Obras por Zoom y lecturas dramatizadas: las novedades del Teatro Ictus en medio de la cuarentena

Claudia y Ana son madre e hija con una relación muy especial. Claudia fue madre soltera y siempre vivieron juntas hasta que Ana decidió independizarse. Tras esa separación, se reúnen por Zoom para el cumpleaños de su hija, ocasión que no solo les permite ponerse al día en medio de la cuarentena sino donde también ella revela algo que marcará sus vidas.

Escrita por Emilia Noguera y protagonizada por Paula Sharim, Alejandra Araya y Hernán Contreras, El pacto es la primera obra del ciclo de teatro online que está realizando el Teatro Ictus durante julio y que estará compuesto por cuatro obras.

“Hay un concepto que estamos usando que es como la nueva caja de vidrio. Estas historias ocurren a tiempo real y en un solo lugar que es la casa de la gente que participa de la obra”, cuenta Emilia Noguera, dramaturga de El pacto. “El concepto es como estar mirando por una rendija algo que no se debería estar mirando, son situaciones de media hora de gente en sus mundo privados”, añade.

El pacto tendrá funciones a través de Zoom mañana, el viernes 24 y sábado 25 de julio. Luego, es el turno de Háblame, obra que se estrena el 7 de agosto y que aborda la historia de Isidora y Roberto, dos compañeros de trabajo, cada uno con sus vidas familiares. Ambos comienzan a gustarse y un día deciden encontrarse todos los martes. En medio de la pandemia no se ven hace tres meses y ahora Roberto quiere hablar con ella

La obra, también escrita por Emilia Noguera, es dirigida por Paula Sharim y protagonizada por Ingrid Cruz y Álvaro Rudolphy. “La Alejandra Araya tenía una idea que era la de El pacto y yo lo transformé en dramaturgia. La idea de Háblame es de la Ingrid Cruz y la siguiente una idea es del Hernán. Entonces estamos trabajando como con ideas originales de nuestra gente”, cuenta Emilia Noguera sobre cómo han ido construyendo las historias.

Tanto las funciones de El pacto como de Háblame son a las 21.00 hrs y las entradas tienen un valor de $4.000 a través de Ticketplus.

En sus más de 60 años de historia el Teatro Ictus instauró un sello propio, un estilo que trenzaba experimentación y sátira para abordar temas políticos y sociales desde historias cotidianas. Lo hicieron con Lindo país esquina con vista al mar, montaje que retrataba la instauración del neoliberalismo a fines de los 70, o La noche de los volantines, la primera obra de la compañía tras el regreso a la democracia.

Con el objetivo de rescatar ese sello e historia, cada jueves hasta el 20 de agosto el Teatro Ictus, junto al Museo de la Memoria, presenta el ciclo Escenas Memorables. Son siete capítulos, cada uno representa una década del grupo a través de lecturas dramatizadas y material de archivo de la compañía.

“El teatro y la memoria son herramientas que podemos ocupar para hacer de esta situación algo menos complicado, menos dramático”, dice Paula Sharim, actual directora del Ictus. “Creo que el arte está ayudando muchísimo a pensar en otras cosas, a hacer otras cosas, y en ese sentido la memoria y lo que tiene que ver con visitar tiempos también difíciles que pasó el Teatro Ictus, a través de estas escenas, nos hace sentir que podemos caer y levantarnos una y otra vez”, agrega.

Formado en 1955, a partir de un grupo de estudiantes del Teatro Ensayo de la Universidad Católica que buscaron su propia ruta creativa, el Ictus se instaló en 1962 en la Sala La Comedia, en Merced. Por la compañía pasaron numerosos actores, algunos de ellos provenientes del Teatro Universitario de Concepción, en 1965.

El primer capítulo del ciclo Escenas Memorables ya está disponible y toma un extracto de la obra Lindo país esquina con vista al mar, una creación colectiva del Ictus, basada en textos de Marco Antonio De La Parra y que debutó en 1979. Catalina Saavedra, Tamara Acosta, Francisco Reyes y Paula Sharim serán los encargados de la lectura de la obra.

También está disponible Primavera con una esquina rota, cuya escena es leída por Marcela Medel, Carolina Arredondo y José Secall. Basada en el texto de Mario Benedetti, la obra abordaba la historia de un padre exiliado con un hijo detenido político. Para el Ictus este montaje es histórico y marcó un momento inolvidable cuando en el 30 de marzo de 1985, el actor Roberto Parada se enteró, en medio del intermedio de una función, de la muerte de su hijo José Miguel Parada. El sociólogo de 36 años era jefe del departamento de Análisis de la Vicaría de la Solidaridad y fue secuestrado junto al profesor Manuel Guerrero y al diseñador Santiago Nattino, todos militantes comunistas, entre el 28 y el 29 de marzo. Sus cuerpos fueron encontrados degollados cerca del aeropuerto.

En representación de la década de los 80, Daniel Muñoz, Alejandro Trejo, Claudio Arredondo y María Elena Duvauchelle interpretarán una escena de La noche de los volantines, el jueves 23 de julio. El montaje, estrenado en 1989, fue el primero en presentarse en el Teatro Ictus en medio de la transición a la democracia.

El 30 de julio Marcelo Alonso, Alejandra Araya y Roberto Poblete harán la lectura dramatizada de Sueños de la memoria, mientras que el 6 de agosto será el turno de Memorable Okupación, con Magdalena Max Neef, Gabriel Prieto, Rodrigo Bastidas, Elena Muñoz, Paula Sharim.

Lo últimos 20 años de trayectoria del Teatro Ictus serán abordados a través de las obras Alguien tiene que parar (13 de agosto) y Esto no es un testamento (20 de agosto). Hernán Contreras, Amparo Noguera, Loreto Valenzuela, José Secall, Roberto Poblete interpretarán una escena de la primera, y Emilia Noguera, María Elena Duvauchelle, Paula Sharim participan en la segunda.

Sobre Esto no es un testamento, Paula Sharim señala: “Es super significativa para mí, porque en el momento que me hago cargo del teatro y la escena elegida es una opinión sobre los que entramos a trabajar en teatro después de la dictadura”.