Andrés Parra y Paulina Gaitán, actores de El Presidente: “Llegamos a un Sergio Jadue que es como el gordito al que hacían bullying en el colegio”
La dupla que encarna al antiguo jefe de la ANFP y a su exesposa entrega detalles a Culto sobre la serie que llega mañana a Amazon. “Era un arma de doble filo reunirme con él”, dice el actor de El patrón del mal.
El presidente encontró su eje en Chile y a sus dos protagonistas en Colombia y México, Andrés Parra (42) y Paulina Gaitán (28). La dupla, elegida para encarnar al expresidente de la ANFP Sergio Jadue y su esposa de entonces, María Inés Facuse, en la ficción de Amazon Prime Video que debuta mañana, entrenó su acento chileno y se sumergió en la historia del matrimonio calerano y en los pormenores del FIFA Gate para preparar sus personajes, aunque con matices.
Celebrado por interpretar a Pablo Escobar y Hugo Chávez en producciones televisivas, Parra aplicó una receta probada para ponerse en la piel de Jadue: “Todo lo que pueda encontrar, trato de tenerlo conmigo, y a partir de esa investigación empiezo a tener un poco de claridad en los rasgos de temperamento, de personalidad, de carácter”. Gaitán plantea algo más libre sobre “Nené”: “Podemos darnos una licencia porque es ficción, entonces podemos hacer una creación de personaje. No soy una imitadora, yo soy actriz y me gusta que mis personajes tengan algo específico”. En la serie de ocho episodios nacida en Fábula y comandada por el argentino Armando Bó, una sátira sobre la corrupción del fútbol, funcionan como “un equipo, dos que van hacia la misma dirección”, dice la actriz de Narcos.
-¿Cómo describiría el desafío de hacer empáticos a personajes con los que es difícil empatizar?
P: Creo que la gente siempre quiere el malo-malo, el bueno-bueno, y a mí no me gusta irme a los extremos. Creo que las personas tienen su lado bueno y su lado malo. Es muy interesante como actor buscar esos espacios y mostrárselos al público. No solamente son el monstruo o el bondadoso, no olvidemos que existen los matices. Siento que Nené, Sergio y Harris (la agente del FBI, interpretada por Karla Souza) los tienen. Creo que todos los personajes tienen ese arco dramático que hace que la gente quiera verlo.
-¿Cuán importante era subrayar que es su esposa la que impulsa a Jadue?
P: Creo que queda clarísimo, no hay que subrayarlo. Creo que se sabe que la que lleva la batuta es ella, se ve, ella es la que mueve a Sergio. Es la manera en la que crecieron, vienen de La Calera, entonces es la manera en la que siempre se comunicaban y su matrimonio funcionaba así. Creo que queda muy claro que la que lleva las riendas en ese matrimonio es ella.
-¿Recuerda el momento en que encontró la esencia de Jadue?
A: Yo puedo tener mucha información y tener muy clara la esencia en mi cabeza. El tema es en qué momento eso realmente penetra en uno y se manifiesta. Yo tengo un dicho que suelo decir: se dejó ver. No tengo claridad del momento, pero sin duda es una vez que uno empieza a rodar. Es un momento en que ya me lo disfruto, porque ya no tengo que estar pensando en nada, mi cuerpo, mi voz y mi mente ya están conectados.
-¿Desde un comienzo la serie estaba definida en tono de comedia?
P: Yo estaba filmando y juraba que estábamos haciendo un drama. Nosotros jurábamos que estábamos en el drama total. (Pero) empezamos a ver lo que se estaba haciendo y dijimos: claro, es que esto tiene tintes de comedia. Se vuelve mucho más interesante porque creo que la serie no es el dramón de la corrupción. Es una historia que te habla de lo que sucedió, pero de una manera chusca. También tiene sus momentos de drama, como en la vida, no siempre todo es caos y oscuridad.
A: La comedia fue una sorpresa que nos dio la serie, yo creo que a todos. Todos quisimos entrarle a la serie de una manera muy seria, pero nos encontramos con esto tan absolutamente sarcástico que es la misma historia, la historia es histéricamente inverosímil. Empieza a aparecer un tono que obedece más a las circunstancias que al personaje, yo creo. Las circunstancias es lo que es absolutamente cínico, irónico y sarcástico. Y teníamos a un Jadue que habíamos construido nosotros, ingenuo, un poco manipulado por todo el mundo, que no encaja muy bien en ninguna parte, como me pasó a mí, como el gordito pues que hacían bullying en el colegio. Fue un punto de partida que le permitió al humor negro entrar y apoderarse de la serie. Es el tono en que quedó. Llegamos a lugares delirantes, como es la historia de Jadue.
-¿En algún momento le intrigó contactarse con Sergio Jadue?
A: Es la segunda vez que interpreto un personaje conocido y vivo. Esta vez lo pensé. Dije: ¿será que lo hago, será que no lo hago? Pero obviamente la circunstancia actual de Jadue… Era un arma de doble filo para mí reunirme con él. Pero sobre todo porque después de Escobar también entendí que cuando son personajes que existieron y tienes la posibilidad de acercarte a ellos o a la familia, de alguna manera la información que te llega tiene un vicio. Es imposible que sean cien por ciento honestos contigo. Entonces sí, seguramente lo pensé, pero nunca lo hice. Ya no tendría ningún sentido. Siempre está el morbo de uno buscarse el teléfono, pero también digo, uno lo llama y ¿qué le dice? ¿De qué hablo yo con Jadue? (se ríe).
-¿Qué le diría?
A: Es que no tengo idea qué le diría, no tengo idea... Le diría: venga, ¿ya se inscribió a Amazon? ¿La va a ver? Me va a decir que sí, que obviamente sí ya está inscrito. ¿Y cómo le pareció? Me va a decir: todo es mentira, eso no fue así, los voy a demandar.
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