Soundgarden en Washington: crudo y servido

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Chris Cornell y Eddie Vedder en Lollapalooza 1992.

El show correspondiente al periodo promocional de Badmotorfinger, publicado el 24 de septiembre de 1991, irradia cierto descontrol, caos, violencia incluso. Desde el primer minuto arrecia una perfomance cruda y rabiosa en calidad de video noventero ante una generación con ánimo apocalíptico encaminada al fin del milenio. La retroalimentación entre ambas partes hace de esta grabación un documento único.


En Conciertos de Culto revisamos música en directo disponible en YouTube, el repositorio casi infinito de momentos y emociones con horas y horas de conciertos de todas las épocas y estilos. Una selección del crítico Marcelo Contreras.

Crudo y servido

Calidad de sonido, imagen, cámaras, ángulos, edición. Sí, puedes encontrar mejores registros en términos técnicos de Soundgarden. Louder than live de 1990 por ejemplo, o un show alemán del mismo año cuando el bajista era Jason Everman, miembro fugaz de Nirvana que al poco tiempo abandonó la música para ir a pelear a Irak y Afganistán. Otro: Motorvision de 1992 en el Paramount theater de Seattle, el mismo donde Nirvana filmó un show memorable justo antes de mutar en la banda más grande de la Tierra, o un teloneo en Francia a Guns N' Roses de la misma época. Conciertos extraordinarios y absolutamente recomendables captados y editados bajo completo control con cámaras lentas, tomas en granulado blanco y negro, y épicos contrapicados.

Aquí no hay nada de eso. Desde el primer minuto arrecia una perfomance cruda y rabiosa en calidad de video noventero ante una generación con ánimo apocalíptico encaminada al fin del milenio. La retroalimentación entre ambas partes hace de esta grabación un documento único.

El show correspondiente al periodo promocional de Badmotorfinger (1991), publicado el 24 de septiembre de 1991, la misma fecha del Nevermind de Nirvana, irradia cierto descontrol, caos, violencia incluso. En los primeros segundos se advierte a una chica montada en hombros tironeada desde abajo con dudosas intenciones, mientras el público es un mar revuelto de cuerpos surfeando en andas y piqueros sobre las cabezas. El polvo suspendido se posa como una nube tóxica sobre la masa agitada y bañada en sudor.

Soundgarden es uno de los cabezas de cartel del segundo año del Lollapalooza original. En el escenario central figuran, entre otros, Red Hot Chili Peppers, Alice in Chains, Pearl Jam y Ministry. En el secundario abundan las futuras estrellas: Rage Against the Machine, Tool, Smashing Pumpkins, Stone Temple Pilots y Café Tacvba.

El primer tema, "Gun", avanza como una marcha fúnebre sabática con quiebre punk. El sonido encajonado en un denso stoner fluye por la extraordinaria dinámica musical. Cada integrante encarna una bestia en su rol, una mezcla de destreza y agresividad superior a los otros grandes nombres de Seattle. El bajo de Ben Shepherd dibuja líneas imprevistas, sinuosidades propias de un Paul McCartney enrabiado de movimientos espasmódicos, larguirucho y agresivo con el instrumento colgado en posición insólita entre rodilla y muslo. Kim Thayil adopta la antítesis, sombrío, quieto, concentrado en el rugir de sus cuerdas alternando psicodelia. Matt Cameron ataca imparable en métricas enrevesadas, fills complejos, dominio ambidiestro y una energía que mantiene a tambores y platillos bajo azote.

Al centro, Chris Cornell luce como un veterano de Vietnam que se ha dejado crecer el pelo con camisa verde oliva, que aparece tras capas de ropa típica del look grunge.

Videos posteriores demuestran que esta es la última gira del extraordinario cantante con esa potencia y rango, registro taladrante cargado de agudos y graves cavernosos que cosechaba halagos entre colegas como Axl Rose. La gira cobrará su precio en Superunknown (1994) cuando su espectacular voz redujo el margen por encarar cada concierto como si la vida se le fuera en ello. El remate desgarrador de “Jesus Christ pose”, donde repite una y otra vez el nombre divino, demuestra la sobreexigencia de sus cuerdas.

Cornell dice estar contento por ver caras familiares de regreso en EE.UU. tras diez semanas en Europa antes de arremeter con "Outshined". La voz se pierde en las primeras estrofas y no mejora mucho la mezcla al momento del coro cuando aparece arrinconado tras la batería Eddie Vedder. A pesar de los desbarajustes la versión es maciza.

El vocalista presenta "Big dumb sex", que se ríe de ese rock erotizado de los 70 y 80 ("butt rock" según Thayil), explicando que la canción implica un chiste que ha sido mal interpretado. El empalme con "Ugly truth" conforma una sola pieza formidable de space rock. Cornell se cuelga una guitarra y se lanzan con "Rusty cage" donde las cuerdas del bajo de Shepherd son sometidas al máximo. "Slaves and bulldozers" decanta en una especie de jam mientras Cornell repite el coro de "Smells like teen spirit".

Al cierre con “Searching with my good eye closed”, Ben Shepherd exhibe su infame mal carácter y amenaza a un sector del público para luego escupir un trago de agua en dirección a la audiencia. Un número parecido armó cuando Soundgarden debutó en Lollapalooza Chile 2014. Le gusta el show.

La canción continúa formidable y hacia el final Cornell comienza a girar y saltar descontrolado para estrellarse contra una reja que cubre los amplificadores. La estructura cede, el líder se va de espaldas y cae enredado con la verja. La banda continúa impávida. Los locos 90.

Soundgarden. 22 de julio de 1992. Bremerton, Washington.

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