Juan José Campanella, director argentino: “Hoy la TV es para ver cosas importantes y el cine es un divertimento”
Ganador del Oscar por El secreto de sus ojos, habla sobre su regreso a La ley y el orden: UVE y su vida en confinamiento. “El cineasta se ha ido de vacaciones, no estoy corriendo a hacer un guión sobre la pandemia”.
La última vez que Juan José Campanella (60) apareció como director en los créditos de La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales (UVE) todavía no tenía un Oscar. Aunque sólo por una diferencia de días: un miércoles estrenó un episodio de la temporada 11 de la serie de crímenes y el domingo recibía de manos de Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino la estatuilla dorada por El secreto de sus ojos, aprovechando de mandar “un abrazo a los hermanos de Chile”. Diez años después, que la catástrofe no es de un país, sino que mundial, el director argentino vuelve a estrenar un episodio de la popular -e interminable- producción, hoy despidiendo su ciclo 21.
Además de la presencia de Mariska Hargitay como protagonista de la historia, lo que no ha cambiado con los años es su gusto por navegar entre las películas y las series. “En el cine uno se puede tomar su tiempo para ciertas florituras y la televisión tiene una energía y una adrenalina que también me gustan mucho. Es como jugar al ajedrez con reloj”, define al teléfono. ¿Pero dónde está el entusiasmo de regresar a una producción que ya va por su temporada 21? “El programa creo que está mejor que nunca”, resume Campanella, mientras que su vuelta a trabajar con el equipo del programa en Nueva York, “fue como encontrarme con un equipo de viejos amigos”.
“La enorme sorpresa que me hace querer volver es que el show está absolutamente renovado, hay una energía tremenda”, señala el cineasta, junto con advertir cambios en la serie con actores más extensa de la actualidad: “Warren Leight y Julie Martin, los showrunners, le dan dado una impronta desde los guiones que trasciende a la serie de procedimiento, ya no es tan importante cómo se encuentra al criminal, sino que todas las repercusiones humanas”.
Su episodio viene a poner cierre de manera involuntaria a la temporada (hoy a las 21 horas por Universal TV), luego que el coronavirus paralizara la producción y no permitiera completar los 24 capítulos planificados. Titulada The things we have to lose, la historia en parte se enfoca en el inicio del juicio a Tobias Moore (Ian McShane), un magnate de medios acusado de violación y acoso sexual.
¿Cómo cree que el show se ha adaptado a la era MeToo?
La temática del show va de lleno al tema de femicidios, de violencia de género. En un momento era sobre crímenes sexuales y crímenes con niños, y la verdad es que por suerte se está encarando la agenda más hacia lo primero. A mí me costaba mucho hacer capítulos con cosas con niños. Desde que tuve un hijo yo no puedo ni siquiera ver cosas, aunque sea ficción, en la que los chicos sufran. Volviendo a la pregunta, tiene que ver con esa evolución que tuvo el programa en cuanto a encargarse más de los efectos del crimen en la víctima que en cómo se encuentra el victimario. Podés ver que cualquier capítulo de las primeras tres o cuatro temporadas que al efecto en la víctima no se le dedicaba tanto tiempo como ahora. En esta última, el tema MeToo es una historia que sigue a lo largo de toda la temporada y que incluso va a seguir en la siguiente.
“Visualmente el crecimiento ha sido increíble, ahora son prácticamente películas. El último capítulo que yo hice no me lo hubieran dejado hacer hace 20 años”, apunta Campanella. Egresado de la Universidad de Nueva York, el cineasta lleva más de dos décadas en la televisión de EE.UU., dirigiendo episodios para producciones como Dr. House, 30 Rock y Halt and catch fire, al tiempo que su filmografía sumó hace un año la comedia El cuento de las comadrejas.
“Cuando yo era chico, el cine era para ver cosas importantes y la televisión un divertimiento. Ahora la televisión es para ver cosas importantes y el cine es un divertimiento. Ha cambiado totalmente de roles. Cuando hasta Martin Scorsese hace su última película para televisión, ya estamos en un momento que ha dejado de ser de transición para ser de consolidación”, opina.
Pero en tiempos de confinamiento también hay otras reflexiones. “Para mí, en este momento de cuarentena, de encierro, la verdad es que el cineasta se ha ido de vacaciones, y está en este momento el padre, el ser humano, el ciudadano, me preocupan cosas más importantes. No es que esté corriendo a hacer un guión sobre la pandemia, para nada”.
El coronavirus remeció su mundo profesional en muchos sentidos, desde una serie realizada por su productora en México, que iba a filmarse en julio, a las construcciones en Buenos Aires del teatro Politeama. Además, cuenta, “estaba planeando los primeros esbozos de un guión de cine con Eduardo Sacheri y eso también se frenó”.
Hay guionistas y directores que están realizando proyectos desde sus casas. ¿Se imagina en algo de ese tipo?
No. Prefiero no imaginarlo. No tengo plan B, yo lo único que estoy esperando es que esto termine rápido (se ríe). Son como unas vacaciones sin cargo de consciencia, porque todo el mundo está parado, pero empieza a tornarse en algo que a mí me genera angustia. Justamente a mí el aspecto que más me gusta del cine es lo comunitario, es el juntarse en un cine, es algo que no lo puede reemplazar nada. Mi última película, El cuento de las comadrejas, justo antes de que se cerraran los cines, se dio para 1.200 personas en el Festival Latino de Miami, y la reacción, de las carcajadas y los aplausos, es incomparable. Vos me estás pintando un panorama de ciencia ficción, ¿que esto dure para siempre así? No, creo que en realidad me dedicaría a otra cosa. Trataría de hacer otra cosa. A mí en este momento por lo menos me está costando mucho escribir, concentrarme como para escribir, me está costando.
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