Mario Toral: “Antes de entregar cultura debe existir un caldo saciado de las carencias elementales”

Mario Toral
Foto: Archivo.

En medio de la cuarentena el artista trabaja en proyectos para 2021 y reflexiona en torno al momento que vive el país.


No tiene teléfono celular y dice que sólo sabe abrir su computador para revisar si tiene algún mensaje que no sabrá contestar. “Y no quiero aprender aunque pierdo mucho tiempo, pero no confío en el tecnicismo ni le veleidad de las cosas modernas”, cuenta Mario Toral (86). El pintor ha pasado la cuarentena en su parcela de Las Condes, en lo que él mismo ha llamado un “aislamiento productivo”.

“Mi carpeta es incierta ante la situación que vivimos. Pero no abandono los propósitos que se van a concretizar ojalá en un futuro próximo”, cuenta sobre los proyectos que espera ejecutar en 2021.

Entre ellos están una exposición con cerca de 65 obras en la Universidad Autónoma de Santiago, una reedición del libro 20 poemas de amor de Pablo Neruda, que en 1970 ilustró y cuyos dibujos ahora está interviniendo. Además trabaja por primera vez en la fabricación de esculturas de bronce. En tanto, por estos días la UMCE publicó una galería virtual con las obras que Toral donó el año pasado.

También se ha dedicado a escribir las páginas de su autobiografía: “He vivido una larga vida pero siempre creo que nací ayer, por lo tanto soy muy joven y abierto para recibir lo nuevo. Mi contribución no es un granito de arena sino una semilla que quiero plantar y que crezca”.

El pintor observa que el estallido social del año pasado “nos abrió los ojos” y que la pandemia dejó al descubierto la precariedad en que viven miles de personas en el país: “Tal vez yo no sea la persona adecuada para dar consejos, pero mirando mi profesión y viendo la realidad cotidiana, antes de entregar cultura debe existir un caldo saciado de las carencias elementales como el hambre, la salud, la educación”.

¿Qué visión tiene sobre cómo se está desarrollando el arte en el contexto actual?

Aunque las redes sociales están divulgando instituciones. estas cosas online sirven mucho para la educación, por ejemplo el Museo del Louvre. En ese sentido es fabuloso, pero insisto que para gozar un cuadro hay que verlo con los ojos de uno, por la textura. Es una experiencia distinta. Todo ahora es globalizado, pero al ser todo tan grande pierde sustancia.

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