Han pasado 47 años desde un hito mayor en la historia de Los Jaivas: el estreno en 1973 de su álbum homónimo conocido como La ventana, el trabajo que agrupa sus primeras composiciones formales y que traía dos de sus himnos, “Todos juntos” y “Mira niñita”. Y han pasado 47 años para que el disco volviera a la vida y se reencontrara con sus seguidores: tras un detallado proceso, este jueves 28 sale a la venta en formato vinilo y CD una reedición del título, trabajado a partir de sus masters originales y de las cintas encontradas en el desaparecido sello IRT.
Tal hallazgo hizo posible una remasterización con los estándares de la tecnología actual, lo que permitió rescatar detalles de sonido que permanecían casi imperceptibles. De alguna forma, el disco adquiere hoy otra musculatura, una textura mucho más limpia, con guitarras y baterías alcanzado una presencia robusta.
Desde su confinamiento en Colombia, Eduardo Parra –uno de los fundadores del grupo, aunque ya retirado de sus presentaciones- confiesa que una gran motivación para este proyecto fueron los propios seguidores de Los Jaivas: “Es lo que la gente está esperando, el álbum no se podía escuchar de la manera que se grabó, eran copias de copias en internet. Pero se hizo un trabajo minucioso que permitió que hoy tengamos una reedición de La ventana inédita”.
Los masters actualmente son propiedad de Al abordaje muchachos, compañía disquera que dio con el paradero de las piezas: “Se acercaron a nosotros porque querían hacer un buen trabajo, que participáramos y aportáramos. Hemos estado totalmente involucrados, dando nuestras opiniones”, cuenta Claudio Parra. Luego agrega: “El sonido está muy bien tratado, (el productor) Mariano Pavez hizo un trabajo muy bonito en la remasterización y restauración, nos tiene muy contentos”.
Al retroceder en el calendario, Eduardo Parra recuerda el lanzamiento en enero de 1973, en un contexto muy difícil para Chile. “No por nada abrimos con ‘Seamos amigos, seamos hermanos’, el tema iba dirigido al odio que se estaba produciendo en nuestro país. El grito de paz fue nuestra proposición, bastante ingenua, pero proposición al final de cuentas. Queríamos que nuestra música fuera amplia y serena, dejamos establecido en La ventana los principios de nuestro pensamiento”.
En el estudio
Creada en 1971 a partir de la nacionalización de RCA Victor, la compañía discográfica IRT operó en Chile durante el período de la Unidad Popular. Dirigida por Julio Numhauser, músico fundador de Quilapayún, Los Jaivas editaron sus primeros trabajos bajo ese alero discográfico. “Tuvimos suerte de grabar en los estudios de IRT, las máquinas eran las mejores que se conocían en Chile”, recuerda Eduardo Parra. Su hermano Claudio complementa: “Era una sala grandísima, había un piano de cola e instrumentos de una orquesta sinfónica. De ahí sale Ciclo vital, que está en este disco. Las canciones que grabamos en este álbum, Todos juntos, Mira niñita, La quebrá del ají, son nuestras primeras canciones, estábamos recién metiéndonos en la composición”.
Los Jaivas comenzaban a trazar el recorrido por su experiencia compositiva sin dimensionar que sus primeros registros los haría ganar reconocimiento tanto a nivel local como foráneo. De hecho, La ventana es algo así como la bisagra a su popularidad absoluta.
“Cuando hicimos ‘Los caminos que se abren’ escribimos una partitura en las reglas de la escritura clásica musical, esta se enrollaba. Una vez extendimos el rollo y medía casi una cuadra”, rememora Eduardo Parra.
Uno de los emblemas es el himno “Todos juntos”, presente de hecho en las manifestaciones del reciente estallido social: “Parece que abarca muchas conciencias, conciencia popular, cósmica también. El por qué no lo podría decir, no entiendo cómo fue. Yo me acuerdo que estaba repartiendo el tema por las radios de Viña del Mar y Valparaíso, nosotros decíamos ‘Ayer caché, esa es la canción que va a triunfar’. Nos equivocamos rotundamente”, dice nuevamente Eduardo.
El arte
Para darle vida a la carátula que acompaña a la reedición, Martín Uribe, diseñador a cargo del arte del disco, recurrió a coleccionistas y amigos de Los Jaivas que conservaban ediciones en impecables condiciones. Gracias a estos aportes, el arte gráfico del álbum logró reconstruirse idéntico a la versión original. “Era la ventana de la pieza de Eduardo en la casa principal que tuvimos en Viña del mar” recuerda Claudio Parra.
El diálogo con el público y la conexión con la espiritualidad que los músicos experimentaron durante sus shows en vivo fue tan potente como reveladora. Por lo demás, en ese entonces se sumergían en la experimentación sonora y la improvisación instrumental. “En esa época sentíamos que nuestra actitud de vida se manifestaba a través de nuestra música. Pensábamos que en los conciertos éramos una especie de puerta para que la gente pudiese comunicarse con las fuerzas naturales mayores, por lo mismo con Dios y con el cosmos. Mirar las estrellas en aquellos años era una cosa de locos, nos sentíamos parte del universo, no solamente parte del planeta y de la tierra”, refuerza Eduardo Parra.
Regresando al presente, la pandemia sorprende a Claudio Parra en Santiago, mientras su hermano atraviesa un proceso de cambio de casa y país: está radicándose en Colombia tras vivir 50 años en Francia. Desde el séptimo piso de su departamento, donde lleva a cabo su confinamiento, reflexiona ocupando el primer track de La ventana: “'Seamos amigos, seamos hermanos’ tiene todavía un valor fundamental en nuestra sociedad, un valor que todavía no ha sido comprendido porque no ha sido aplicado. Llegó el momento que nos permite aprender y comprender cosas a las que no queríamos dar valor: el poder de la naturaleza y su lenguaje. Deberíamos entenderlo ya mismo, sin más dilación... mira tú dónde estamos metidos”.