Las mejores series disponibles en Netflix según los críticos locales
La oferta del catálogo de Netflix es amplia, y cada mes incluye más producciones -y resta otras- que ponen un factor de dificultad al momento de elegir qué ver. Ocho críticos chilenos de televisión y cine fueron consultados por Culto para recomendar su favorita entre criminales, realeza, comedias y casos reales.
Rodrigo Munizaga, crítico de televisión La Tercera: Better Call Saul
La mejor serie que tiene actualmente Netflix es Better Call Saul. En rigor, es una serie de AMC, pero es gracias a Netflix que se puede ver en todo el mundo. En cinco temporadas, ha mostrado un nivel excepcional en libretos, actuaciones y dirección. La transformación de Jimmy en Saul, de un abogado ingenuo a un chanta, es tan brillante, emocionante, divertida y bien relatada que rivaliza con su serie madre, Breaking Bad, como el mejor drama de la televisión estadounidense en la última década. Lo mejor de todo: es una serie que no se parece a ninguna otra. Eso la eleva por sobre el resto. Bob Odenkirk lleva cuatro años seguidos siendo nominado al Emmy a mejor actor, igual que la serie. Pero con cero premio. Inmerecidamente. Para quienes no la han visto aún, es el momento para ponerse al día. Mención especial a mejor serie nueva: Yo nunca. Una serie menor, ligera, estrenada hace poco en Netflix, pero que es adorable y con un reparto que contribuye a la representación diversa en pantalla: una chica latina, otra india y otra asiática. Para la generación centennial, es relevante que los productos que llegan desde EEUU muestren esa diversidad. Por lo demás, es una serie que se ve en maratón. Infalible para pasar un buen rato en cuarentena.
Isabel Plant, crítica de cine Radio Pauta: The Crown
Si esta pregunta la contestaba hasta el mes pasado, sin duda Mad Men, que se despide del catálogo Netflix. Y aunque debería decir Breaking Bad o Fargo, voto por The Crown. Esa serie es un deleite, por cómo va hilando los hechos históricos con las vidas personales (y dramatizadas) de la familia real, por imaginar cómo es ser la persona más conocida y al mismo tiempo desconocida de buena parte del siglo XX, y porque nunca deja de lado la profundidad a cambio del entretenimiento. Hay capítulos de The Crown que son pequeñas joyas porque logran hacer lo que cualquier serie realmente buena, que trascienda, debe aspirar: hablar de un tema particular para reflexionar sobre conflictos y dudas y verdades universales, como son las peleas de poder dentro de un matrimonio, el destino versus la voluntad, la importancia de los símbolos o la delicada competencia entre hermanas. Súmale elenco perfecto, escenarios y vestuario, y nada, The Crown es una fiesta.
Rodrigo González, crítico de cine La Tercera: Recursos Inhumanos
A mi juicio la mejor serie de Netflix en este momento. O, al menos, la que tiene más atractivo para mí es Recursos Inhumanos, una producción francesa protagonizada por el ex futbolista y leyenda del Manchester United, Eric Cantona. Se basa en la novela homónima del escritor galo Pierre Lemaitre y es la historia de un ex jefe de recursos humanos al que le dan algo así como su propia medicina justo cuando cumple 50 años: lo despiden. Por viejo. Empieza a vagar de trabajo en trabajo, desde limpiador de oficinas hasta operario en un depósito de remedios. El hombre tiene su orgullo, su carácter y se respeta a sí mismo. En medio de la cesantía termina atendiendo un extraño llamado para ser jefe de personal en una multinacional aeronáutica. Algo pasará ahí y eso es lo que nos cuenta esta miniserie de seis capítulos. No es perfecta. Se alarga un poco en sus últimos episodios, pero tiene una urgencia y sintonía con nuestros tiempos que la hacen muy valiosa.
Ana Josefa Silva, crítica de cine El Mercurio y Radio Bio Bio: Breaking Bad
Si no es la mejor serie de TV que hayamos conocido, es al menos el más complejo, inquietante y agudo planteamiento sobre el mal, como aquello que realmente es: algo más cercano y posible de lo que nos gustaría pensar. (Como dice Dostoievsky en Los Demonios). La línea entre buenos y malos se desdibuja por completo: es escalofriante caer en la cuenta que, como espectador, uno no puede dejar de identificarse y empatizar con personas que se van sumergiendo cada vez más en lo más oscuro de sí mismos, a través de sus decisiones (¡breaking bad!). Porque somos testigos de cómo es que un hombre corriente, Walter White, y un chico cualquiera, Jesse —gente como uno—, pueden entrar en este espiral sin retorno. Es un verdadero curso de guión, de construcción de personajes y con un cuidadoso tratamiento cinematográfico. El relato escala sostenidamente en calidad dramática, construyendo un mundo que deja, a cada paso, atónito y sorprendido hasta al espectador más avezado.
