A mediados de junio de este año, se anticipó un estreno nacional en medio de la pandemia de coronavirus: Tengo miedo torero. La cinta basada en el libro homónimo de Pedro Lemebel, será protagonizada por Alfredo Castro —a pedido del mismo Lemebel, fallecido en 2015—, y provocó revuelo entre los seguidores del escritor, el cine, la literatura y las artes en general.

“No lo esperaba realmente. Además este tipo de efectos se magnifican con un país en medio de una pandemia”, dijo Alfredo Castro a Culto el 28 de junio, ante las 110 mil visitas al tráiler de YouTube en menos de una semana y las 250 mil al instagram de la película en apenas 24 horas.

Esta semana no fue dicha cinta la razón para una conversación con el actor, sino la crisis que vive el sector artístico tras el cierre de cines, teatros y la prohibición de grandes eventos como conciertos y festivales.

“Vamos a ver si se puede ir a Venecia. Vienen cosas que yo no quisiera perder. Estar en una misma clase conectados con otras personas”, dijo a CNN Chile sobre la nominación de Tengo miedo Torero al Festival Internacional de Cine de la ciudad italiana.

“Es bien impactante el momento que vivimos en las artes, no solamente el teatro. Voy a ampliar un poco el espectro y hablar de las artes en general: el cine, la pintura, la música, la creación; porque es un sector que está muy invisibilizado en la sociedad chilena, nosotros no existimos para la sociedad”, sentenció el actor de 64 años mencionando que no han recibido ningún bono o préstamos porque “como que no caemos en ninguna parte”.

Por otro lado, apunta a lo paradójico que ha sido que en confinamiento, las artes son una suerte de respiro, ya que durante la cuarentena el consumo de series, películas e incluso obras de teatro por streaming, aumentaron. Al mismo tiempo, se compone, se escribe y se dibuja. “Tomó valor un sector social que estaba muy disminuido y la gente está —yo siento— con mucho agradecimiento”, dijo Castro.

También plantea que en lo que respecta el sector cultural, existe un prejuicio en torno al glamour y frivolidad, lo que califica de alejado de la realidad, más en estos tiempos de salas cerradas.

“Detrás de una película, serie, obra de teatro, hay cientos de personas. Hemos llegado a los límites de hacer rifas, hacer ollas comunes, en fin, Chileactores, el Sindicato de actores, ayudando a los actores y actrices de más edad, en salud, pero también hay 11 salas que están en la calle…”, argumentó el actor reconocido por sus roles en teleseries de TVN, diversas cintas nacionales y como director teatral.

“Un teatro puede dar trabajo a 30 a 40 personas y lo del ministerio ha sido un golpe ético muy fuerte, muy doloroso”, dijo refiriéndose a la re-asignación de $15 mil millones para financiamiento cultural, el que describe como “un factor de cohesión social súper importante”.

“Es como que hubiesen dicho: ‘Las 5 millones de cajas, concursen por ellas’. Ahora dijeron: ‘$15 mil millones, concursen por ellos’. Cómo voy a concursar yo, que tengo ciertos privilegios de haber trabajado 40 años en mi vida, con un chico de —no sé, de Mulchen o de Temuco, de donde sea— que realmente está en la calle, sin trabajo. Entonces fue muy feo”.

Asegurando que nota una buena disposición a conversar por parte del Subsecretario de Cultura —Juan Carlos Silva Aldunate—, reafirma la existencia de un entramado en el sistema que le hace preguntarse qué ocurre.

“El teatro, las artes en general, siempre han sido un elemento de cohesión, para la inmigración, para la diversidades sexuales, para las diferencias sociales, la integración. Somos una sociedad. Todos merecemos el mismo respeto y el mismo trato. No tendría por qué haber diferencias. Yo creo que falta una actitud política urgente y rápida”, expresó el actor.

“Admiro mucho a la ministra —Consuelo Valdés Chadwick—, me parece una persona muy bien formada, la conocí hace muchos años, pero es ausente. No está presente, y se requiere una presencia importante que digan: dinero, cash. Disculpa que suene tan vulgar, pero la gente requiere pagar dividendos, cosas súper puntuales. Hay gente que está en condiciones muy terribles”, agregó Alfredo Castro.

Mencionando dos Premios Nobel chilenos —Gabriela Mistral y Pablo Neruda—, y la relevancia que los últimos años ha tomado el cine chileno en el extranjero, el actor manifestó la necesidad de aplicar cambios.

“Haría una reestructuración del Ministerio de Cultura, pero brutal. El Fondart... todos los fondos, haría una restructuración. Lo que se requiere es que sea un Estado fuerte que entienda que debe hacer aportes permanentes a los museos, teatros, galerías de arte y escritores, por la gente joven. Por los que vienen. Es un capital que los países no pueden negarse a tener”.

Así mismo, señaló que el sector privado nunca se ha interesado en el arte. “Las grandes empresas están interesadas en los grandes eventos, con harto público y es su plata. Ellos saben dónde la invierten”.

Tras el estallido social -y el consecuente decreto de estado de emergencia, y protestas masivas en el sector Baquedano y diversos puntos del país- los sitios culturales modificaron su agenda. De pronto las funciones ya no eran programadas a las 20 horas, sino que a las 12 o 16 horas.

“La gente iba. Yo terminé una función el 15 de marzo con la sala llena. En una obra que era complicada, que no era para todo el mundo. Pero la gente igual respondió y descubrimos —si hay que buscar cosas positivas— otros horarios, otras formas de acceder a la cultura y la gente respondió”, aseguró Castro a CNN Chile.

Sobre el uso de plataformas como Zoom o Instagram para reuniones y transmisiones, expresó que si bien la cercanía con las personas es irremplazable, se considera empático con las circunstancias. “El zoom, las clases, todo eso… Juntarse con cientos de personas a la vez es algo que para mí era impensado” y, considerando que “los digital se va quedar”, planteó el trabajo de plataformas para publicar seminarios y obras en video para un mayor alcance.