía barroca perfecta y las cuerdas con la voz de Paul y un tema contemporáneo que es la soledad del hombre y la mujer. Y ‘Love you to’ con el sitar de George Harrison y esta reflexión sobre el estado del alma de vivir en el presente, en estos tiempos que se van rápidamente. Son canciones con letras muy existenciales. Y luego incluyen canciones del Sgt. Pepper como ‘With a little help from my friends’ que llama a la fraternidad. También del Yellow Submarine, está este tema muy divertido, ‘All together now’ que es para cantarla y gritarla, y ‘Hey bulldog’, que ya es una apuesta más radical. Entonces hay una suma -en el sentido de cumbre, de globalidad- de todo el pensamiento de The Beatles, de este periodo de Rubber soul en adelante. Sabemos que Rubber soul es el que marca el cambio de The Beatles y de ahí para adelante, está toda su propuesta más revolucionaria, filosófica y profunda que se plasma en esta película. Por algo John [Lennon] dijo en algún momento que era su película favorita de los Beatles, que es expresada de la manera más amigable, con una historia que puede pasar por un cuento infantil. En el mundo encantado de Pepperland, todos viven felices en la tierra de la psicodelia y el amor libre, que ha sido atacado por estos Blue Meanies, -los malos azules- que provocan que tengan que llegar los Beatles a salvarlos con sus canciones. Por supuesto, todo esto con el humor inglés característico que distinguía también a las películas anteriores -que son A hard day’s night y Help!- claro que Help! había sido la cima del humor absurdo y surreal. Entonces, es un manifiesto y una suma cumbre de la propuesta beatlemaniaca, así como del ideario de los 60. Hay un concepto no solo de los Beatles, también catalizan ese sentimiento, idea, y utopía de los años 60, de la revolución del amor y la fraternidad. Por eso nos emociona todavía con todos estos colores y este llamado a vivir el amor: todo lo que necesitamos es el amor, y lo sabemos ahora que estamos distanciados físicamente”.

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