Durante los últimos tres meses el sector de las artes escénicas ha echado mano a la creatividad, el esfuerzo y la colaboración para mantenerse a flote. Algunos espacios ofrecen contenidos online para sostener su programación y generar trabajo para los artistas, y otras organizaciones buscan directamente aportes a través de sus redes sociales o entre socios. En cualquier caso, lo cierto es que la situación para los trabajadores de toda la cadena artística ha sido más que compleja.
“Seguimos moviéndonos como cada agrupación puede. Ha habido avances, pero siempre desde el sector, con fondos solidarios desde cada área, o gestionando canastas familiares, pero ayuda directa (desde el Estado) no ha habido”, cuenta Debora Weibel, presidenta del Sindicato de Actores (Sidarte).
A principios de mayo, el Ministerio de las Culturas anunció un plan de redistribución de recursos, con un fondo de emergencia de $15 mil millones. Sin embargo, el sector ha sido crítico respecto a la modalidad concursable y la lentitud del proceso .
La misma cartera ha levantado datos que señalan que el 85,1% de los trabajadores de la cultura son independientes y que los principales problemas que enfrenta el sector a raíz de la pandemia han sido la cancelación de actividades programadas (36,4%), la disminución de ingresos percibidos (25,6%), y la postergación de actividades (16,7%).
“Concursar por ayuda”, fue la crítica planteada por la Red Nacional de Artes Escénicas, organización gremial que reúne aproximadamente a 8.000 miembros. De acuerdo a su propia consulta de emergencia, en la que participaron 1.453 artistas, un 70% declaró que las artes escénicas son el ingreso principal en su familia, el 55% gana menos de $ 350.000 en un mes promedio, y dada la situación de pandemia el 50% recibirá menos del 25% de los ingresos que tenían proyectados.
“Como estrategia, vamos a comunicarnos con todos los estamentos públicos y privados para instalar la necesidad de la puesta en valor del trabajador cultural y, específicamente, de medidas que vengan a responder a la emergencia de la crisis sanitaria”, afirma la actriz y vocera Nicole Morales.
En esa línea de trabajo tanto Sidarte como la Red Nacional de Artes Escénicas participan hoy en la cuarta reunión de la mesa intersectorial, junto a representantes del Ministerio de las Culturas, Hacienda y Corfo.
“Para esta cuarta sesión propusimos trabajar cuatro puntos importantes: propuesta de reactivación cultural, análisis de situación de emergencia, presupuestos de cultura 2021 y Fondos de Cultura 2021”, añade Nicole Morales.
Pensando la reapertura
Mientras en otros países los teatros retornan lentamente a la actividad cultural, en Chile la situación sanitaria mantiene a los trabajadores de las artes escénicas a la espera. Entre sus principales preocupaciones están los presupuestos y los protocolos para una futura apertura.
Según cálculos de la Red de Salas de Teatro, las pérdidas por funciones suspendidas en los 23 teatros que la componen están valorizadas en $ 298 millones por un solo mes, aproximadamente. Es decir, actualmente, a tres meses de iniciada la pandemia, esa cifra asciende a más de $ 800 millones.
Durante las últimas semanas GAM, parte de la Red de Salas, ha desarrollado actividades como la obra virtual Mentes Salvajes y talleres artísticos financiados con aportes de la Unión Europea, dos maneras de activar su cartelera y de entregar trabajo a algunos artistas. Sin embargo, en este contexto, y como parte del programa Otras Instituciones Colaboradoras (OIC) del Ministerio de Cultura, a su directiva le preocupa el tema presupuestario. “Ya nos llegó una señal por parte del ministerio para poner un escenario con un 10%, 15% o 20% menos en comparación a 2019”, dice el director Felipe Mella.
También parte del programa OIC, Fundación Teatro a Mil ha participado en las reuniones de la Comisión de Cultura, donde plantearon las dificultades que enfrentan los trabajadores del gremio. “Entendiendo que el ministerio no puede entregar ayudas sociales porque ellos no las pueden aplicar, podrían hacer que entraran más instituciones colaboradoras en este minuto, porque esas instituciones colaboradoras pueden ofrecer ayuda más directa y más rápida a los artistas”, plantea Carmen Romero, directora de Fitam.
Además de la preocupación por el estado económico actual del sector y los futuros presupuestos, los responsables de los espacios ya están pensando en los desafíos que plantea el retorno de la actividad. “No es llegar y empezar las funciones. Hay que armar todo un protocolo no solo con el público, también el tema técnico, camarines, etc”, comenta Verónica Tapia, directora del Teatro UC. Misma visión sigue desde el GAM Felipe Mella, quien pronostica un regreso lento. “Estamos desarrollando protocolos para la futura apertura, aunque entendemos que este año va a ser muy difícil que podamos acoger público”.