Rayados contra el Che Guevara, autos en llamas y armas de fuego en lugares públicos. En medio del caos, destaca la figura de Inés Hurtado, una joven perfectamente maquillada de melena al viento medio cubierta por un pañuelo.

El año es 1969 y el lugar es Santiago de Chile, cuando se preparaba el ambiente de elecciones que enfrentaría a Jorge Alessandri y Salvador Allende para llegar a la Moneda.

Atrás quedaron los tiempos de salir a las calles y provocar desmanes en contra de la Unidad Popular. Hoy, convertida en una exitosa empresaria, Hurtado se ve perseguida por el fantasma de su pasado cuando se entera que un ex compañero de Patria y Libertad ha reaparecido en el ojo público.

Dirigida por Andrés Wood, Araña retrata a través de la historia de tres jóvenes lo que fue el movimiento paramilitar de ideología fascista. Un grupo que se oponía fervientemente a la llegada de Salvador Allende a la presidencia de Chile.

Fue en Machuca que Wood mencionó por primera vez a Patria y Libertad, por medio de un joven que amenazaba con un linchaco a Pedro Machuca. Pero allí quedó, hasta este año, cuando su enfoque principal para Araña fue la ideología y atentados perpetrados por el grupo de ultraderecha.

Por medio de entrevistas de la época, documentales, archivos, libros históricos y artículos de prensa; Wood reconstruyó lo que era Patria y Libertad para llevarlo a la pantalla grande a través de las vidas de Inés, Gerardo y Justo.

"Hay muchas entrevistas de la época a los dirigentes máximos. Existe un documental también -que es el que se ve en una parte de la película- de Heynowski & Scheumann, que eran unos cineastas de la República Democrática Alemana, que hicieron un registro de 1 hora y media llamada Con el signo de la araña. Fue sin entrevistas directas, pero sí hubo mucho trabajo de investigación y documentación", detalla Andrea Chignoli, montajista de Araña, en conversación con Culto.

Con referencias claras a la doctrina nazi, evidente rechazo a los extranjeros, apoyo a la tenencia de armamento y el uso de violencia a modo de protesta, Patria y Libertad es retratada como una agrupación terrorista anticomunista.

"A veces llego a pensar que la misma derecha financia esta película", dice Manuel Fuentes Wendling, periodista, escritor y ex miembro de Patria y Libertad. "Hoy día está tan cargada la mano hacia la ultra derecha que es bueno sacar al aire un grupo extremista, terrorista -todos los calificativos necesarios-, para decir que ellos no son eso, que son un centro político", dice Fuentes.

Manuel Fuentes fue uno de los principales dirigentes del "movimiento cívico", como lo denomina, desempeñándose como Secretario General.

Entre otros, Pablo Rodríguez, Roberto Thieme, John Schaeffer, Benjamín Matte y Fuentes lideraron el grupo paramilitar que intentaba frenar la llegada de Allende a la presidencia. Incluso, algunos investigadores -como Manuel Salazar y José Manuel Castro- ubican a Jaime Guzmán, una de las figuras emblemáticas de la derecha, como participante en las reuniones que dieron forma a PyL y como miembro de su primer consejo político, aunque en su actuar público en los años posteriores marcó distancia con el grupo.

Según Fuentes, lo que refleja Araña y la visión que se tiene en general de PyL, dista mucho de cómo fue realmente."Poca gente en pocas ciudades, esa es la realidad. ¿Quién inflaba esto? La izquierda, porque se interesaba en tener una derecha bien mediática. Entonces fuimos un poco el punching ball de ellos", dice.

Luego sigue: "La verdad es que Patria y Libertad es menos de lo que se ha explotado. Por eso te decía que la ficción supera la realidad, en esa película aparecemos todos como terroristas, aunque sí habían 15 o 20 que en algún momento dado se dedicaron a eso".

Fuentes, comenzó a escribir un libro a modo de biografía del conglomerado apenas ocurrió el Golpe de Estado "porque sabía que se me iban a olvidar cosas", asegura.

Bajo el título Memorias secretas de Patria y Libertad y algunas confesiones personales (1973), el periodista y político pretendió rescatar la historia del grupo paramilitar como un "relator lo más honesto posible" develando, por ejemplo, su financiamiento:

"Se estima que entre septiembre y octubre de 1970, Patria y Libertad recibió un subsidio de 38 mil dólares (unos 200 mil dólares de 1996) por parte de Estados Unidos. A ello se sumaron 'otras filtraciones'". (Memorias secretas, 1973). 

"Efectivamente tenía platas extranjeras, no funcionaba solo", dice, lo cual no gustó entre sus compañeros y el oficialismo.

Según relata, fue detenido durante 6 horas en investigaciones y fue amenazado con ser enviado a la Isla Dawson, incluso antes de terminar el libro. “Pero yo mismo le di una copia a Pinochet, tal como él pidió. Le conversé el tema y me dijo: ‘Son cosas que se hicieron y lo siento mucho’”.

¿Qué fue de Patria y Libertad?

Pablo Rodríguez selló la disolución de Patria y Libertad con su firma -sin preguntarle a nadie, según dice Manuel Fuentes-, a dos días de ocurrido el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

"Posteriormente se convocó a una reunión en la casa de uno de los militantes, en la que se dijo que simplemente ya no seguiría existiendo y que quizás nos encontraríamos a futuro. Nunca se cumplió", recuerda el político.

Algunos de ellos viajaron a dar charlas a la ultraderecha de países como México, España y Francia, pero en concreto, no siguieron en contacto. Varios fallecieron y los restantes siguieron vidas por separado.

A casi medio siglo de la creación del grupo de pensamiento fascista, Manuel Fuentes considera que hoy no existe ningún partido, movimiento o candidato que represente lo que fue en su momento Patria y Libertad.

Nacido como una “mala copia aplicada a Chile” del pensamiento de José Antonio Primo de Rivera, PyL surgió de la Falange española, que a su vez tiene sus orígenes en el fascismo italiano.

"Que yo sepa, puede haber movimientos nacionalistas, pero nada de esa estructura ahora. La actual extrema derecha tiene algunos pensamientos más radicales, pero pienso que este tipo de películas tienen algún tipo de beneficio para la derecha, porque piensas altiro en Kast", argumenta.

En realidad, poco le importa lo que se muestre en las películas chilenas respecto a esa época. Ejemplificando con el Tanquetazo como "una historia mucho más pobre de lo que se ha divulgado", asegura que Araña es una visión o interpretación sesgada de lo que realmente fue Patria y Libertad, por muy buena que pueda ser la cinta.

"Felicito a Wood porque tuvo la idea de sacar un fantasma que ha tenido un impacto, sobre todo porque genera revuelo político. Eso distrae de los problemas reales que tiene el país", ironiza.

Y añade: “Creo que es un hecho importante en la historia porque despierta los odios contra la ultraderecha y ha tenido un efecto en la gente. Cuando las personas vean cualquier símbolo parecido, lo van a relacionar con esta terrible tragedia de un grupo que se la jugó por una causa”.