Eduardo Cabra siempre contó con un seudónimo de cierta forma apropiado para su labor: Visitante sugiere a un personaje que marca distancia, menos protagónico, un contrapunto con Residente, tal como se apodó su compañero de banda al frente del dúo puertorriqueño Calle 13. Donde René Pérez era el músculo, la labia y el vértigo, Cabra representaba el cerebro melódico y la arquitectura musical en las sombras.
Pero Calle 13 se acabó en 2014. Y desde este 2020, Cabra ya no quiere ser más Visitante.
“Ha sido un tiempo de mucha reflexión y me hacía falta poner todo el trabajo que he hecho en mi vida en un solo sombrero. Era muy necesario. No es que ignore o rechace lo que hice antes, sino que sólo quiero consolidar todas las fases que ha atravesado mi carrera”, cuenta el artista, invitado ayer al programa Sesiones íntimas de Culto de La Tercera, y en referencia a una faena múltiple que lo acredita como productor -es el más nominado en ese rubro en la historia de los Grammy Latinos, con trabajos para Jorge Drexler, Chambao o Gustavo Cordera- y como parte de otros conjuntos de menos resonancia pero igual de estimulantes, como Trending Tropics.
Y si toda nueva vida involucra su correspondiente luto, Cabra se lo tomó de modo casi literal. Su primer single en solitario - “aunque no me gusta la palabra solista, siempre me he pensado como un colectivo”, ataja- es La cabra jala pal monte, lanzado a mitad de mes y cuyo video lo muestra cautivo en una suerte de reality show donde la audiencia decide su decapitación. Finalmente, donde el público sube o baja el pulgar al adiós a Visitante.
“Es una premisa sencilla, pero muy importante para mí. Lo grabé a principios de año justo antes de la pandemia, en Buenos Aires. La idea la venía cocinando hace tiempo y el tema formará parte de un disco que saldrá en 2021. Esta pandemia y este encierro me sirvió para madurar la propuesta. La pandemia ha sido muy buena en términos creativos, aunque sé que en general ha sido muy complicada. Y lo más difícil de esta etapa, al menos para mí, ha sido la interpretación, cantar solo, por eso también busqué ayuda”, admite Cabra desde el estudio que posee en San Juan, Puerto Rico, ese refugio que le ha servido para resistir el ostracismo.
Y la misma ciudad que hace casi un año fue un hervidero de manifestaciones callejeras que lograron la renuncia del gobernador Ricardo Roselló, con significativas postales que mostraron a Ricky Martin, Bad Bunny o el propio Residente montados en camiones para apoyar el clamor popular. Cabra estaba en esos momentos en Europa, pero no lo olvida: “La gente se hizo escuchar y eso es muy bueno. Pero la condición de colonia es lo peor que le puede pasar a Puerto Rico. Lo más triste es que hay gente que quiere que sigamos siendo parte de Estados Unidos”.
-Sobre el final, la pregunta inevitable: ¿volverá Calle 13 en algún momento?
-Cada uno está en su esquina, haciendo lo que quiere, trabajando sus cosas. Yo no lo veo, ya se hizo una carrera en equipo. ¿Un retorno fugaz? Para nada, brother. Ahora no lo siento. Pero si viene alguien del futuro y me cuenta que ese retorno pasó, que me avise. Al menos para saber y bochinchear.