Por estos días, hablar desde la ciudad argentina de Córdoba es casi hablar desde otra dimensión donde muchas cosas son distintas: los bares y restaurantes se volvieron a abrir y el Ministerio de Cultura trasandino aprobó un protocolo que permite a los músicos reunirse a ensayar o hacer presentaciones vía streaming, bajo estrictas medidas sanitarias y con el propósito de que la actividad no termine nocaut ante la ausencia de espectáculos masivos.

Caligaris está precisamente en Córdoba, donde nacieron, se formaron y crecieron como uno de los conjuntos más convocantes de su país, y desde su sala de ensayo hablaron ayer para el espacio Sesiones íntimas de Culto que se emite por La Tercera y Culto: “Este es un momento en el que nos hemos estado acomodando, pero hemos tratado de seguir con una agenda muy activa. Ya podemos reunirnos con mucho distanciamiento social, aunque seguimos sin tocar”, cuenta Juan Carlos Taleb, encargado de voz y guitarras.

Martín Pampiglione, otro de sus integrantes, adhiere: “Noventa días pasamos sin juntarnos. Eso fue bastante”. Y sobre todo para un conjunto cuyo kilometraje más reciente era abultado: tras lanzar su último trabajo, Salva (2019), la banda llegó en noviembre pasado al Foro Sol de Ciudad de México, uno de los reductos más imponentes e intimidantes de Latinoamérica, lo que demostró su amplio suceso en ese país. También estuvieron en el Club Chocolate de Santiago, pero después, cuando esta temporada prometía seguir ampliando el itinerario, el Covid -19 dijo lo contrario.

“La situación obliga a un descanso y a trabajar desde casa. El mundo está en esa misma sintonía. Pero nos llevó a todos los músicos a agudizar el ingenio y a seguir haciendo cosas”, define Diego Pampiglione.

-Caligaris es una banda identificada con el circo, la comunión y el optimismo. ¿Cómo han enfrentado una situación que es todo lo contrario?

-“Nos falta el contacto con la gente, el momento único que generamos en el escenario. Somos una banda muy auténtica y nunca ‘careteamos’ nada. Queremos que Caligaris sea un empuje hacia la alegría. En la pandemia tratamos de ser más optimistas aún. Sabemos que no se puede ser optimista todo el día, pero lo tratamos de maximizar al triple para poder generar buenos resultados en la banda”, asegura Martín Pampiglione.

Como una manera de seguir sumando buena vibra a ese histórico cóctel que se agita a ritmo de ska, punk, rock y cuarteto cordobés, la agrupación dará este sábado 11, a las 21.00 horas, un show virtual a través de la página www.salaestelar.com, con tickets ya disponibles. “Va a ser un show único y diferente, sólo de esa noche, irrepetible. Nace y muere ese día”, dicen sus miembros, anhelando que pronto esa instancia que antes parecía tan rutinaria -un recital ante mucha audiencia- ahora vuelva a ser parte de la realidad.