El 2 de marzo de 1959, durante la primavera neoyorkina, Jimmy Cobb fue el primero en llegar al 30th Street Studio, una iglesia refaccionada como estudio de grabación por Columbia Records, donde un puñado de músicos notables daría forma al disco más imprescindible en la historia del jazz —y también el más vendido.

“Siempre me gustó aquella iglesia, tenía una acústica fabulosa”, cuenta el baterista en el prólogo del libro Miles Davis y Kind of blue: la creación de una obra maestra (Alba, 2002), del periodista Ashley Kahn.

Allí relata: “Empezamos a mirar algunos temas y, cuando nos metimos en ello, la cosa sonaba de maravilla, con una suavidad total. Sin hacer ningún esfuerzo, sin tensiones, muy relajados. El grupo sonó compacto en todo momento. ¿Cómo iba a sonar mal con los músicos que había? Al piano, Bill Evans y Wynton Kelly. Paul Chambers, el mejor contrabajista de entre los jóvenes en aquellos tiempos, y John Coltrane y Cannonball Adderley”.

Sideman de nombres de la talla de John Coltrane, Cannonball Adderley, Wes Montgomery, Dizzy Gillespie, Dinah Washington, Pearl Bailey y otros ilustres del jazz, la figura de Jimmy Cobb quedará siempre atada a sus colaboraciones con Miles Davis, sobre todo por el sonido de su batería en el legendario e improvisado Kind of blue.

Ese 2 de marzo los músicos grabaron la cara A del disco, los temas “So what”, “Freddie freeloader” y “Blue in green”, mientras que el 22 de abril, durante la sesión final, se completaron “Flamenco sketches” y “All blues”, las pistas del lado B.

Acá, un grupo de bateristas chilenos comentan a Culto el estilo de Jimmy Cobb y su aporte al instrumento.

Francisco Molina.

Francisco Molina, baterista de Jodelase y ex-Los Tres

—El beat de Jimmy Cobb es historia en la discografía del jazz: Miles Davis, Wes Montgomery y Cannonball Adderley. Jimmy tenía un beat inmaculado, tanto tocando el platillo como las escobillas. Su estilo entre cool, hard bop y swing, nunca en tu cara o buscando protagonismo y siempre con dignidad... si escuchas el track ‘So what’, de Kind of blue, al comienzo, cuando transita de las plumillas a las baquetas y entra con ese platillo... ¡eso es! La historia se hizo ahí, en ese platillo. ¿Su aporte al instrumento? Su estilo cool, el beat parejo en el platillo ride, las dinámicas y un sentido agudo para las dinámicas de la música... solidez en el groove que da prestigio al instrumento.

Edita Rojas.

Edita Rojas, baterista de Electrodomésticos

—Me parece que es uno de los más importantes de la historia de la batería, de los que instalan esa forma ‘clásica’ de tocar jazz. Me parece elegante. De los pocos que no luce 'virtuoso', siempre muy a merced de la canción. Es importante eso de que grabó casi que con todas las estrellas de la música en su época, y me parece que no es tan nombrado como debiera.

Felipe Salas.

Felipe Salas, baterista de Cómo Asesinar a Felipes

—Para mí es un referente, ya que su acercamiento a la batería estaba al servicio de la música alejado del virtuosismo innecesario que muchas veces no enriquece la canción. Aparte de Kind of blue, me gusta mucho su participación en el disco Full house de West Montgomery.

Ítalo Arauz.

Ítalo Arauz, baterista de Matorral

—Con Kind of blue demostró cómo se puede acompañar la música de forma minimalista y elegante, teniendo en cuenta la cantidad de recursos que manejaba. Tremenda pérdida para el mundo del jazz y la música en general.

Toño Corvalán.

Toño Corvalán, baterista de Chancho en Piedra

—Una lástima que nos haya dejado un vieja escuela del jazz de 91 años, un montón de batallas junto a Miles Davis, John Coltrane entre otros. Era el último sobreviviente del lote de Kind of blue, dueño de un touch envidiable y cabe destacar también que fue autodidacta. Creo que dentro de su estilo fue siempre bien sobrio en la interpretación, lo que hacía un buen colchón y el acompañamiento perfecto para el lucimiento de Miles Davis.

Rodrigo Recabarren.

Rodrigo Recabarren, baterista de jazz

— Para mí, en el estilo de Jimmy Cobb destaca principalmente su sutileza, elegancia y pragmatismo. Un maestro que, primero que todo, hacía bien su trabajo con todo lo que eso conlleva. Con un sonido bello, un pulso impecable y un entendimiento profundo del lenguaje. Su mayor aporte creo que pasó por la época donde fue el baterista de Miles justo en la bisagra del cambio estético del jazz a fines de los 50′. Su playing está en el disco de jazz más escuchado de todos los tiempos y eso basta para que sea un referente sin más que agregar. Basta con destacar el platillazo firme cuando entra el solo de Miles en ‘So what’, legendario. A todos quienes me piden consejos sobre cómo comenzar a tocar jazz en batería, yo siempre les recomiendo tocar el ride tratando de imitar a Jimmy en “Freddie Freeloader” del Kind of blue. Un gran lugar para comenzar.

Matías Peralta.

Matías Peralta, baterista de ANMLS

—El estilo de Jimmy Cobb se caracterizaba por su increíble pulso que le permitía marcar los tresillos en el ride de forma muy segura, además de ser un baterista que trabajaba una tocada liviana, secundaria y atenta. Ese platillazo que marca la entrada del resto de la banda, tras la introducción de contrabajo en ‘So what’, es historia pura. Su aporte fue haber sido el escudero de grandes figuras del jazz a lo largo de varias décadas, como Coltrane, Davis, Shorter, Adderley, entre otros.

Félix Lecaros

Félix Lecaros, baterista de jazz

—Tuve la suerte de verlo tocar varias veces en Nueva York y puedo decir que Jimmy Cobb es uno de los pocos bateristas al que puedes identificar inmediatamente. Solo con escuchar el ride de Cobb sabes quién está tocando, al igual que Elvin, Max, Roy, Philly o Tony por nombrar algunos que producen el mismo efecto. Si quieres un ejemplo de cómo generar swing solo con el ride, tienes que escuchar su participación en el disco Kind of Blue, pero además, el lenguaje que tiene cuando está haciendo un solo y es más protagonista también es único. Se ha ido un baterista muy versátil con sonido inconfundible que definitivamente quedará en la historia de la batería del jazz.

Patricio Salazar

Patricio Salazar, baterista de sesión y ex-Orquesta Festival de Viña

—El gigante Jimmy Cobb tiene importancia por haber llegado a jazzear con Miles Davis. Talentoso en su creatividad por su forma simple de tocar, limpio y con groove superlativo.