Para una banda que ha hecho de la noche su hábitat permanente, bien vale esta alegoría: “Nos encanta la noche, nos encanta que siga la fiesta. Pero también queremos decir: ‘¿qué tal si hacemos otro tipo de fiestas, otro tipo de celebraciones?’ Por ejemplo, un asado en la tarde o un almuerzo con la familia”.
Bajo esa suerte de metáfora, los hermanos Abel (34) y Camilo Zicavo (30), fundadores y los rostros más conocidos del grupo Moral Distraída, intentan ilustrar su nuevo salto creativo. Si su banda madre es sinónimo de fusión latina, acento tropical, cumbia, baile y juerga, ahora estrenan un proyecto que sugiere cierto reposo, otra clase de matices, un reverso más vinculado a las guitarras y que tiene a The Beatles o Electric Light Orchestra como faros.
Un renovado lenguaje que sale a flote justo cuando alcanzan un hito: Moral Distraída, una de las bandas más populares de los últimos años en el país y parte de una generación que renovó los sonidos bailables en la escena local, cumplió a principios de mayo una década desde que ofrecieron su primer concierto en 2010. El momento preciso para que sus líderes abracen un cambio de etapa.
Sueños de niñez
“Hace como un año empecé a hacer canciones que tenían más relación con la música que en general yo escucho y que no tenían cabida en el espectro musical que comprende la Moral. Era hacer música más pop rock. Entonces empecé a componer y componer, y me acerqué al Abel; él justo tenía otros temas también. Justo ahí surgió la necesidad de armar otro proyecto, de darle espacio a otras inquietudes”, reconstruye Camilo.
Su hermano acota: “Camilo tiene una tremenda velocidad para escribir canciones, entonces en algún momento tenía mucho material que no poseía demasiada relación con lo que hacíamos en La Moral. Tenía más que ver con lo que escuchábamos de chico: los Beatles, Fito Páez, lo que oían nuestros viejos. Era también parte de los sueños de infancia, porque la primera banda que tuve en el colegio era de rock. Entonces, era también volver al origen. Era empezar a hacer las cosas de otra forma, tomar otro aire”.
En esa misma línea, los hermanos reconocen que los nuevos aires no sólo llegaron con la simbólica efeméride artística de los diez años; el propio avance de sus vidas fue un estímulo para encaminarse por trayectos paralelos.
“Con la Moral se empezaron a cumplir ciclos hermosos. En diez años llegamos al lugar donde queríamos estar. En diez años hemos hecho herramientas musicales y artísticas que van abriendo espacio a otras inquietudes. Yo empecé a encontrarme nuevamente con instrumentos que tenía abandonado, como la guitara y el piano; empecé a darles más cabida. Pero además, me pasó que es un buen momento para dar este salto por la edad que tengo”, reafirma Camilo.
Luego sigue: “Estamos en los treinta, ya no vamos a ser una banda de veinteañeros, pero tampoco de cuarenta y tantos recién partiendo. Estamos en el instante justo. Es hacer música con más experiencia, con el recorrido que hoy tenemos. Con la Moral ya hicimos el camino de tocar todas las noches en discotecas, y nosotros hemos cambiado, ahora estamos en una etapa de la vida más estable, con hijos, hijas, queriendo estar más en la casa”.
Mientras el menor de los hermanos detalla un contexto que va de lo laboral a lo íntimo, su contraparte lo prefiere sintetizar en una frase que para ellos funciona como un credo, como un mantra que se repite sin contrapesos: “Siempre lo hemos hablado de una forma muy simple: a nosotros nos gusta hacer huevás choras. Cuando partió la Moral, significó hacer huevás choras”.
Hay otras maneras también de definir el nuevo proyecto. Por ejemplo, apelar a las influencias: ahí, ambos se lanzan a citar referentes no sólo como The Beatles o ELO, sino que también a David Bowie, Fito Páez, Silvio Rodríguez, Jorge González o Pettinellis. Al minuto de los discos, ejemplifican sus aspiraciones en A new world record, ese clásico de los propios ELO donde vienen hits como Livin’ thing, Telephone line o Rockaria! El preciosismo británico de los años 70 claramente empieza a ganar lugar en la sazón caribeña que ha cubierto la discografía de Moral Distraída.
“Es nuestro objetivo llegar a eso”, apuesta Abel. Camilo lo secunda: “Los Beatles y Silvio son para nosotros la gran banda y el gran solista. Pero también vamos a incluir nuestro carácter. No es borrarlo todo. No nos olvidamos de lo que somos. No queremos ser una mala copia de nada, queremos ser una buena copia de todo”.
Avanzar por dos rumbos
El proyecto aún no tiene nombre, pero ya manejan entre 20 a 30 canciones. El plan era empezar a grabar a mediados de año, pero el Covid-19 lo cambió todo. “Igual esta etapa del encierro es bien nostálgica y reflexiva, porque quizás sintoniza bien con este nuevo grupo”, comentan.
Una agrupación que, por lo demás, también contará con el baterista Amaru López, parte de Moral Distraída. Con el curso de los meses, se irán sumando otros nombres.
Ahora, la gran pregunta: esta iniciativa, ¿significa una pausa o un receso de Moral Distraída?
Camilo: Seguimos en paralelo, hay harto proyecto con la Moral muy entrete; está muy andando el ejercicio de internacionalización, y tenemos una chorrera de videos y canciones, tenemos mucho material para ir soltando. Armamos un trabajo a la distancia donde ya habrá algunos anuncios. Además, la Moral está lejos de ser nosotros dos, es un colectivo donde la maquinaria se distribuye, es una democracia, todos somos un engranaje que hace que esto funcione.
Para conocer los nuevos rumbos de los hermanos Zicavo, mañana a las 19.30 horas ambos hermanos se presentarán en el festival Domingo en Casa de la plataforma creativa Citylab, el que se puede ver en todas sus redes digitales, incluyendo su Instagram y el canal de Youtube Domingo en casa.
Ahí, interpretarán no solo algunos éxitos de la Moral, sino que también alrededor de cinco creaciones inéditas que darán cuenta del cambio de piel. El mismo que marca una nueva fase en dos de los artistas consulares de la escena chilena reciente.