René Naranjo, crítico de cine Radio Bio Bio: Wormwood
Es una serie de seis partes de Errol Morris que es un gran documentalista. Es un hombre que sabe trabajar muy bien el registro documental en profundidad, pero también es capaz de hacerlo muy atractivo al público amplio. Esta serie expresa muy bien ese trabajo. Es una serie basada en un caso puntual muy dramático de un científico que trabajaba para la inteligencia estadounidense. Se llamaba Frank Olson, quien murió al caer de un edificio de un décimo tercer piso en Nueva York en el año 1953. Es una muerte que generó una investigación y luego se supo que su caída correspondía a experimentos que estaba haciendo la CIA con LSD en sus propios agentes, para ver si eran vulnerables a tácticas de interrogación y de suero de la verdad que podían -hipotéticamente- aplicarles los soviéticos. Una mirada deshumanizada de los efectos de la Guerra Fría. Un asunto bien escalofriante. Lo que hace Errol Morris es construir un relato muy apasionante a partir del seguimiento y la narración que hace el hijo de Frank Olson, que prácticamente edita su vida, y es bien impresionante cómo sigue todo eso. Errol Morris no solo hace muy bien la investigación, que es fascinante. La familia Olson terminó siendo recibida en la Casa Blanca, por Gerald Ford, como una manera de retribuir el daño que el Estado le había hecho. Fue la primera familia recibida en el contexto del trabajo de inteligencia y el caso tuvo amplia cobertura en la prensa, justamente en esa época. La serie está muy bien hecha, creo que eso es lo más destacado. A pesar que es un hecho muy puntual -un hombre que cae de un edificio- cómo a partir de ese hecho se construye todo un relato y se retrata una época, y la manera de actuar de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, cómo se entra en los personajes: quienes lo rodearon, la familia… las consecuencias políticas de esta situación. Errol Morris saca todo el partido posible a la muerte de este científico y destapa, como un iceberg, lo que estaba oculto bajo la superficie y lo que hace muy muy bien, son las recreaciones. Acá hay un trabajo de cine, las recreaciones son auténticas películas. Si bien es un relato documental, a partir de eso se construye una especie de ficción en la recreación. A todo Errol Morris le saca el máximo provecho. Hay que hacer notar la presencia de los entrevistados del periodista Seymour Hersh, que fue el primer periodista que escribió sobre la violación a los derechos humanos y tortura en Chile, en un artículo para The New York Times ganador del Pulitzer. Justamente él se interna en esta historia de Frank Olson y ahí aporta un punto de vista, conversa con Errol Morris… Me pareció extraordinario el documental.
Daniela Lagos, columnista La Tercera: Community
A inicios de abril, Netflix subió a su plataforma las seis temporadas de Community, y aunque sin duda no es la mejor serie que se puede encontrar ahí, es una grandísima comedia. La ficción que originalmente estuvo al aire entre 2009 y 2015 tiene altos y bajos, y es sin duda como ninguna otra. Partió siguiendo un camino semi tradicional -elenco coral con personajes de marcadas personalidades y secundarios excéntricos que le dan color a la historia- y en el recorrido decidió dejar toda lógica de lado para abrazar capítulos temáticos, decenas de tributos a otras series y películas, personajes que nunca tienen un pie en la realidad... una muy buena comedia para ver en maratón.
Matías de la Maza, crítico de cine Radio Infinita: The Good Place
Me quedo con The Good Place, una serie que bordea la perfección en tantos niveles, pero que su atractivo fundamental y la que la separa de otras obras maestras que se pueden encontrar en Netflix, es su contagioso optimismo. La idea de que la vida y la muerte tienen un sentido, y que, al final del día, todo vale la pena. Quizás es una premisa un poco ingenua estos días, pero tanto a nivel de escapismo en momentos de dificultad, como de pensamiento mágico, es una serie a la que pienso que voy a volver siempre (y en la que no he dejado de pensar desde su final a comienzos de año). Cuatro temporadas con episodios que bordean los 22 minutos me parece además un formato perfecto para una serie que nunca excedió su estadía, y que presentó a un elenco perfecto (quizás el mejor papel en la carrera de Ted Danson, que sólo tiene buenos papeles). Probablemente uno nunca pueda comprarse completamente la idea del creador Michael Schurr de que la humanidad inherentemente busca ser mejor de lo que fue el día anterior, pero es una tesis bonita de perseguir. Mientras de paso, pocas series fueron así de graciosas en los últimos diez años.
Ángela Godoy, columnista de series Culto: Sex Education
En general las series sobre adolescentes hablan de sexo en algún momento ¿Qué hace a Sex Education única? Creo que radica en el encanto de un variado grupo de adolescentes que se enfrenta a la sexualidad desde distintas veredas, todas válidas. Cada adolescente es retratado con honestidad, con defectos, virtudes y momentos cómicos que nos hacen empatizar con cada uno. La serie pone como protagonistas a Otis y Eric, dos amigos que desafían las visiones de la masculinidad clásica, pero que tampoco escapan de los problemas que imponen estos roles. Mientras que la primera temporada conocemos a los adolescentes y sus problemas, la segunda profundiza en las diversas relaciones que tienen estos con sus madres y padres. Es lindo cómo la serie demuestra que los progenitores pueden estar tan perdidos como sus hijos, y cómo estas relaciones determinan cómo los hijos se enfrentan a la vida y a la sexualidad. La sexualidad es parte importante del desarrollo de (casi) todos los humanos, más allá del acto físico, hay una gran cantidad de cuestiones sociales asociadas a ello indirectamente. Sex Education presenta a un grupo de adolescentes enfrentando al mundo, descubriendo su sexualidad y la mejor parte: cuestionándola.
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