Sebastián Lelio explica dos escenas clave de Una mujer fantástica
El director tras la Mejor película extranjera de los Premios Oscar 2018, protagoniza el primer capítulo de la nueva docuserie Así empieza, donde da cuenta de sus procesos creativos. “Siempre pienso en cuando nacen las tortugas y corren al agua antes de que se las coman los pájaros. Para mí hay algo de eso con las ideas”, asegura.
Pre-estrenada anoche para los suscriptores de latercera.com, la nueva docuserie Así empieza busca desentrañar la mente de los creadores, un puñado de músicos, escritores, cineastas y artistas, para entender el punto exacto donde aparece la primera semilla que luego se transforma en una idea creativa.
—Mi sueño ha sido siempre hacer ciencia ficción —dice el cineasta chileno Sebastián Lelio, casi promediando el primer capítulo de la serie.
Luego sigue:
—De a poco, como de contrabando, he ido moviéndome hacia allá.
Lelio, ganador del Oscar a Mejor película extranjera por Una mujer fantástica, su sexto largometraje protagonizado por Daniela Vega y Francisco Reyes, explica a la cámara del director Fernando Lavanderos que, en el fondo, la ciencia ficción es el “terreno” del cine donde el realismo no es el problema.
—Justamente el lenguaje y la construcción de un mundo que tiene límites propios, no necesariamente iguales a lo real, son el problema —dice él—.
Una escena fantástica
Cuando le preguntan por el origen de sus ideas, Sebastián Lelio responde que algunas asoman más desarrolladas que otras, que otras nunca llegan a puerto, y enarbola una escena para ayudar a entender su proceso creativo:
—Siempre pienso en cuando nacen las tortugas y corren al agua antes de que se las coman los pájaros. Para mí hay algo de eso con las ideas.
Luego sigue:
—Como que hay que darles a todas una oportunidad, pero no sabes realmente cuál es la que va a terminar por cuajar.
Según el director chileno, sus ideas vienen y van, siempre como borradores, y siempre desde la intuición.
—Donde sea que uno esté, en un avión, en un hotel o caminando por una calle de una ciudad que no es la tuya, puede aparecer y gatillar algo que alimenta la idea o que la fortifica, o que te da algún tipo de destello sobre lo que estás pensando. Son puras intuiciones.
Para entender un poco mejor las maneras de su cine, Sebastián Lelio cuenta en Así empieza que siempre ha hecho los storyboards de sus películas, que van de La sagrada familia (2006) y Navidad (2009) a las internacionales Gloria (2013) y Disobedience (2017).
—Siempre dibujo antes de filmar, y son como dibujos de un niño de cinco años, de manera de entender desde qué lugar voy a filmar cada escena.
Así, Lelio encuentra lo que llama “la caligrafía de la película”.
—Después, no hay placer más grande que ir tarjando esto una vez que se ha filmado y es una forma de prefilmar todo en tu cabeza —asegura—.
Para Una mujer fantástica, por ejemplo, el director comparte algunos de sus storyboards, como los de los créditos iniciales, cuando la imagen de unas cascadas domina la escena.
—Quería que la obertura de la película fuese como un melodrama de los años cincuenta, o incluso anterior, a lo Douglas Sirk, que fuese un poco como de otro mundo, ensoñado —dice él—.
—Rodamos un mes y medio en diversas locaciones de una ciudad como Santiago, que a mí me parecía lúgubre y gris, pero que bajo el lente de Sebastián se volvió una urbe viva y vibrante —cuenta la actriz Daniela Vega en sus memorias Rebeldía, resistencia, amor (Planeta, 2019).
Entre las libretas con storyboards de Sebastián Lelio también está la famosa escena del viento de la película, cuando la actriz se inclina hacia adelante en 45 grados.
—Simplemente dibujé, traté de dibujar el momento final en que ya está en 45 grados producto del viento. Mira, dice ‘dolly travelling lateral 40 metros, más turbinas y elementos al viento’ —cuenta el director en la docuserie—.
Lelio explica en Así empieza que el plano fue evolucionando porque primero lo ideó como algo más ambicioso.
—Pasaban más cosas con el viento, caían algunos objetos y nos fuimos dando cuenta que era difícil de producir. Una alternativa fue incluir efectos en postproducción, pero una de las cosas que tiene Buster Keaton, que es a quien homenajeábamos, es que justamente todo [lo que hace] es físico, todo es real. Y esa es la base de su poesía.
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