Uno
Para escribir un disco como Artaud, Luis Alberto Spinetta contó en varias entrevistas que se mantuvo inmerso en la lectura de dos libros: Heliogábalo, el anarquista coronado y Van Gogh, el suicidado por la sociedad, ambos del poeta francés Antonin Artaud.
—Quiero aclarar que yo le dediqué ese disco a Artaud, pero en ningún momento tomé sus obras como punto de partida. El disco fue una respuesta al sufrimiento que te acarrea leer sus obras —le comentó al periodista Eduardo Berti en la biografía Spinetta. Crónica e iluminaciones (Planeta, 2014)—.
La idea del disco, según Spinetta, fue exponer la posibilidad de un antídoto contra el nihilismo de Artaud.
—Quien lo haya leído no puede evadirse de una cuota de desesperación —dijo la voz más frágil de la música argentina—. Para Artaud la respuesta del hombre es la locura; para Lennon es el amor. Yo creo más en el encuentro de la perfección y el sufrimiento —agregó—.
Dos
Artaud, el tercer disco de Pescado Rabioso, corresponde en realidad al segundo trabajo como solista de Luis Alberto Spinetta. Considerado como la obra máxima del rock argentino —por Rolling Stone, Página/12 y otros medios—, Artaud no solo fue un disco compuesto y grabado casi en su totalidad por Spinetta; también significó la salida de la banda de sus antiguos compañeros Carlos Cutaia, David Lebón y Juan Carlos Amaya.
Para entender mejor este asunto, en la contraportada de Artaud se puede leer una versión oficial:
—Pescado Rabioso es una idea musical creada en 1971 por Luis Alberto Spinetta. A través de esta idea tocaron en grabaciones y actuaciones los siguientes músicos: Juan Carlos Amaya, Osvaldo Frascino, Carlos Miguel Cutaia y David Oscar Lebón. Los músicos que aparecen en este disco solo están ligados a la idea de Pescado Rabioso por las circunstancias de la grabación y a expreso pedido de Luis Alberto Spinetta.
Tres
En su extensa discografía, que supera los treinta álbumes, Spinetta reconoció abrevar de pensadores como Jung, Deleuze y Carlos Castañeda. Pero fueron Artaud y Van Gogh los autores más decisivos en las letras del músico.
El hombre de "Bajan" contó alguna vez que Van Gogh, el suicidado por la sociedad de Artaud lo llevó a leer las cartas del pintor holandés a su hermano Theo, "de donde están sacadas varias imágenes de la 'Cantata de puentes amarillos'", tal vez el tema más importante del álbum:
El puente amarillo, escribe Van Gogh en 1888, puede observarse en un retrato de su cuadro "El puente de Langlois en Arlés". "He encontrado una cosa curiosa, como no lo haría todos los días. Es un puente levadizo con un cochecito amarillo y un grupo de lavanderas", se lee en una carta fechada el 20 de abril de ese año.
Los cipreses ("Aquellas sombras del camino azul, dónde están/ yo las comparo con cipreses que vi solo en sueños") eran una de las grandes obsesiones del pintor. Uno de sus cuadros más conocidos lleva por título "Camino con cipreses".
En un pasaje distinto de las misivas, Van Gogh le confiesa a Theo:
—Los cipreses me preocupan siempre, quisiera hacer con ellos una cosa como las telas de los girasoles.
Sobre los pájaros ("mira el pájaro/ se muere en su jaula"), Van Gogh escribe en otra de sus cartas:
—Un pájaro enjaulado en primavera sabe poderosamente bien que hay algo para lo cual serviría, siente poderosamente bien que hay algo que hacer, pero no puede hacerlo. ¿Qué será? No lo recuerda bien: luego, tiene ideas vagas y se dice: “los demás hacen sus nidos y tienen sus pequeños y los crían”; y luego se golpea el cráneo contra los barrotes de la jaula. Y la jaula queda ahí y el pájaro está loco de dolor.
—Mirá —cuenta Spinetta entrevistado por Berti—, la “sangre alrededor” es la sangre de la herida de la oreja de Van Gogh y también la sangre de Heliogábalo cuando lo tiran a las letrinas de la ciudad.
Cuatro
Algo que advertimos en Spinetta, desde su lírica, desde su música, es el uso de la voz como un instrumento más; una especie de configuración de palabras y sonidos inconexos que cobran sentido mediante una martingala de tipo literario llamada alquimia verbal.
La canción "Por", que aparece en Artaud, en donde hilvana, uno tras otro, sustantivos inverosímiles y aparentemente sin sentido, no solo da a entender que todo vale: demuestra que Spinetta era un creador libre y moderno.
Fue Nicanor Parra quien explicó que la fórmula literaria específica del modernismo estaba escrita por Verlaine: "De la musique avant toute chose". Según el antipoeta, "la música, de acuerdo con el postulado de la alquimia verbal, debe desempeñar una función poéticamente hipnótica". Se trata de anestesiar al sujeto, de sacarlo del conflicto por el tiempo que dura la lectura del poema, de manera que en último término esta poesía pasa a ser una especie de estupefaciente, es decir, de droga:
Spinetta lo explicaba así:
—Es una lógica medio surrealista. Esa canción la hicimos con Patricia (madre de sus hijos), una tarde, en la vieja casa de Arribeños. Como la música ya estaba escrita todo fue cuestión de que las palabras entraran justo en la métrica.
Cinco
—¿Acaso no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la muerte, el verde para la resurrección y el amarillo para la descomposición y la decadencia? —se lee en una carta de Artaud a Jean Paulhan, fechada en 1937 en París.
La edición en vinilo de Artaud, que contiene la frase, fue otro asunto que trascendió del disco. Spinetta la llamó la "deformé", un disco-objeto que con su deformidad denunciaba la cuadratura, la falta de libertad y el sometimiento a la geometría industrial del resto.
El trabajo fue obra del diseñador Juan Orestes Gatti:
Seis
En medio del collage sonoro de "A Starosta, el idiota", que incluye un llanto desgarrador, la voz de Lennon canta "She loves you":
Siete
Pese al hermetismo que cubrió toda su vida personal, Spinetta escondió fragmentos de su biografía en sus canciones. "Todas las hojas son del viento", el tema que abre el disco, va sobre una antigua pareja del músico que iba a tener un hijo con otra persona.
—Yo ya había sellado esa relación para siempre (...) pero nos seguíamos viendo y ella me contó que tenía dudas de tener el bebé o no. Finalmente decidió tenerlo. Yo escribí “Todas las hojas son del viento” porque en ese momento ella era como una hoja en el viento, al tener que decidir algo semejante —le contó Spinetta a Berti:
Ocho
—Artaud me mató —contó alguna vez Charly García a un periodista.
Nueve
En Chile, en el Teatro Nescafé de las Artes en junio de 2011 y en El Abrazo del Parque O’Higgins el año anterior, acaso sus últimas presentaciones en el país, Spinetta no echó mano a Artaud para su repertorio. Apareció una tarde de arreboles con una Pensa Custom colgada al hombro y se mantuvo sentado antes de la noche lluviosa de Santiago, escoltado por su banda, con Sergio Verdinelli en batería, Claudio Cardone en teclados, Baltazar Comotto en guitarra, su hija Vera en coros y Matías Méndez en el bajo. Ajeno a las etiquetas y a los géneros musicales, Spinetta había ido y venido de aquí para allá, pero en su música se mantuvieron esas maneras en que parecía abandonarse para tomar la voz de otro, como el renuevo de una rama que sostiene a un enorme matorral. Así podría graficarse su prolífica obra, donde Artaud se ubicaría, por antonomasia, en el tallo.