Cuando se estrenó en 1994, bajo el título de Legends of the fall, la cinta de Edward Zwick quiso emular a las grandes superproducciones del pasado. Basada en la novela de Jim Harrison, Leyendas de pasión fue número 1 de taquilla durante tres semanas, a pesar de la severa crítica que la tildó de superficial y blanda.
La película cuenta la historia de una familia fundada por William Ludlow (Anthony Hopkins), un coronel abandonado por su esposa que ha criado a sus tres hijos en un gran rancho a los pies de las Montañas Rocosas.
Alejado del ejército por el trato discriminatorio de la institución contra los indios, el padre quiere ver a sus hijos a cargo del rancho familiar, pero el indómito Tristan (Brad Pitt), cuya idea de entretenimiento es cortar los corazones de las bestias que caza, el sensato y responsable Alfred (Aidan Quinn), y Samuel (Henry Thomas), el menor del clan, tienen otros planes.
La unión familiar no solo queda en riesgo debido a la Primera Guerra Mundial; la llegada al rancho de Susannah (Julia Ormond), la prometida de Samuel, también modificará el curso de sus vidas en una entretenida historia sobre los lazos que unen a las familias y también los que las separan.
Roger Ebert resaltó la actuación de Aidan Quinn y Brad Pitt, en papeles que comparó con los personajes de Rock Hudson y James Dean en Giant. Incluso en Leyendas de pasión hay un momento en que Pitt se va “para siempre”, tal como el personaje de Dean amenaza con hacerlo, compara el crítico de cine.
A la altura de la enfermedad del padre, Anthony Hopkins se luce en uno de esos extraños papeles de su carrera, aunque el centro líquido de la película son los desvaríos de Brad Pitt, que se revela en un intenso melodrama de época con romances, pérdidas, pasión y la agreste Norteamérica como paisaje.
Ver en Netflix.
Ver tráiler: